Por qué debes visitar Israel

Ahora que los cielos están un poco más abiertos y los turistas pueden ingresar a Israel con menos problemas, quería escribir sobre por qué debes visitar la tierra santa.

Uno de los placeres de viajar son las conversaciones con extraños en ascensores, esquinas, bares y restaurantes. Aunque por lo general las conversaciones no son con los habitantes del lugar debido a la barrera del idioma, es agradable conectarse con alguien de tu país que también está viajando, hablar con personas con quienes de otra forma no hablarías.

Una noche, en un viaje a Roma, nos sentamos junto a dos jóvenes. Escuchamos que hablaban nuestro mismo idioma, lo cual llevó a la típica pregunta: “¿De dónde son?”. A partir de eso llegamos a conocer su educación y sus aspiraciones académicas. Fue muy amistoso y, obviamente, ¡no los volveremos a ver!

Cuando la conversación pasó a nosotros, nos preguntaron sobre nuestro siguiente paso en el viaje (ellos hacían un tour por toda Europa) y les dije que íbamos a Israel. Me puse a la defensiva, porque en el mundo actual no se puede saber cuál sería su reacción (¿Acaso sabían que estaban cenando en un restaurante kósher?). Su respuesta fue sorprendente: “Escuchamos que la comida es fantástica”.

De todas las posibles reacciones, ¡esa ni siquiera estaba en mi lista!

Si bien la escena gastronómica en Israel (en esto no soy una experta) definitivamente mejoró con los años, cuando pienso en comida israelí regreso a los años ochenta: mucho yogurt natural y ensalada de tomates y pepinos. No hay nada de malo en eso, pero sin dudas no es gourmet. No es algo que ganaría reputación internacional. Supongo que tengo que actualizar mi imagen de los restaurantes israelíes. Pero también me entristecí.

Creo que si le pidiera a la mayoría de mis parientes y amigos que hagan una asociación libre cuando escuchan la palabra “Israel”, ninguno mencionaría: "comida fantástica”. No estoy a favor de la mala comida, ni siquiera de la comida mediocre, pero por cierto no describiría eso como una atracción turística significativa.

Aunque es mejor que su reacción haya sido positiva (en el clima político actual uno puede imaginar respuestas MUCHO peores que “comida fantástica”), de todos modos, es preocupante. Porque por supuesto que lo principal que Israel tiene para ofrecer, lo que no se puede encontrar en ninguna otra parte del mundo, es la oportunidad única de sentirse cerca de Dios, establecer una relación especial con Él tal como es posible lograr en el Muro de los Lamentos, en la Tumba de los Patriarcas o en la Tumba de Rajel. Estos lugares también pueden funcionar en cierta forma como atracciones turísticas, pero creo que se debe a la conexión espiritual disponible en estos sitios, debido a la realidad de la presencia de Dios en esos lugares, la oportunidad que no se encuentra en ningún otro rincón del planeta de tener una conexión muy intensa e incluso una conversación con el Creador del mundo.

¿No debería ser esa la primera reacción al escuchar mencionar a Israel? “¡Que oportunidad espiritual tan increíble!” “¡Nunca me sentí tan cerca de Dios como me sentí en el Kótel!” “Me encanta la intimidad de rezar en la tumba de nuestra matriarca Rajel”. En Jerusalem, la espiritualidad está en el aire. Dios se siente mucho más real.

Quizás la comida gourmet es un anzuelo para que ciertos visitantes vengan a la tierra. Pero espero que no se detenga ahí. El resto de esa conversación me sigue acompañando. Quizás debería haber informado a esos jóvenes sobre la verdadera oportunidad de un viaje a la Tierra Santa, pero no parecía ser el momento adecuado. Así que aprovecho de recordármelo a mí misma: puede que en Israel haya buena comida, definitivamente hay joyas hermosas y unas hamsas geniales. Pero eso no es lo más importante de Israel. No es la razón por la que vamos. Eso es el relleno, algo secundario. Lo principal es el momento en que nos paramos en el Muro de los Lamentos y abrimos nuestro corazón a Dios. Ven de visita a Israel y siente lo que es estar en el corazón espiritual del pueblo judío.