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Causa más daño lo que se siente internamente, que el rechazo en sí, causado por los demás.
El rechazo es un sentimiento conocido por todos, cada quien lo ha sentido a su manera y en algún momento de su vida. Éste, causa heridas emocionales que a pesar de que no se ven, lastiman al alma y aumentan el sentimiento de soledad, desconexión y desamor.
El rechazo duele porque lastima directamente la autoestima. La persona rechazada siente que es inadecuada, diferente o que simplemente no es aceptada. El rechazo cuestiona el valor propio y hace dudar a la persona.
Sentir rechazo paraliza y genera pena interna que cuesta trabajo superar, porque la persona siente como si le clavan un puñal directo en su alma, el cual deja una cicatriz silenciosa y un vacío emocional.
Cuando una persona es rechazada, se siente juzgada y excluida del grupo, la familia o hasta de su propia pareja. Cuando esto sucede, se pierde la seguridad personal y aumenta la vulnerabilidad y desprotección.
El rechazo afecta a las emociones y al humor, ya que el daño que se siente, se registra en la mente, justo en el mismo lugar donde se localiza la sensación cuando hay dolor físico. Así, las reacciones son similares. El dolor es dolor, no importa si es físico o emocional.
Desafortunadamente, el daño generado por una causa mental no se ve y solo lo siente la persona que ha sido rechazada, por lo tanto, nadie le da la importancia más que la persona que ha sido rechazada.
Cuando la tristeza y la soledad causadas por el rechazo no se cuidan, se convierten en depresión. Cuando esta depresión se agudiza, la recuperación de la persona se complica y no siempre se puede sanar.
Desde luego que hay de rechazos a rechazos, no es lo mismo el rechazo en las redes sociales, que sentir rechazo familiar, de la pareja, de un trabajo o de amigos cercanos. No es lo mismo un raspón leve, que una fractura de un hueso. El tiempo y el cuidado para sanar son muy distintos en cada caso.
El problema más grave del rechazo es que cuando sucede, no importa la razón, ni la explicación, la persona rechazada se atormenta y ella misma se juzga con más crueldad, sufre porque no es aceptado y se sufre aún más por las ideas que el alimenta en su mente.
El rechazo se convierte en una tortura que se revive continuamente y dirige la atención sólo a los aspectos negativos, destructivos y tóxicos de la persona, perdiendo de vista todo lo bueno y positivo que también es.
El mejor antídoto para el rechazo, es hacer "higiene mental" continua, por medio de la claridad de los pensamientos, validando la convicción propia, y no tomando tan personalmente la opinion de los otros.
Hay que ser noble con uno mismo y aceptar que no siempre la gente nos va a aceptar.
Ingredientes:
Afirmación Positiva para protegerse del rechazo:
Tengo y valoro mi opinion propia. Me gusta compartir mis ideas, pero si no son aceptadas, no me voy a sentir rechazado. Respeto la forma de pensar de los demás y me gusta que me respeten a mí. Tengo claridad en mis pensamientos, fortaleza para defender mi valor propio, convicción en mis ideas y valor para conquistar el miedo al rechazo. Me enfoco en lo bueno, lo positivo y lo que me ayuda a ser mejor.
Como superar el rechazo:
"No puedes controlar a quien te rechaza, pero tienes absoluto control de tus reacciones hacia el rechazo y la forma como te tratas a ti mismo".
Extraído de recetasparalavida.com
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