¿Por qué debemos comer kósher?

Desde McDonalds a Omakase sushi, de Taco Bell a los mejores mariscos, para muchos, la mayor lucha del día es qué restaurante visitar o qué pedir.

Pero para el pueblo judío, no es tan sencillo. Sabemos que uno de los mandamientos más difíciles de observar es el de comer kósher. ¿Por qué no podemos comer lo que se nos ocurra?

Los místicos enseñan que las mitzvot, los mandamientos de la Torá, en esencia son la voluntad de Dios, más allá de nuestra comprensión. Al mismo tiempo, nos enseñan que cada mitzvá contiene en ella tanto razones ocultas como reveladas por las que debemos observarla.

Entonces, ¿por qué debemos comer kósher? ¿Se trata sólo de una ley para poner a prueba nuestra lealtad? ¿O tal vez se basa en la más famosa teoría, que el kashrut es una forma de vivir más sanos?

Una realidad espiritual superior

Hay una bella y profunda idea que aprendí en uno de mis libros favoritos, La máscara del mundo, de Rav Akiva Tatz. Muchos miramos las cosas al revés. Los humanos tendemos a ver este universo como el comienzo de la realidad. Al hacer esto, olvidamos que hay una realidad espiritual superior, que precede y reemplaza a este plano físico. Una sabiduría más profunda que trasciende infinitamente la nuestra, causó esta existencia, y esa sabiduría se puede encontrar en los eventos y los mandamientos de la Torá.

Muchos pueden considerar que el mandamiento de consumir sólo alimentos kósher fue desarrollado por seres humanos sabios para proveernos una forma de vida más saludable: los crustáceos que inhalan bacterias y la carne grasosa del cerdo no son exactamente el paraíso para nuestros niveles de colesterol. Pero si bien es cierto que algunos animales kósher pueden ser más sanos, y que los animales kósher nunca son depredadores sino herbívoros, estas no son las razones que definen por qué tenemos que comer kósher. En realidad, son resultados del hecho de ser kósher.

¿Qué significa esto?

No es que el hecho de no ser sanos vuelva no kósher a esos animales, sino que se debe a que en una realidad más elevada, antes de que este mundo fuera creado, Dios consideró que estas futuras criaturas no eran adecuadas para el consumo humano. ¡Y esta decisión Divina fue lo que provocó que se manifestaran como poco saludables en el mundo físico!

Esto implica que las criaturas marinas que viven en el fondo del lecho marino y comen las peores cosas, y los cerdos que se revuelcan en el lodo sucio, lo hacen como consecuencia de la voluntad Divina de que no sean kósher. La Torá, que es el plano para la creación le mundo, causó que determinados animales existan en un estado de impureza, tanto espiritual como físicamente.

Un principio fundamental de la Torá

Este principio fundamental de la Torá de una realidad espiritual subyacente a la realidad física, lo podemos encontrar en todos lados.

La razón por la que los padres aman instintivamente a sus hijos es porque Dios ama a Sus hijos. La razón por la que una semilla debe ser nutrida en la tierra durante un largo período antes de convertirse en un árbol que pueda dar frutos, y que la simiente humana deba ser nutrida en un útero durante un largo período de tiempo para convertirse en un ser humano que a su vez pueda tener hijos, tiene su raíz en el hecho de que la facultad espiritual masculina de "entendimiento" (lo que se conoce como jojmá), debe ser nutrido durante mucho tiempo por la facultad femenina de "comprensión" (biná) para dar lugar finalmente a emociones como el amor y la reverencia.

Así que la próxima vez que busques un restaurante para ir a cenar, recuerda que para el pueblo judío existen razones más elevadas por las cuales consumimos sólo productos kósher. No es que se nos está privando de algo, sino que esos alimentos no están a nuestro nivel; no son dignos de alimentar nuestra alma y nuestro cuerpo.