Recetas con frutas y verduras

7 min de lectura

Disfruta con estas recetas que incluyen abundantes frutas y verduras en todos sus sabores y colores.

Salmón asado con tomates y aceitunas

Aprovecha los tomates que están sabrosos y en temporada para realzar varios de tus platillos. Los tomates van particularmente bien con esta receta de salmón.

  • 1 kilo de tomates perita, con los bordes cortados, rebanados en cuñas delgadas.
  • ½ cebolla mediana, pelada y cortada en cuñas delgadas.
  • 2 dientes de ajo, picados.
  • 1 cucharada de aceite de oliva extra virgen.
  • 1/3 de aceitunas Kalamata deshuesadas, picadas gruesas.
  • 1 cucharada de romero fresco picado.
  • ¼ cucharita de sal.
  • Pimienta molida fresca, a gusto.
  • 560 gramos de filete de salmón (de 4 cm. de grosor), sin piel, cortado en 4 porciones.
  • Cáscara de naranja.

Precalienta el horno a 200ºC. Combina los tomates, cebolla, cáscara de naranja y ajo en una bandeja para hornear grande con lados. Rocía con aceite y mezcla para cubrir.

Hornea, destapado, mezclando ocasionalmente, hasta que los tomates y la cebolla estén blandos y comiencen a dorarse en los bordes, unos 45 minutos. Retira la bandeja del horno. Sube la temperatura del horno a 230ºC.

Agrega las aceitunas y el romero a la bandeja; sazona con sal y pimienta. Despeja cuatro espacios en la bandeja y pon una pieza de salmón en cada uno. Vierte con una cuchara un poco de la mezcla de tomate encima.

Hornea hasta que el salmón esté opaco en el centro, entre 10 y 15 minutos, dependiendo del grosor.

Dato: Cómo quitarle la piel a un filete de pescado.

Puedes pedir que te quiten la piel de un pedazo de salmón o de platija en el mesón de pescado, pero también es fácil hacerlo tú mismo. Pon el filete, con el lado de la piel hacia abajo, sobre una tabla de cortar. Usa un cuchillo delgado y afilado para cortar entre la piel y la carne en la punta. Toma la piel con tu mano libre y pon el cuchillo cuidadosamente entre la piel y la carne, manteniendo el cuchillo apuntando ligeramente hacia la piel, hasta que hayas quitado la piel.

Couscous con garbanzos, frutas y cilantro

El couscous es uno de esos granos súper fáciles de preparar que apenas requiere cocción, solamente un poco de agua hervida vertida sobre él y se inflará rápidamente. Esta receta es rapidísima de preparar y está llena de frutas que son saludables para el corazón. El cilantro agrega un poco de sabor acido a este platillo.

  • ½ taza de agua.
  • ¼ de cucharita de pimienta inglesa (opcional).
  • 1 taza de jugo de naranja.
  • 1 cucharita de sal.
  • ¾ taza de couscous integral.
  • 2 cucharadas de aceite de oliva.
  • 1 cebolla mediana, rebanada.
  • 1 pimiento rojo mediano, rebanado delgado.
  • 3 dientes de ajo, picados.
  • 1 cucharita de cúrcuma (opcional).
  • 1 lata (425 gramos) de garbanzos, lavados y colados.
  • ½ taza de damascos frescos, rebanados.
  • ½ taza de mangos frescos rebanados.
  • ½ taza de arándanos secos endulzados.
  • 3 cucharadas de cilantro picado fresco o seco.

Combina el agua, la pimienta inglesa, ½ taza de jugo de naranja y ¼ de cucharita de sal en una olla a fuego medio-alto. Lleva a hervor, agrega el couscous, cubre, retira del fuego y déjalo estar 5 minutos. Separa con tenedor.

Calienta aceite en un sartén antiadherente a fuego medio-alto mientras se cocina el couscous. Agrega la cebolla, el pimiento, el ajo y la cúrcuma. Cocina, revolviendo ocasionalmente, hasta que las verduras estén blandas, unos 10 minutos. Agrega los garbanzos, damascos, mangos y arándanos. Cocina, revolviendo ocasionalmente, 2 minutos.

