Sociedad
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Durante 2.000 años, los judíos han rechazado el cristianismo. ¿Por qué?
Una de las preguntas más comunes que recibimos en AishLatino es: "¿Por qué los judíos no creen en Jesús?". Vamos a entender por qué, no para despreciar otras religiones, sino para aclarar la posición judía.
Los judíos no creen en Jesús y no aceptan a Jesús como su Mesías porque:
La palabra "Mesías" es una traducción al español de la palabra hebrea Mashiaj, que significa "ungido." Por lo general, se refiere a una persona iniciada en el servicio de Dios al ser ungida con aceite. (Éxodo 29:7, 1 Reyes 1:39, 2 Reyes 9:3)
Uno de los temas centrales de la profecía bíblica es la promesa de una era futura de perfección caracterizada por la paz universal y el reconocimiento de Dios. (Isaías 2:1-4, 32:15-18, 60:15-18; Sofonías 3:9; Oseas 2:20-22; Amós 9:13-15; Miqueas 4:1-4; Zacarías 8:23, 14:9; Jeremías 31:33-34)
Específicamente, la Biblia dice que debe:
Si una persona no cumple ni una sola de estas condiciones, entonces no puede ser el Mesías.
Dado que nadie ha cumplido jamás la descripción bíblica de este Rey futuro, los judíos aún esperan la llegada del Mesías. Todos los pretendientes mesiánicos anteriores, incluidos Jesús de Nazaret, Bar Kojba y Shabbtai Tzvi, han sido rechazados.
Los cristianos argumentan que Jesús cumplirá estas profecías en la Segunda Venida. Las fuentes judías muestran que el Mesías cumplirá las profecías de manera completa; en la Biblia no existe el concepto de una segunda venida.
La idea cristiana de la trinidad divide a Dios en tres entes separados: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19).
Esto contradice al Shemá, la base de la creencia judía: "Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es UNO" (Deuteronomio 6:4). Los judíos declaran la unicidad de Dios cada día, escribiéndola en los marcos de sus puertas —las mezuzot—, y atándola a sus brazos y a sus cabezas —los Tefilin—. Esta aseveración de la unicidad de Dios son las primeras palabras que se le enseñan a un niño judío, y las últimas palabras que se dicen antes de morir.
En la ley judía, el adorar a una trinidad divina es considerado idolatría, uno de los pecados cardinales por los cuales un judío debe dar la vida antes de transgredirlo. Esto explica por qué durante las inquisiciones y durante toda nuestra historia, los judíos han preferido dar sus vidas antes que convertirse.
Los cristianos creen que Dios vino a la tierra tomando la forma de un hombre, como Jesús dijo: "Yo y el Padre somos uno" (Juan 10:30).
Maimónides dedica la mayoría de su libro "La Guía de los Perplejos" a la idea fundamental de que Dios carece de cuerpo, es decir de una forma física. Dios es Eterno, está por encima del tiempo. Es Infinito, más allá del espacio. No pudo haber nacido y no puede morir. Decir que Dios asume una forma humana hace a Dios pequeño, destruyendo Su Unicidad y Divinidad, como dice la Torá: "Dios no es un mortal" (Números 23; 19).
El judaísmo dice que el Mesías va a nacer de padres humanos, con atributos físicos como cualquier otra persona. No va a ser un semi-dios, y no va a poseer características sobrenaturales. De hecho, un individuo vive en cada generación con la capacidad de tomar el papel de Mesías (ver Maimónides, Leyes de Reyes 11:3).
Una idea básica del cristianismo es que el rezo debe ser dirigido a través de un intermediario —por ejemplo, confesar los pecados a un cura—. Jesús mismo es un intermediario, como él mismo dijo: "Ningún hombre se acerca al Padre sino a través mío".
En el judaísmo, el rezo es una cuestión totalmente privada, entre cada individuo y Dios. Como la Biblia dice: "Dios está cercano a todo aquel que lo llame verdaderamente" (Salmos 145: 18). Más aún, los Diez Mandamientos dicen: "No debes tener otros dioses delante de Mí", es decir que está prohibido poner un mediador entre Dios y el hombre. (Ver Maimónides, Leyes de idolatría Cáp. 1).
El cristianismo comúnmente trata al mundo físico como algo malo que debe ser evitado. María, la mujer cristiana más sagrada es retratada como una virgen. Entre los curas y las monjas son célibes. Los monasterios están en lugares remotos y alejados.
