Respuestas a 6 preguntas comunes sobre Janucá

24/12/2024

7 min de lectura

Conviértete en un experto con esta breve guía de Janucá.

Janucá puede ser confuso. Con una historia compleja, infinidad de costumbres y ocho días para celebrar, puede parecer que hay que aprender demasiado para poder celebrarlo correctamente. Aquí tienes las respuestas a seis de las preguntas más habituales sobre Janucá.

1. ¿Qué celebra Janucá?

Janucá celebra dos milagros: una pequeña vasija de aceite que duró una semana más de lo que hubiera durado comúnmente y la victoria militar de los judíos sobre las fuerzas griegas en la antigua Judea (lo que hoy es Israel) hace poco más de 2.150 años. Ambos milagros tienen poderosas lecciones para nosotros en la actualidad.

Acosados por la asimilación

Muchos judíos piensan que la asimilación a una cultura secular más amplia es un fenómeno moderno. En realidad, la festividad de Janucá habla de esto.

En ciertos aspectos, en el siglo II AEC, la antigua Judea era bastante parecida a las comunidades judías actuales en todo el mundo. Había grupos de judíos muy religiosos que se resistían a todas las tentaciones de la cultura que los rodeaba, pero muchos otros judíos luchaban respecto a cuánto adoptar de la cultura general.

En aquella época, Judea era parte de una poco definida confederación de imperios griegos. Las ideas griegas inexorablemente se filtraban en la cultura de Judea y daban forma a su sociedad. La filosofía, arquitectura, religión y normas sociales griegas comenzaron a cambiar la vida judía. Aunque el Templo judío en Jerusalem seguía funcionando, algunos judíos empezaron a construir templos para dioses griegos y abandonaron su forma de vida tradicional judía.

Los gimnasios en donde se pasaba la mayor parte del día ejercitándose y compitiendo desnudos, eran una parte importante de la vida griega. Los líderes judíos despreciaban esto por ser inapropiado y una pérdida de tiempo, pero cada vez eran más los hombres y jóvenes judíos que pasaban su tiempo en los gimnasios que proliferaban por todo el país. La propagación de la cultura griega era llamada helenización, y cada vez eran más los judíos que se consideraban a sí mismos modernos y “helenizados”.

La guerra civil

Las cosas llegaron a un punto frenético con el mandato de Antíoco IV Epifanes (215 AEC–164 AEC), un rey griego que gobernó la antigua Judea y muchas otras tierras en el Medio Oriente antiguo. El rey Antíoco se declaró a sí mismo un dios y atacó el reinado griego de Egipto, reclutando como aliados a las fuerzas helenizadas de Judea.

Para reunir a sus tropas, Antíoco ordenó erigir una estatua de sí mismo en el Templo judío en Jerusalem e insistió que en vez de ofrecer sacrificios a Dios, los judíos le ofrecieran sacrificios a él. También ordenó que se construyeran templos para dioses griegos en cada pueblo y aldea por toda Judea y prohibió tres prácticas judías fundamentales: Shabat, Rosh Jodesh (la festividad judía que celebra el primer día de cada nuevo mes) y Brit Milá (circuncisión de los hombres recién nacidos). Muchos judíos se resistieron y fueron torturados y asesinados por las fuerzas de Antíoco.

Cuando erigieron un templo griego en el centro de la ciudad israelí de Modiin, eso ya fue demasiado para un anciano cohen (sacerdote) que había servido en el Templo en Jerusalem. Su nombre era Matitiahu y su apellido Jashmonai. Cuando un judío se acercó para ofrecer un sacrificio al dios griego en el nuevo templo en Modiin, Matitiahu gritó: "¡Mi lashem elai! - ¡Quien esté con Dios, que venga conmigo!". Y mató al hombre con su espada.

Matitiahu y sus hijos, junto con muchos otros judíos, se escondieron en las montañas, formando un ejército diverso de guerrilla contra las autoridades griegas y los judíos helenizados que los apoyaban.

