Ram Dass, el gurú spiritual hindú que tenía algo de judío en su corazón

28/11/2022

8 min de lectura

Dentro de Ram Dass, el famoso maestro espiritual hindú, latía un corazón distintivamente judío.

Ram Dass nunca se autodenominó gurú, pero fue un guía espiritual y el modelo para toda una generación de buscadores espirituales. Él tampoco se refería a sí mismo como judío, aunque, en algunos aspectos, la forma en que vivía era esencialmente judía.

Conocí a Ram Das personalmente. El ashram de Cohasset, Massachusetts, donde viví como miembro monástico durante 15 años, estaba cerca de la hacienda de George Alpert, el padre de Ram Dass. Ocasionalmente, Ram Dass llegaba a nuestro ashram los sábados por la noche para el kirtan, un festival de canto comunitario. Cuando escribí mi primer libro, una biografía de Swami Paramananda, en 1984, Ram Dass lo leyó y escribió una crítica positiva sobre él en el New Age Journal. Varios años después pasé a ser una judía observante y me mudé a la Ciudad Vieja de Jerusalem. Ram Dass vino a mi casa para una cena de Shabat.

La familia Alpert tenía una fuerte afiliación judía, al igual que muchos judíos conservadores de esa época. Como él, yo también había crecido en un ambiente judío conservador que no nos brindó nada de espiritualidad. Existe una grabación de alrededor de 1990 de una conversación de Ram Dass con otros dos líderes espirituales judíos de la New Age, incluyendo al famoso maestro budista Jack Kornfeld. Ellos hablan sobre su pasado judío. Se trata de una serie de bromas y quejas sobre la escuela judía y sus triviales bar mitzvot. Al escuchar esa grabación en mi casa de Jerusalem, donde a los 37 años había descubierto la profundidad y el poder espiritual del judaísmo, sentí mucha pena por ellos. Un adulto cuyo conocimiento sobre la nutrición no profundizó nada desde que tenía 12 años, se sentiría avergonzado. Pero… ¿cuántos judíos están satisfechos sin saber sobre el judaísmo nada más que lo que aprendieron cuando eran niños?

Mi creencia es que no nací judío por accidente, por lo tanto necesité encontrar la forma de honrar ese hecho.

A los 60 años, Ram Dass confrontó esta carencia. "Mi creencia es que no nací judío por accidente, por lo que necesité encontrar la forma de honrar ese hecho", dijo en una entrevista de 1992. "Desde una perspectiva hindú, naces en función de lo que tienes que enfrentar, y si tratas de evitarlo, sea lo que sea, te terminará atrapando".(1)

Ram Dass se sumergió en las fuentes judías y explicaciones contemporáneas para una clase sobre espiritualidad judía que fue invitado a dar en Los Ángeles. "Comencé a entender lo que sentiría si fuera un judío muy ortodoxo", admitió. "Comencé a ver la sincera belleza de ser una persona que realmente ama a Dios a la manera judía, la forma en que se relaciona con el linaje y la comunidad, cómo las mitzvot son técnicas para recordar a Dios y la halajá un sistema de apoyo".(2)

Ram Dass incluso viajó a Israel por invitación de Rav David Zeller. Se encontró con un cabalista en la Ciudad Vieja de Jerusalem, con un Rebe jasídico en Tzfat y con muchos judíos que seguían ardientemente el camino de la Torá, muchos de ellos habían sido alumnos de Ram Dass en los Estados Unidos.

Sin embargo, a pesar de su nueva valoración de la religión con la que nació, Ram Dass nunca cambió sus cuentas de oración por tefilín. Él continuó en el camino espiritual que creó para sí mismo desde su primera visita a India en 1967. En algunos aspectos, ese camino era una versión muy judía del hinduismo.(3)

¿Renunciar al mundo o involucrarse en el mundo?

El hinduismo es una religión que busca trascender al mundo. Su objetivo es moksha, la liberación del ciclo de nacimiento y muerte. El camino para esa liberación es la meditación, mediante la cual el adepto alcanza un estado de trascendencia consciente conocido como samadhi. El estilo de vida que lleva al éxito en la meditación es una vida de renunciamiento.