Por el contrario, el judaísmo cree que Dios creó el mundo físico para nuestro beneficio, no para frustrarnos. La espiritualidad judía se obtiene mediante la utilización del mundo físico de manera tal que lo eleva. Las relaciones íntimas en un contexto adecuado es uno de los actos más sagrados que una persona puede realizar.
El Talmud dice que si una persona tiene la oportunidad de probar una fruta nueva y se rehúsa a hacerlo, tendrá que rendir cuentas de ello en el mundo venidero. Asimismo, las escuelas rabínicas judías enseñan cómo actuar correctamente en el ámbito comercial. Los judíos no se retiran de la vida, la elevan.
"El Mesías se convertirá en el mayor profeta de la historia, solo superado por Moshé" (Targum – Yeshayahu 11:2; Maimónides – Teshuvá 9:2)
La profecía solo puede existir en Israel cuando la tierra está habitada por la mayoría del pueblo judío, una situación que no ha existido desde el año 300 AEC. Durante la época de Ezra, cuando la mayoría de los judíos permanecieron en Babilonia, la profecía terminó con la muerte de los últimos profetas: Jagai, Zejariá y Malaji.
Jesús apareció en la escena aproximadamente 350 años después de que la profecía había terminado y, por lo tanto, no podía ser un profeta.
Muchos pasajes proféticos hablan de un descendiente del Rey David que gobernará Israel durante la era de perfección. (Isaías 11:1-9; Jeremías 23:5-6, 30:7-10, 33:14-16; Ezequiel 34:11-31, 37:21-28; Oseas 3:4-5)
El Mesías debe ser descendiente del rey David por el lado paterno (Ver Génesis 49:10 e Isaías 11:1). De acuerdo al cristianismo que dice que Jesús fue producto del nacimiento de una virgen, él no tuvo un padre, y por ende no pudo haber tenido la posibilidad de cumplir la profecía mesiánica de ser descendiente del rey David por el lado paterno.
El Mesías guiará al pueblo judío a la plena observancia de la Torá. La Torá establece que todos los mitzvot son vinculantes para siempre, y cualquiera que venga a cambiar la Torá es identificado de inmediato como un falso profeta. (Deuteronomio 13:1-4)
A lo largo del "Nuevo Testamento" cristiano, Jesús contradice la Torá y declara que sus mandamientos ya no son aplicables. Por ejemplo, en Juan 9:14 se registra que Jesús hizo una pasta en violación del Shabat, lo que causó que los fariseos dijeran (versículo 16), "¡Él no observa el Shabat!"
Los versículos bíblicos sólo pueden ser entendidos al estudiar el texto en su idioma original, lo que revela muchas discrepancias con la traducción cristiana.
La idea cristiana de que una virgen dio a luz ha derivado de un versículo en Isaías que describe a una "almá" dando a luz. La palabra hebrea "almá" siempre ha significado "una mujer joven", pero los teólogos cristianos vinieron siglos después a traducirla como "virgen". Esto está de acuerdo con la idea pagana de que los mortales son absorbidos por dioses.
El versículo en Salmos 22:17 dice: "Como un león ellos están en mis manos y pies". La palabra hebrea ke-arí (como un león) es gramaticalmente similar a la palabra "clavado". Sin embargo, el cristianismo lee el versículo como una referencia a la crucifixión: "Ellos perforaron mis manos y pies".
El cristianismo afirma que el capítulo 53 de Isaías se refiere a Jesús como el "siervo sufriente".
En realidad, Isaías 53 sigue directamente el tema del capítulo 52, describiendo el exilio y la redención del pueblo judío. Las profecías están escritas en forma singular porque los judíos ("Israel") son considerados una unidad. A lo largo de las Escrituras judías, Israel es repetidamente llamado, en singular, el "Siervo de Dios" (ver Isaías 43:8). De hecho, Isaías afirma no menos de 11 veces en los capítulos anteriores al 53 que el Siervo de Dios es Israel.
Cuando se lee correctamente, Isaías 53 claramente [y irónicamente] se refiere al pueblo judío siendo "magullado, aplastado y llevado como ovejas al matadero" a manos de las naciones del mundo. Estas descripciones se utilizan a lo largo de las Escrituras judías para describir gráficamente el sufrimiento del pueblo judío (ver Salmo 44).
