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Los inicios tienen un poco de emoción, algo de fantasía, miedo, duda, pero sobre todo, cuentan con las ganas extraordinarias para triunfar.
Todos los inicios son difíciles. El tomar la decisión, encontrar el valor y la energía que impulse a los deseos para que se conviertan en realidad, se podría decir que es un acto casi épico.
El término ‘inicios difíciles’, se encuentra en plural, a pesar de que pudiera parecer una equivocación gramática no lo es. Cuando uno inicia algo, es común que previamente se haya tenido alguna experiencia que le inspiró o que motivó a intentarlo nuevamente. Ya sea la curiosidad, el deseo o la necesidad para reiniciar y redirigir la sabiduría o tener el interés para comenzar nuevamente desde una perspectiva distinta.
Así, el inicio es otro intento para conquistar un sueño y traer luz a la vida propia.
Por esta razón, es que uno nunca empieza de cero, la idea, o la relación o el proyecto pueden ser nuevos, pero la experiencia y los aprendizajes pasados sirven como un eslabón para comenzar un nuevo ‘inicio’.
Cuando se inicia un nuevo año, una nueva relación, un nuevo trabajo, etc., uno tiene una actitud positiva, energética y con una disposición fresca. Sin olvidar que la vida es continua, esta sólo se reinventa, redirige y se aprende. Difícilmente se empieza de la nada.
Hablar de que ‘todos los inicios son difíciles’, no quiere decir que son imposibles, tampoco quiere decir que, porque sean dificultosos, no valen la pena o no son alcanzables. Lo que quiere decir es que, cada inicio se tendrá que “reiniciar” varias ocasiones, hasta lograr lo que se busca.
Iniciar quiere decir, restructurar lo que ya se conoce y hacerlo de una manera distinta. Iniciar quiere decir, ver la vida con un mejor lente; emprender un nuevo camino. Iniciar quiere decir, tener la fortaleza para caminar un paso más, relacionarse con una persona nueva o hacer algo que de alguna manera está fuera de la zona de confort. Iniciar es, darle a la vida la oportunidad para que nos sorprenda y nos regale nuevas lecciones. Es probarnos a nosotros mismos que contamos con la fortaleza interna necesaria. Iniciar es no darse por vencido; es cultivar el valor para salir adelante y triunfar.
A pesar de que los inicios son difíciles, siempre se puede encontrar un motivo suficientemente válido para empezar. Teniendo en mente que el éxito, no es automático, ni es simple. Se necesita buscar el gusto personal y tener claro el propósito que se tiene.
Cuando uno logra el éxito en lo que inicia, encuentra abundancia en el universo, siente aprecio por la vida y gratitud, la cual crea la felicidad interna primordial, ya que hace que el nuevo inicio tenga un final productivo y la misión sea cumplida.
Nuevos inicios
Ingredientes:
Inicio un nuevo año, una nueva relación o una nueva etapa con gusto, buena actitud y con la certeza de que voy hacer todo lo posible para lograr mis objetivos. Entiendo que la felicidad última proviene de la lucha y la determinación de mis acciones. A pesar de que el inicio pueda ser difícil, el resultado será grato y satisfactorio. No me voy a rendir. Tengo la fortaleza para iniciar tantas veces sea necesario hasta obtener el resultado que quiero.
La verdadera fortaleza para iniciar está en ti mismo y en la determinación que tienes para triunfar.
Extraído de recetasparalavida.com
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