Vierte la ½ taza de jugo de naranja restante y revuelve por 1 minuto adicional. Retira del fuego y agrega el cilantro y el restante ¼ de cucharita de sal. Sirve sobre el couscous.

Para: 4 porciones.

Tiempo de preparación: 10 minutos.

Cocción: 15 minutos.

Total: 25 minutos.

Refrescante ensalada de brócoli

  • 4 tazas de cabezas de brócoli congelado.
  • 1 lata de 200 gramos de corazones de palmitos, lavados y colados.
  • 3 cucharadas de arándanos secos.
  • ½ taza de piñones.
  • 1 cucharita de sal de mar o a gusto.
  • ¼ cucharita de pimienta de cayena (opcional).
  • Pimienta negra molida fresca, a gusto.

Aderezo

  • 1 diente de ajo, picado.
  • ¼ taza de mayonesa baja en grasa.
  • ¼ taza de aceite de oliva.
  • 2 cucharadas de vinagre de manzana o jugo de limón.
  • ½ cucharita de azúcar (opcional).

Bate los ingredientes del aderezo en un recipiente grande. Agrega el brócoli, los arándanos, los piñones, los corazones de palmitos, sal y pimienta; Revuelve para cubrir con el aderezo.

Para: 6 porciones, 1 taza escasa cada uno.

Tiempo de preparación: 20 minutos.

Ensalada mediterránea de quínoa

La quínoa es un grano maravilloso y muy nutritivo. No contiene gluten y es tan sabrosa como la prepares. Combinarla con la dieta mediterránea es una opción maravillosa para una nutritiva cena de un solo platillo.

  • 1 taza de quínoa, cruda.
  • 2 ½ tazas de agua.
  • 1 taza de tomates cherry, en mitades.
  • 1 pepino inglés, picado.
  • 1 cebolla morada pequeña, rebanada fina.
  • 1 taza de garbanzos u otro fríjol favorito.
  • Queso feta griego desmigajado.
  • 10 tazas de lechuga romana partida.
  • ½ taza de aceitunas negras rebanadas.

Aderezo

  • ½ taza de aceite de oliva.
  • 3 cucharadas de jugo de limón.
  • 1 cucharita de azúcar.
  • Cebolla en polvo, ajo en polvo, pimienta negra a gusto.

Cocina los garbanzos en una olla grande con sal, pimienta y una cebolla (esto puede hacerse el día antes para acelerar el platillo).

Lleva el agua y la quínoa a hervor en una olla a fuego alto; baja el fuego y hierve a fuego medio-bajo por 30 minutos o hasta que el liquido se haya absorbido. Deja enfriar.

Combina los tomates, pepinos y cebollas en un recipiente mediano, con los garbanzos cocidos o los frijoles. Agrega el aderezo; revuelve para cubrir.

Para montar, forra un plato con lechuga; cubre con quínoa, agrega la mezcla de fríjol y tomate y queso para una deliciosa cena de un solo platillo.

Para: 8 porciones.

Tiempo de preparación: 10 minutos más cocción.

Ensalada de durazno con aderezo de albahaca

  • 3 duraznos maduros, rebanados en cuñas delgadas.
  • 3 tazas de rúcula o de tu verdura de hoja verde favorita.
  • 100 gramos de mozzarella rallada.
  • 2 cucharadas de nueces o nueces pecan picadas.
  • 3 cucharadas de aceite de oliva extra virgen.
  • 2 cucharadas de vinagre.
  • ½ taza de albahaca fresca picada.
  • ¼ cucharita de sal.

En un recipiente grande, mezcla los duraznos, la rúcula o tu verdura favorita, el queso mozzarella y las nueces.

Pon el aceite, vinagre, albahaca y sal en una licuadora o procesador de alimentos y combina hasta que esté suave.

Divide la ensalada de duraznos entre los platos para servir y rocía con el aderezo de albahaca.

Para: 4 porciones

Tiempo de preparación: 10 minutos

Salsa de tomate casera

Las salsas para pasta en frasco han progresado mucho, pero aún así ninguna está a la altura de la salsa casera. Si has estado confiando en cosas en frasco porque no crees que tienes el tiempo o la habilidad para aprender a preparar salsa para pasta desde cero, te sorprenderás gratamente con la receta que presento a continuación.