En India, las personas santas son llamadas saniasins. Ellas renuncian al mundo, particularmente al sexo, a las relaciones familiares y a las posesiones materiales. Si bien el hinduismo tiene muchos libros sagrados, incluyendo los Vedas y los Upanishads, su "biblia" concisa es la Bhagavad Gita, en la que Krishna le enseña a su discípulo Arjuna sobre los males del "apego" y el valor supremo del "desapego".

En contraste, el judaísmo es se basa en la santificación y la elevación del mundo físico. Con unas pocas excepciones, los mandamientos de la Torá involucran el uso del cuerpo para elevar los objetos físicos al usarlos en el servicio a Dios: colocar la mezuzá en el marco de la puerta, soplar un cuerno de carnero en Rosh Hashaná, sacudir un citrón y las hojas verdes en Sucot, etc. Lejos del ideal del desapego, la Torá alienta la devekut (apegarse o aferrarse) a Dios y el amor y la interacción con otros seres humanos. Alimenta y viste a los pobres, préstales dinero a los necesitados, ama a tu prójimo como a ti mismo.

Este contraste entre el hinduismo y el judaísmo llega a su punto más alto en sus perspectivas sobre la sexualidad. El hinduismo considera que el camino más elevado hacia Dios es el celibato. El gurú de Ram Dass, Neem Karoli Baba, así como todos los genuinos gurús de tradición hindú, fueron célibes. Esto se debe al ideal de renunciamiento que explicamos antes y a que la energía kundalini, que sube por la columna vertebral y llega a samadhi en el chakra más alto, en la corona de la cabeza, no debe ser disipada con la sexualidad en un chakra más bajo.

Por otro lado, el judaísmo considera que el camino más elevado a Dios es el matrimonio. Con un puñado de excepciones, todos los sabios de la tradición judía se casaron. La unión sexual entre marido y mujer, santificada por el cumplimiento de las mitzvot de "pureza familiar", es el "santo sanctórum" del camino judío espiritual.

Ram Dass

Foto: Deccan Herald

Esos enfoques opuestos respecto a la interacción con este mundo pueden resultar conflictivos para los judíos que siguen el camino hindú. Hacia el final de mis 15 años viviendo en un ashram hindú, este conflicto se me hizo patente. En 1982, una devastadora tormenta de nieve asoló la costa de Massachusetts, donde estaba nuestro ashram. Las olas de la marea, de hasta 15 metros de altura, destrozaron cantidades de casas en la ciudad vecina de Scituate, y cientos de residentes locales no tenían adónde ir, incluyendo muchas personas ancianas que fueron acomodadas en catres del ejército en una escuela secundaria local. La radio emitía pedidos constantes para que la gente recibiera en sus casas a las víctimas traumatizadas de la catástrofe.

Como en ese momento las cabañas de retiro del ashram estaban vacías, me entusiasmó la idea de ofrecerlas a los esfuerzos de rescate. Cuando nuestra gurú, Srimata Gayatri Devi, estaba en nuestro ashram de California, yo era la jefa de administración del ashram de la Costa Este. Llamé a nuestra gurú para pedir su aprobación, pero ella se rehusó. Insistió en que albergar extraños con vibraciones espirituales cuestionables podía dañar la atmósfera del ashram. Colgué el teléfono y lloré.

Si bien Ram Dass era devoto a su gurú Neem Karoli Baba, él forjó su propio camino, un camino que dio rienda suelta al activista judío que llevaba en su interior. En los años 70, después de volver a los Estados Unidos, Ram Dass fundó la Fundación Hanuman, una organización educativa y de servicios sin fines de lucro. Para él, no era suficiente haber descubierto los beneficios de la meditación. Ram Dass desarrolló el Proyecto Prisión-Ashram (ashram en la cárcel) para enseñar meditación a los prisioneros. Después de eso, cofundó la Fundación Seva para tratar a los ciegos de India y Nepal. También se dedicó a brindar talleres sobre conciencia durante el envejecimiento y la muerte. Y, al igual que su padre filántropo, Ram Dass donó los considerables ingresos de sus libros y clases para caridad.

Volver a casa, el documental sobre Ram Dass

Dos años antes de su muerte, a los 88 años, hicieron un breve documental de Ram Dass (disponible en Netflix) que muestra su vida después del accidente cerebrovascular que paralizó su lado derecho.

