¿Puedes enamorarte de alguien con tan sólo 36 preguntas?

4 min de lectura

¿Estás dispuesto a hacer la prueba?

Cuando un viejo conocido de la universidad le dijo que “con unas cuantas cosas en común ellos podrían enamorarse”, Mandy Len Catron lo invitó a ver si era posible. Los dos siguieron las pautas de un experimento que realizó el psicólogo Arthur Aron en los años 90. En el experimento, Aron juntaba a estudiantes universitarios que no se conocían y les hacia preguntarse una serie de 36 preguntas progresivamente personales. Catron y su amigo se hicieron esas preguntas y luego se miraron a los ojos por cuatro minutos.

Ellos se enamoraron. Catron dice que el experimento fue el que pavimentó el camino para que esto ocurriera, pues creó una sensación de confianza y cercanía sobre la cual construyeron la relación. Esa confianza y cercanía —algo que nosotros llamamos intimidad emocional— es esencial para cualquier relación. Las 36 preguntas del Dr. Aron ciertamente parecen ser una forma efectiva para que una pareja desarrolle intimidad emocional.

Una de las principales razones de su éxito es porque las preguntas exigen que cada uno se abra gradualmente hacia el otro, compartiendo ideas, sentimientos, pensamientos e impresiones cada vez más profundas. Hacer revelaciones progresivamente personales y escuchar revelaciones similares de otra persona ayuda a una pareja a establecer un lazo de conexión y confianza.

La lista de preguntas comienza con ítems que requieren una pequeña cantidad de revelación personal como: “¿Cómo sería un día perfecto para ti?”, y llevan a preguntas más profundas como: “¿Cuál es tu recuerdo más preciado?” y eventualmente a: “Comparte con tu pareja un momento vergonzoso de tu vida”. Por cuanto que las preguntas se hacen cada vez más inquisitivas, Catron dice no haberse dado cuenta “que entramos a un territorio íntimo sino hasta que ya estábamos ahí, un proceso que puede tardar típicamente semanas o meses”.

Desgraciadamente, muchas personas que salen en citas comparten durante semanas o meses sin aprender mucho sobre sus sentimientos, sobre cómo piensa el otro, qué valoran, cómo es su aproximación a la vida y qué les da sentido a su vida. Hacerse mutuamente preguntas como las que están en la lista del Dr. Aron podría ayudar a eso.

El último ítem de la lista es una gran idea para que cada pareja pruebe después de que sientan que ya han comenzado a construir una conexión de confianza. Cada persona comparte un problema con el otro y le pide un consejo sobre cómo manejarlo, lo cual es un buen mecanismo para que ambos se sientan valorados. Luego, cada uno le pide al otro que reflexione sobre cómo cree que se siente respecto al problema, lo cual anima a la pareja a ponerse a tono con las emociones del otro.

A pesar de que hacer las 36 preguntas del Dr. Aron en una cita puede ayudar a que comience el proceso de construir intimidad emocional, creemos que es mejor idea separarlas en un mayor periodo de tiempo. La mayoría de las personas se sienten más cómodas cuando conocen gradualmente al otro y cuando va aumentando lentamente su sensación de confianza, lo cual hace que vayan revelando cada vez más de sus vulnerabilidades. Hay otros elementos de la intimidad emocional que requieren tiempo para asentarse y crecer, elementos como experiencias compartidas, lealtad, dependencia y compromiso. Y el ‘amor’ —la emoción que Catron esperaba poder crear— depende de mucho más que la intimidad emocional.

¿Cómo puedes utilizar estas preguntas para ayudarte a construir una conexión con alguien con quien estás saliendo?

1. Dale un propósito a cada una de tus citas. Piensa en unas cuantas cosas nuevas que te gustaría aprender del otro y sácalas como temas de conversación o preguntas para hacerle a tu compañero de cita.

2. No te enfoques solamente en los hechos. Haz preguntas como las que están en la lista del Dr. Aron para compartir tus ideas, actitudes, valores y sensibilidades. El Dr. Aron dividió sus preguntas en tres grupos. Quédate en el primer grupo de preguntas durante tus primeras citas, y avanza gradualmente hacia cada uno de los otros grupos a medida que se sientan más cómodos uno con el otro.

3. Diviértanse. Está bien si combinas actividades divertidas con conversaciones serias en la misma cita. Algunas de las cosas que hagan juntos debieran ser interactivas, un juego de mesa, una actividad deportiva o incluso comprar juntos, pues les deja experimentar diferentes lados de la personalidad de cada uno.

4. Concéntrate en estar “presente” en tus citas. Usa todos tus sentidos para concentrarte en la experiencia, la conversación, en lo que están haciendo juntos. Eso ayuda a que la cita sea más agradable y permite que se desarrolle naturalmente una conexión. Cuando estás presente, es más fácil resistir la contraproducente necesidad del constante “análisis” de qué está pasando.

5. No fijes tus citas demasiado seguidas. Necesitan tiempo para “procesar” sus experiencias y sentimientos, y eso a menudo ocurre a medida que avanzas por la vida. Dos veces por semana es una periodicidad óptima para verse mientras están construyendo una relación.

6. Encuentra un mentor casado con quien hablar. Si quieres consejo o una perspectiva que pueda ayudarte a adquirir claridad sobre el proceso de citas, encuentra un mentor casado. Tus amigos no casados pueden ser buenos comunicadores sociales y pueden darte buenos consejos para otros aspectos de tu vida, pero no son los mejores recursos cuando se trata de citas.

¡Estos pasos pueden ayudarte a impulsar tu relación hacia adelante!


Si quieres ver las 36 preguntas del Dr. Aron haz clic aquí.

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