Isaías 53 concluye que cuando el pueblo judío sea redimido, las naciones reconocerán y aceptarán la responsabilidad por el sufrimiento y la muerte desproporcionados de los judíos.
De las 15.000 religiones que existieron en la historia de la humanidad sólo el judaísmo basa sus creencias en una revelación nacional, es decir: Dios hablándole a todo el pueblo. Si Dios va a comenzar una religión, tiene sentido que se lo diga a todos y no sólo a una persona.
El judaísmo, único entre la mayoría de las religiones principales del mundo, no basa sus creencias en "declaraciones de milagros" para establecer su religión. De hecho la Biblia dice que Dios algunas veces garantiza el poder de hacer "milagros" a los charlatanes, para poder probar la lealtad de los judíos hacia la Torá. (Deuteronomio. 13:4).
Maimónides dice (Fundamentos de la Torá, cápitulo 8):
Los judíos no creyeron en Moshé, nuestro maestro, por los milagros que realizó. Cuando la creencia de una persona está basada en ver milagros, tiene dudas persistentes, porque es posible que los milagros fueran hechos a través de la magia o la brujería. Todos los milagros realizados por Moshé en el desierto ocurrieron porque fueron necesarios, y no como prueba de su profecía.
¿Cuál fue entonces la base de la creencia judía? La revelación en el Monte Sinai, que vimos con nuestros propios ojos y escuchamos con nuestros oídos, sin depender del testimonio de otros. Como está escrito: "Cara a cara, Dios habló contigo...". La Torá también cita: "Dios no hizo este pacto con nuestros padres, sino con nosotros - que estamos todos vivos hoy". (Deuteronomio 5:3).
El judaísmo no está basado en "milagros". Es la experiencia personal de cada hombre, mujer y niño.
El judaísmo no demanda que todos se conviertan a la religión judía. La Torá de Moshé es la verdad para la humanidad, sea la persona un judío o no. El rey Salomón le pidió a Dios contestar los rezos de los no judíos que iban al Templo Sagrado (Reyes I 8:41-43) y el profeta Isaías se refiere al Templo como la "Casa para las naciones". El servicio en el Templo durante Sucot presentaba 70 sacrificios animales correspondientes a las 70 naciones del mundo. (De hecho, el Talmud dice que si los romanos se hubieran dado cuenta del beneficio que obtenían del Templo, nunca lo hubieran destruido).
Los judíos nunca han buscado convertir a la gente, puesto que la Torá prescribe un camino adecuado para los gentiles, llamado las "Siete leyes de Noaj". Maimónides explica que cualquier ser humano, que con fe observa estas leyes morales básicas, gana un lugar propio en el cielo.
Maimónides declara que la popularidad del cristianismo (y del Islam) es parte del plan de Dios de extender las ideas de la Torá a todo el mundo. Esto mueve a la sociedad hacia un estado perfecto de moralidad, y hacia una mayor comprensión de Dios. Todo esto en preparación para la era mesiánica.
Por cierto, el mundo está desesperadamente necesitado de la redención mesiánica. La guerra y la contaminación ambiental amenazan nuestro planeta; el ego y la confusión erosionan nuestra vida familiar. Hasta donde estemos conscientes de los problemas sociales, es el determinante de nuestro anhelo por la redención. Como dice el Talmud, una de las primeras preguntas que se le hace a un judío en su juicio celestial es: "¿Has anhelado la llegada del Mesías?".
¿Cómo podemos apresurar la llegada del Mesías? La mejor manera es amar generosamente a toda la humanidad, cuidar las mitzvot de la Torá (como mejor podamos), y animar a los demás a que también lo hagan.
A pesar de la penumbra, el mundo está encaminado hacia la redención. Un signo evidente es que los judíos han regresado a la Tierra de Israel y la han hecho florecer nuevamente.
Además, hay un gran movimiento de jóvenes judíos regresando a las tradiciones de la Torá.
El Mesías puede venir en cualquier momento, y todo depende de nuestras acciones. Dios estará listo cuando nosotros lo estemos. Como dijo el rey David: "La redención llegará hoy, si escuchas Su voz".
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Hola, soy cristiano católico. Me pareció muy interesante ver el punto de vista judío sobre Jesucristo en su religión. Gracias por compartir.
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