Dado que los tomates frescos y la albahaca son claves para esta clásica receta, obviamente obtendrás mejores resultados durante los meses de verano cuando ambos están en temporada (y por lo tanto son más baratos) y en la cumbre de su sabor. ¡Pero eso no significa que no puedes preparar salsa para pasta casera en el invierno! Tanto los tomates como las hierbas frescas están disponibles todo el año en la mayoría de los supermercados en nuestros días, así que puedes preparar una porción con mucha rapidez. Alternativamente, puedes hacer una porción grande durante el verano y llenar tu congelador para los meses en que los tomates no estén en temporada.

  • 2 ¼ de tomates ciruela.
  • ¼ taza de aceite de oliva extra virgen.
  • ¾ taza de ajo picado (unas 2 cabezas).
  • 4 tazas de cebolla en cubos (3-4 medianas).
  • 1 ½ cucharita de sal.
  • ¼ taza de pasta de tomates.
  • 1 cucharita de orégano seco.
  • ½ taza de vino tinto.
  • 2 cucharadas de vinagre de vino tinto.
  • ½ taza de albahaca fresca picada.
  • Pimienta molida fresca, a gusto.

Pon una olla grande con agua a hervir. Pon un recipiente grande de agua fría junto a la cocina. Usando un cuchillo para pelar grande, sácale el centro a los tomates y haz una pequeña X en la carne por la parte de abajo.

Pon los tomates en el agua hirviendo, por tandas, hasta que las cáscaras estén ligeramente sueltas, entre 30 segundos y 2 minutos.

Usando una espumadera, transfiere los tomates al agua fría y déjalos estar en el agua por 1 minuto antes de sacarlos.

Pon un colador sobre un recipiente; trabajando sobre él, pela los tomates usando el cuchillo de pelar, y deja que las cáscaras caigan sobre el colador.

Corta los tomates por la mitad a lo largo y sácales las semillas con una cucharita, dejando que el colador atrape las semillas. Presiona las semillas y las cáscaras para extraer cualquier jugo extra. Corta en trozos grandes los tomates pelados y déjalos aparte.

Calienta aceite en una olla a fuego medio. Agrega el ajo y cocina, revolviendo constantemente hasta que esté fragante y apenas empiece a tomar color, entre 2 y 3 minutos. Agrega las cebollas y la sal, revuelve para cubrir, tapa y cocina, revolviendo a menudo y ajustando el calor a lo que sea necesario para prevenir que se queme, hasta que estén blandas y doradas, entre 10 y 15 minutos. Agrega la pasta de tomates y el orégano y cocina, revolviendo a menudo, hasta que la pasta de tomates empiece a dorarse al fondo de la olla, entre 2 y 4 minutos.

Vierte el vino y el vinagre; lleva a hervor, raspando cualquier pedazo dorado que una cuchara de madera. Cocina hasta que haya perdido un poco el líquido, unos 2 minutos. Agrega los tomates y el jugo que tengas; vuelve a hervir, revolviendo a menudo. Reduce el calor para mantener un hervor suave y cocina, revolviendo ocasionalmente, hasta que los tomates se hayan disuelto en su mayoría, unos 25 minutos.

Retira del fuego; agrega la albahaca y la pimienta. Usando una licuadora de inmersión o un procesador de alimentos (ten precaución cuando hagas puré líquidos calientes), procesa hasta obtener la consistencia deseada. Para una salsa suave, hazla toda puré; para una salsa con trozos, haz puré solamente la mitad y mézclala con el resto de la salsa.

Una vez que te hagas experta con lo básico, puedes jugar con la receta para adaptar la salsa a tus gustos personales. Puedes preferir un poco más de ajo, te puede gustar más dulce, o puedes preferir un golpe de ají rojo triturado.

Hace 1 ¼ kilo de salsa de tomates. Divide en recipientes más pequeños según sea necesario. Cubre y refrigera por máximo 5 días o congela por hasta 6 meses.

Esta salsa es sana e ideal para cualquier platillo de pasta, y le agrega un sabor adicional a cualquier platillo de carne o de pescado.

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