La guerra duró años. El ejercito estaba comandado por Iehudá, el hijo de Matitiahu. Los soldados fueron conocidos como macabeos (que significa martillos), porque solían atacar al enemigo con fuerza y luego se retiraban a escondites en las cuevas y las montañas. Eventualmente, con Antíoco agobiado con otras guerras extranjeras y con Dios de su lado, los macabeos lograron conquistar Jerusalem el día 25 del mes hebreo de Kislev del año 165 AEC (una minoría de registros históricos dicen que esto ocurrió el 25 de Kislev del 139 AEC).

La victoria, el milagro del aceite y después

El primer acto de los macabeos fue limpiar el Templo de animales impuros y sacar los ídolos, para poder re dedicar el Templo judío a Dios (la palabra Janucá significa “dedicación”). Lo que ocurrió a continuación es muy conocido: querían encender la hermosa menorá de oro que siempre estaba encendida en el Templo, día y noche, pero vieron que todas las jarras de aceite de oliva puro habían sido profanadas. Sólo quedaba una pequeña vasija de aceite con el sello intacto, puro, listo para usarse. Normalmente ese aceite hubiera sido suficiente para encender la menorá durante un día, pero permaneció encendida durante ocho días, hasta que pudieron preparar nuevo aceite de oliva puro.

Después de esto, Iehudá el macabeo gobernó Judea y su ejército continuó luchando contra las fuerzas griegas. Cuando Iehudá cayó en batalla en el año 160 AEC, sus hermanos Iojanán, Ionatán y Shimon se hicieron cargo. Ellos establecieron la dinastía de los jashmonaim que gobernó Judea (no siempre muy bien y con períodos de intensa corrupción) durante los siguientes 123 años, hasta que el Imperio Romano forzó al rey Herodes a subir al trono de Judea en el año 37 AEC.

Gracias por los Milagros

Janucá celebra el hecho de que a pesar de que los judíos que se mantuvieron fieles a su religión eran pocos, eventualmente triunfaron, con ayuda Divina. Hoy recordamos este milagro, tanto para agradecer a Dios como para recordarnos que cuando defendemos lo que es correcto y verdadero, nunca estamos solos.

2. ¿Cuándo se convirtió Janucá en una festividad? 

El Talmud dice que los rabinos de Judea instituyeron una festividad al año siguiente, después de la re dedicación del Templo, para conmemorar la victoria de los macabeos y el milagro del aceite. Rav Iehoshúa ben Levi del Talmud comenta que la festividad de Janucá celebra la liberación de los judíos –tanto hombres como mujeres– “que se salvaron del decreto de persecución” de Antíoco (Shabat 12a:3).

Janucá y Purim

A diferencia de la mayoría de las festividades judías (Rosh Hashaná, Iom Kipur, Pésaj, Shavuot, Shabat y Rosh Jodesh), Janucá no se menciona en la Biblia judía. Es una festividad rabínica, como Purim, instituida por el liderazgo judío en el periodo posterior a la Biblia.

3. ¿Hay evidencia que corrobore la historia de Janucá?

Sí. La vida del rey Antíoco está bien documentada. Como explica la Enciclopedia Británica, Antíoco IV Epifanes “reinó desde 175 a 164 AEC. Como gobernante era conocido principalmente por su estímulo de la cultura e instituciones griegas. Sus intentos por suprimir el judaísmo llevaron a las guerras de los macabeos”.

Se encontraron muchos artefactos arqueológicos de esa época, incluyendo monedas antiguas que llevan la imagen de varios reyes macabeos, espadas usadas en las batallas de los macabeos contra de las fuerzas griegas e incluso el palacio real donde vivieron los macabeos después de derrotar a los griegos y apoderarse del trono de Judea.

4. ¿Qué tengo que hacer en Janucá?

El mandamiento central en Janucá es que cada familia encienda una janukiá cada noche (Talmud Shabat 21b:5) y disfrutar la luz de las velas por lo menos durante media hora. Se acostumbra a encender la janukiá en una ventana, para que las personas que están afuera puedan vernos publicitar los milagros de Janucá. La mayoría de las personas hoy en día embellecen la mitzvá agregando una vela cada día y haciendo que cada persona de la familia encienda su propia janukiá.

