Querida Emuna: No me gustan los regalos de mi marido

4 min de lectura

No quiero ser una malcriada, pero, ¿por qué no me compra algo que realmente sea de mi gusto?

Querida Emuna:

No sé mucho sobre judaísmo, pero una vez aprendí que el marido debe comprarle a su esposa una joya o una prenda nueva para Sucot, Pesaj y Shavuot. Todos los años le muestro a mi marido el estilo de joyería que me gusta: fina, delicada, de filigrana y, preferentemente, de plata u oro blanco. Pero todos los años mi marido me compra algo completamente diferente a lo que me gusta, generalmente mucho más grande y en oro amarillo. No quiero comportarme como una malcriada; sé que soy afortunada de tener un marido que quiere comprarme regalos, pero siento que no me escucha cuando llega con sus regalos a casa. ¿Debería avergonzarme de mí misma? ¿Debería estar agradecida y aguantarme? Por favor aconséjame.

- Esposa insegura

Querida Esposa insegura:

Entiendo ambos lados de la situación y creo que una respuesta apropiada incluye los dos aspectos.

Definitivamente deberías ser más agradecida. Todos los regalos merecen al menos un ‘gracias, una expresión de aprecio. Tu marido invirtió tiempo, esfuerzo y dinero. El regalo es una expresión de su amor hacia ti. Tienes suerte de estar casada (si no lo crees, pregúntale a tus amigas solteras) y de tener un esposo cariñoso. Eres —como bien te auto describiste—, sumamente afortunada.

Por otro lado, entiendo y me identifico con tu problema. Necesitas preguntarle gentilmente (después de mostrarle expresiones efusivas de gratitud) por qué ignoró tus pedidos. Quizás descubrirás que no estaba prestando mucha atención (¡algo muy común incluso en los maridos cariñosos!) y que no se trata de un comportamiento pasivo-agresivo de su parte.

Debes saber también que hay una profunda oportunidad de crecimiento espiritual en esta situación que no tiene nada que ver con el matrimonio. Así es precisamente como se siente Dios cuando ignoramos Sus mandamientos. Así es como se siente cuando decimos: “Esto es lo que a mí me hace sentir más cercano a Dios”, incluso si Dios jamás lo sugirió o si nunca ha legislado específicamente contra eso.

Si quieres sentirte más cerca de otro ser humano (o de Dios) debes responder a lo que ellos quieren, y no a lo que tú quieres. Darle a nuestra pareja regalos que nos gustan a nosotros en lugar de lo que nuestra pareja quiere, anula el propósito de dar un regalo y hace que el receptor se sienta alienado de nosotros en lugar de sentirse más cercano.

Lo mismo sucede en nuestra relación con Dios. Dios hizo que sea muy fácil para nosotros: nos dijo exactamente qué debemos hacer para acercarnos a Él, tan sólo hace falta que sigamos Su voluntad.

Quizás si entendiéramos lo que causa el comportamiento de tu marido (quizás el hecho que él quiera elegir por sí mismo en lugar de que le digan qué comprar es similar a la forma en que algunos de nosotros respondemos a los mandamientos de Dios), entenderíamos también lo que nos frena en nuestra relación con Dios.

- Emuna


Mis niños me están volviendo loca

Querida Emuna:

Tengo cuatro hijos, dos niños y dos niñas, de 2, 4, 6 y 8 años. Los amo, realmente los amo, pero me están volviendo loca. Cada uno, en su forma particular, es egoísta, exigente y siempre está pidiéndome cosas. “Necesito cuadernos para la escuela”. “Mis zapatos son demasiado pequeños”. “A ella le diste un pedazo de torta más grande”. “Me tiró el cabello”. Literalmente me estoy volviendo loca. Por favor ayúdame.

- Madre al límite

Querida Madre al límite:

Bienvenida a la paternidad. ¡A menudo me siento exactamente igual! Tu descripción es precisa y universal. Los niños son egoístas y exigentes. Nuestra obligación es entrenarlos para que sean lo contrario. Sin embargo, no es fácil y lleva años (no minutos, ni horas, ni días).

Lo mejor que podemos hacer (además de nuestro conocido y verdadero recurso de la plegaria) es tratar de personificar el comportamiento que nos gustaría que ellos emulen. Independientemente de cómo actúen ellos, nosotros debemos (tratar de) responder con calma y paciencia. Con una voz tranquila y gentil debemos hacerlos a un costado y discutir con ellos sobre los puntos en los que deben mejorar su comportamiento, mientras los abrazamos y les expresamos nuestro amor.

¿Siempre tendrás éxito? Por supuesto que no. ¿Explotarás en algunas oportunidades? Quizás. No te castigues. Discúlpate por perder el temperamento (esto también representa un comportamiento importante) y sigue adelante con tu vida.

Todos tenemos mucho por mejorar. Esta es una de las ideas más cruciales que queremos comunicarles a nuestros hijos, que siempre debemos estar creciendo y trabajando en nosotros mismos, y que nunca debemos estancarnos. Entonces, respira hondo y sigue avanzando. No te volverás loca en realidad…

- Emuna


Escuelitis

Querida Emuna:

Mis dos hijas (que están en edad de escuela primaria) son buenas estudiantes y tienen buenas amigas. No se comportan mal y siempre hacen su tarea, y gracias a Dios son saludables y están llenas de energía. Sin embargo, la menor siempre me llama desde la escuela diciendo que le duele el estómago o la cabeza y me pide volver a casa. A veces la dejo y a veces no, pero siento que esto se me está comenzando a ir de las manos. ¿Qué debería hacer?

- Madre manipulada

Querida Madre manipulada:

En los populares experimentos con ratas, los científicos descubrieron lo obvio: las ratas empujarán constantemente la manivela si siempre que lo hagan reciben una recompensa y dejarán de hacerlo si nunca la obtienen. Pero también descubrieron otra cosa. Una recompensa intermitente es suficiente para que las ratas empujen la manivela indefinidamente. Si obtienen un pedazo de queso cada 10 o incluso 20 empujes, entonces seguirán empujando. Porque en cada empuje pensarán que quizás esa será la vez en que saldrá otro pedazo de queso.

Lo mismo ocurre con tu hija. Si a veces la llevas a casa (enferma o no), seguirá haciendo lo mismo; quizás esta será una de esas veces. La clave es tratar de entender por qué lo está haciendo.

Desde mi perspectiva limitada y en base a la escasa información provista, lo único que puedo sugerir es la motivación más básica (que a menudo es la más acertada): está pidiendo atención.

La respuesta clásica a los pedidos de atención que son expresados de manera negativa es 1) ignorarlos y 2) buscar oportunidades para brindar atención positiva. Encuentra acciones y comportamientos que alabar. Trata de buscar momentos a solas con ella después de la escuela y otras ocasiones en las que se sienta escuchada y atendida. Si Dios quiere, con un enfoque lo suficientemente positivo, los dolores de cabeza y de estómago mágicamente desaparecerán.

- Emuna

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