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"Amén" es una palabra hebrea. ¿Qué significa y cómo se la usa en la vida diaria judía?
"Amén" es una palabra hebrea que aparece por primera vez en la Torá en el libro de Números (5:22): "Y la mujer dirá: 'Amén, Amén'". En el contexto, la mujer debe decirlo como respuesta a una declaración que hace otro (en este caso, un sacerdote) como una forma de indicar que ella está de acuerdo con lo que se ha dicho, así como con sus implicaciones.
La palabra "Amén" se usa tanto en un contexto litúrgico como coloquialmente, como una manera de decir: "Lo que acabas de decir es cierto" o "Estoy de acuerdo".
A pesar de su origen hebreo, obviamente judío, tanto el cristianismo como el islam se apropiaron de la palabra y utilizan el término hebreo sin traducirlo en sus textos religiosos y litúrgicos. La palabra hebrea también fue adoptada por la cultura popular.
En el uso judío contemporáneo, se dice "Amén" después de prácticamente todas las bendiciones y plegarias, y forma parte integral de las respuestas al "Kadish", la súplica para que sea revelado ante la humanidad el propósito Divino para la creación. El Kadish se dice como parte del servicio diario de plegarias y también lo dicen los deudos cuando fallece un ser querido.
En este artículo:
Amén (אמן) tiene la misma raíz lingüística que la palabra emuná (אמונה), lo cual aunque a menudo se traduce como "fe", es más correcto traducirlo como "creencia". En el pensamiento judío, una creencia es una convicción basada en la evidencia, similar a la forma en que se toma una decisión en un tribunal de justicia. Cuando dices "Amén", estás afirmando que basado en la evidencia que has investigado y analizado, estás de acuerdo respecto a que lo que se ha dicho es cierto.
De acuerdo con el Talmud(1) "Amén" es una sigla formada por las primeras letras de El Mélej Neeman, que significa "Dios, el Rey digno de confianza". En concreto, esto alude a Dios, la fuente omnipotente y todopoderosa de la realidad, que es también la fuente de la misericordia y la bondad; Rey, que supervisa y dirige al mundo; y Digno de confianza, que es justo y no te da ni más ni menos de lo que puedes enfrentar.
En este contexto, decir "Amén" es también una forma de declarar tu creencia, o acuerdo, con los principios básicos del pensamiento judío: Dios existe, Él creó el mundo para tu beneficio y placer, el mayor placer es tener una relación con Él, y Él te dio la libertad, o independencia, para crear esa relación por ti mismo, lo cual es el mayor placer que ofrece la vida.
"Amén" es una palabra hebrea que aparece en la Torá, por ejemplo en Números 5:22 (como ya dijimos) y en Deuteronomio 27:15-26, donde se lo incluye como respuesta a una lista de bendiciones y maldiciones que el pueblo judío tuvo que proclamar al entrar a la tierra de Israel.
También aparece en los otros libros de la Biblia. Se la utiliza en algunas secciones narrativas de la Biblia, por ejemplo en Reyes I, 1:36: "Benaiá, hijo de Joiada, tomó la palabra y dijo al rey: '¡Amén! Y que así lo disponga el Dios de mi señor, el rey!'". Y en Nejemías 8:6: "Ezra bendijo a Dios y el pueblo respondió: 'Amén, Amén', con las manos en alto". También aparece numerosas veces en el libro de los Salmos, muchos de los cuales se han incorporado al servicio diario de plegarias, como el Salmo 41:14: "Bendito sea Dios, el Dios de Israel, por los siglos de los siglos, Amén y Amén".
De acuerdo con el Talmud,(2) Amén ya se usaba como una respuesta a diversas plegarias y bendiciones durante el período del Segundo Templo (350 AEC-70EC), pero no se usaba en el Templo mismo (en cambio se utilizaba una expresión de alabanza más intensa). Al aclarar esto, el Talmud asume que en esa época el uso del Amén en la plegaria diaria ya era habitual, y que su uso se remonta a generaciones previas.
El significado bíblico de "Amén", como ya hemos señalado, tiene relación con la palabra emuná, que significa creencia. Tal como se lo usa en la Biblia, en la plegaria judía y en la ley judía,(3) el Amén tiene tres connotaciones:
Amén es un compromiso. Decirlo es declarar que tus creencias están en línea con la misión del pueblo judío: ser una "luz para las naciones",(4) lo cual implica ser un ejemplo, o vivir los valores que el mundo busca como guía espiritual y moral. Esto explica por qué el Talmud concede tanta importancia al hecho de responder "Amén".
A quien responde "Amén" con todas sus fuerzas [es decir, con un entendimiento correcto y claro], se le abren las puertas del Jardín del Edén. Como dice en Isaías 26:2: "Abran las puertas y vendrá una nación justa que guardó fidelidad". No leas "guardó fidelidad (shomer emunim/שומר אמונים), sino más bien [utiliza este juego de palabras]: "Que dice Amén" (Sheomrim amén/שאומרים אמן).(5)
Amén se dice después de casi todas las bendiciones y plegarias, y es parte integral del Kadish, la súplica para que el propósito de Dios para la creación sea obvio y revelado ante todos.
Una razón posible por la que "Amén" es transliterado y no traducido, es similar a la forma en que las marcas en inglés de productos populares se usan así también en otros idiomas. Como dijo un lingüista: [los especialistas en marketing] desean aprovechar la creencia de muchos hablantes respecto a que el sonido de los nombres propios es intrínseco a su significado", lo cual, de acuerdo con él, también puede ser el caso del "Amén".
"Es la misma clase de iconicidad que podría explicar por qué tantas lenguas se abstienen de traducir Aleluya y Amén, como si los sonidos de nociones religiosas tan básicas estuvieran relacionados con sus referentes, de modo que al perder el sonido, podríamos perder el significado".(6)
Amén (אמן) es una palabra hebrea que comparte la raíz lingüística de la palabra emuná (אמונה), que significa "creencia". Decir o responder "Amén" es declarar que estás de acuerdo con la afirmación, bendición o declaración que acabas de escuchar. Amén también es una sigla formada por las primeras letras de El Mélej Neeman, que significa "Dios, el Rey digno de confianza". Decirlo es una forma de declarar tu creencia, o aceptación de los principios básicos del pensamiento judío. Amén aparece a lo largo de la Biblia Hebrea, y fue apropiado también por el cristianismo y el islam. En el uso judío contemporáneo, se lo dice después de casi todas las bendicioens y plegarias, y es una parte integral del Kadish, la súplica para que sea revelado el propósito de Dios para la creación.
Amén (אמן) es una palabra hebrea que comparte la raíz lingüística con emuná (אמונה), que significa creencia. Decir Amén es una forma de reconocer la verdad de una declaración, de aceptar un voto sobre uno mismo, o de expresar tu esperanza respecto a que una declaración o algo que has escuchado, será verdad en el futuro.
Decir Amén al final de una plegaria es una manera de decir: "estoy de acuerdo con eso" o "creo que lo que acabas de decir es verdad".
En hebreo, Amén se escribe con tres letras hebreas: Alef (א), Mem (מ) y Nun final (ן); y se ve así: אמן
Notas:
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