¿Por qué los judíos son llamados el Pueblo del Libro?

26/03/2023

3 min de lectura

5 datos interesantes sobre esta curiosa expresión.

Los judíos son conocidos como el “Pueblo del Libro”. ¿Cuál es el origen de esta curiosa expresión?

Origen musulmán

El término "Pueblo del Libro" se originó del árabe: Ahl Al-Kitab. Esta expresión la encontramos por primera vez en el Corán y describe no sólo a los judíos sino también a los cristianos, los seguidores del zoroastrismo y del sabeísmo (cuya identidad precisa es desconocida hoy en día). El islam considera que todos estos grupos religiosos poseen libros divinos y, por lo tanto, históricamente han disfrutado de algunas protecciones en las tierras controladas por los musulmanes.

El Corán le da al “Pueblo del Libro” el derecho de vivir en tierras musulmanas con severas restricciones a su libertad, y les permite practicar sus religiones (nuevamente, con algunas restricciones), libertades tradicionalmente denegadas a otros grupos religiosos que no consideraban que tuvieran legitimidad religiosa.

La importancia del estudio de la Torá

A pesar de su origen musulmán, muchos judíos aceptaron la expresión "Pueblo del Libro". Quizás porque esto parece describir la cercana relación que los judíos tenemos con la Torá, los Cinco Libros de Moshé, y con el estudio del Talmud. De hecho, para el judaísmo estudiar la Torá es una mitzvá, un mandamiento.

Nos ponemos de pie ante su presencia como si fuera un rey, bailamos con ella como si fuese una novia y, que Dios no lo permita, si es profanada o se arruina de forma irreparable, la enterramos como si fuera un pariente que falleció.

Rav Moshé ben Maimón, un sabio medieval español (conocido también como Rambam o Maimónides), lo explica claramente: cada judío “sea pobre o rico, ya sea que su cuerpo esté sano y completo o afligido por dificultades, ya sea un hombre joven o un anciano cuya fuerza se ha debilitado…” está obligado a pasar al menos una parte de su día estudiando la Torá.

Leer con alegría

Rav Jonathan Sacks comentó que “el objeto más sagrado en el judaísmo es un libro, el Rollo de la Ley. La reverencia que le prestamos es extraordinaria. Nos ponemos de pie ante su presencia como si fuese un rey, bailamos con ella como si fuese una novia y, que Dios no lo permita, si es profanada o se arruina de forma irreparable, la enterramos como si fuera un pariente que falleció".

Cada año, en la festividad de Simjat Torá, bailamos con la Torá. En Shavuot celebramos que tenemos la Torá quedándonos despiertos toda la noche, estudiando. En el judaísmo, los libros y el estudio son causa de celebración. Estudiar el Talmud, que es sumamente amplio y vasto, a menudo se compara con nadar en un océano. Para cada judío, hay un libro con el cual se conecta.

Tratar a los libros con respeto

Nuestro intenso respeto por la Torá se extiende al trato respetuoso que le damos a los Rollos de la Torá y a otros libros sagrados. Los libros sagrados judíos (como la Biblias o los libros de rezos) nunca se ponen en el suelo. Si uno se cae al suelo por accidente, los judíos acostumbran a darle un beso al levantarlo. Los libros judíos no se utilizan para otros propósitos, por ejemplo para mantener abierta una puerta o para sostener una taza de café. Eso sería considerado una falta de respeto.

En las sinagogas, este respeto que los judíos concedemos a nuestros libros sagrados es especialmente pronunciado. La congregación se pone de pie cuando se abre el arón, el 'armario' donde están los Rollos de la Torá. Los Rollos de la Torá están cubiertos con bellas coberturas y coronados con coronas de plata reales, tal como usaría un monarca humano.

El 'Libro de la Vida'

Quizás otra razón por la que los judíos aceptaron ser llamados el Pueblo del Libro son las vívidas imágenes que el Talmud usa al describir la solemnidad de Rosh Hashaná, cuando Dios se sienta “en el Trono del juicio” con los “libros de la vida y la muerte… abiertos ante Él” (Talmud Rosh Hashaná 32b).

Es una emotiva imagen que expresa la creencia judía fundamental respecto a que todo lo que hacemos y decimos en nuestra vida tiene consecuencias profundas y es registrado para la posteridad. Somos parte de la historia eterna del pueblo judío. Cada uno tiene la misión de escribir el siguiente capítulo de la historia judía. Acceder a la sabiduría judía eterna a través de nuestros libros sagrados nos ayuda a prepararnos para vivir la mejor vida que cada uno es capaz de vivir.

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