Cómo encender tu janukiá

Las velas de Janucá (o lámparas de aceite) se encienden en la noche, una vez que aparecen estrellas en el cielo. Las velas se ponen en la janukiá de derecha a izquierda y se encienden de izquierda a derecha. En la primera noche, encendemos una vela, además de la vela “shamash” (“ayudante”); en la segunda noche, encendemos dos; en la tercera, tres; etc. Las personas que viven juntas pueden encender sus propias janukiot si lo desean o pueden disfrutar todos juntos de la luz de una sola janukiá. Cuando encendemos las velas, recitamos las siguientes bendiciones:

Bendito eres Tú, Ado-nai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ha ordenado encender la vela de Janucá. 

Bendito eres Tú, Ado-nai, Dios nuestro, Rey del universo, que realizó milagros para nuestros antepasados, en aquellos días en esta época.

(Sólo la primera noche de Janucá se dice:) Bendito eres Tú, Ado-nai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos ha mantenido con vida, nos sostuvo y nos ha permitido llegar a esta ocasión. 

Hay también algunas plegarias adicionales de Janucá, incluyendo el hermoso servicio de Halel en la sinagoga cada mañana. En Janucá está prohibido ayunar.

5. ¿Cuáles son las costumbres principales de Janucá?

Hay muchas costumbres divertidas de Janucá. Tradicionalmente los niños reciben Janucá gelt (monedas), regalos y juegan al sevivón. También hay divertidas canciones infantiles sobre Janucá. Asimismo, hay muchas costumbres de Janucá que también disfrutan los adultos.

Comidas de Janucá

Muchos judíos tienen la costumbre de comer queso en Janucá. Esto recuerda a Iehudit la macabea, quien ayudó a sus hermanos a obtener la victoria en contra del general griego Holofernes. Iehudit era hermosa y Holofernes la invitó a su tienda de campaña. Iehudit accedió y le llevó exquisiteces: queso salado del Medio Oriente (como queso Feta) y jarras de vino. Holofernes comió el queso, eso le dio muchísima sed y se bebió todo el vino de Iehudit, Inmediatamente se quedó dormido. Mientras él roncaba, Iehudit tomó la espada de Holofernes y le cortó la cabeza. Luego, con mucha calma, tomó la cabeza cortada y la llevó afuera para mostrarla a las tropas de Holofernes. Al ver que su líder estaba muerto, muchos soldados abandonaron la base.

Otra costumbre de Janucá es comer alimentos fritos para recordar la vasija de aceite que duró ocho noches. Latkes, sufganiot (donas de Janucá) y buñuelos sefaradíes (panqueques dulces fritos) son populares delicadezas de Janucá.

Practicar la gratitud

Observar las velas de Janucá puede ser una experiencia poderosa, recordándonos la ayuda Divina que los judíos recibieron durante el periodo de Janucá e innumerables veces desde entonces. Contemplar las janukiot encendidas es una forma de sentirse conectado con otros judíos alrededor del mundo y a cientos de generaciones previas que encendieron las mismas velas.

Si quieres aprovechar mejorar este Janucá, considera encontrar el tiempo para encender las velas cada noche y reservarte un momento para contemplar las velas. O considera ir a la sinagoga un mañana durante la festividad para escuchar los hermosos rezos de Janucá. O invita amigos para encender la Janukiá contigo y disfrutar comidas con queso y frituras. Hay muchas formas de incorporar la magia de Janucá en este periodo de ocho días.

6. ¿Cuál es el mensaje más profundo de Janucá para hoy en día?

Janucá celebra que los judíos se levantaron para defender sus creencias, rehusándose a asimilarse a la cultura no judía que los rodeaba. Esto nos recuerda que mientras nos apeguemos a nuestro estilo de vida judío, nunca estaremos solos.

Esto fue resumido en la plegaria Al HaNisím que decimos en Janucá, recordando que Dios “entregó a los fuertes en manos de los débiles, a muchos en manos de pocos, a lo impuro en manos de lo puro, al malvado en manos de los justos…” Incluso si todo parece perdido, cuando nos mantenemos judíos, Janucá nos recuerda que finalmente triunfaremos.


Imagen del título por Yoram Raanan

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