"Volver a casa" muestra a Ram Dass en su hogar de Maui, donde pasó sus últimos años. Su residencia está adornada con fotos de su gurú, además de un santuario con fotos de diversos gurúes famosos y deidades hindúes. Los judíos, a diferencia de los no judíos, tenemos prohibido por la Torá adorar a Dios mediante intermediarios. En este aspecto, el camino de Ram Dass era definitivamente no judío.

Sin embargo, me gustaría sugerir que su devoción a su gurú salvó a Ram Dass del egoísmo que arruinó a tantos maestros New Age. Como él relata en el documental, el principal punto de inflexión de su vida para pasar de ser un ambicioso académico de Harvard en busca de poder a una persona consciente de su alma tuvo lugar por su consumo de drogas. Su primer vuelo con hongos le reveló que su esencia era su alma, lo que llevó a Dick Alpert (como era conocido en ese entonces) a trabajar junto con Timothy Leary, también de Harvard, a experimentar sobre los efectos psicodélicos del LSD.

Eventualmente ambos fueron despedidos de Harvard. Timothy Leary era un discípulo de mi gurú, Srimata Gayatri Devi, llamada Mataji. Tim distribuía LSD entre los miembros monásticos del ashram, que se enamoraron de las experiencias psicodélicas. Mataji finalmente puso un freno y prohibió que sus discípulos consumieran psicodélicos. Ella le dijo a Tim: "Un sirviente no puede servir a dos amos".

Tim contestó: "No estoy de acuerdo" y cortó toda conexión con su gurú. En 1963 estableció una comuna psicodélica en Millbrook, Nueva York, y se llevó a la mayoría de la comunidad del ashram de Mataji. Haciendo caso sólo a los dictados de su propio ego, se casó cinco veces, pasó tiempo en prisión y se convirtió en una figura controvertida, incluso cómica, de la contracultura.

A pesar de todos los altibajos que inevitablemente forman parte de la búsqueda espiritual, él siempre se mantuvo fiel al ideal de servicio.

Dick Alpert siguió un camino diferente. En 1967 conoció en India a Neem Karoli Baba, se convenció de su genuina grandeza espiritual y lo aceptó como su gurú. Obedecer a un gurú requiere humildad, y Dick eligió esa suprema cualidad espiritual. Neem Karoli Baba le dio a Dick el nombre de Ram Dass, que significa sirviente de Dios. A pesar de todos los altibajos que inevitablemente forman parte de la búsqueda espiritual, él siempre se mantuvo fiel al ideal de servicio. Su primer libro de gran éxito, "Aquí ahora" ("Be here now"), definió el lema que guió su vida: "Ama a todos, sirve a todos, recuerda a Dios". Si bien decenas de miles de buscadores New Age consideraron a Ram Dass su maestro, él nunca asumió el rol de gurú.

Su humildad quedó en evidencia más que nunca en un artículo llamado Egg on My Beard, publicado en 1976 en Yoga Journal. Allí confesó que después de la muerte de Neem Karoli Baba estuvo involucrado durante 15 meses con Joya, una mujer casada de Brooklyn que tenía poderes psíquicos, y dijo que había hecho que muchos de sus seguidores se hicieran devotos de ella. Yo misma lo escuché ensalzar a Joya (sin usar su nombre) en una clase masiva en el campus de Harvard en 1975. Al final, ella demostró ser una materialista manipuladora que se dejaba guiar por su ego. Ram Dass admitió públicamente su error. "Fui totalmente seducido por el melodrama, como un turista que se queda boquiabierto al ver a un faquir haciendo el truco de la soga… finalmente, tuve que admitir que me había engañado a mí mismo". Fue una humillación pública que sólo podía ser reconocida por una persona realmente humilde.

Ram Dass terminó su mea culpa diciendo: "Espero que aprendan algo de mi ejemplo y se ahorren un gran desvío. Si su anhelo por Dios es puro, esa es su fortaleza".

Pienso que los judíos estaríamos de acuerdo.


Notas:

  1. https://web.archive.org/web/20130719153916/http://articles.sun-sentinel.com/1992-03-27/features/9201300673_1_torah-jewish-law-judaism
  2. Ibid.
  3. Si bien los occidentales a menudo confundimos el hinduismo con el budismo, son dos religiones muy diferentes. El budismo es una religión no teísta, mientras que el hinduismo se centra en Dios. Ram Dass tuvo muchos amigos budistas y con frecuencia enseñó con maestros budistas, pero su camino era hindú. Fue un devoto de Dios.
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