Salida y Epílogo

Desde que los arqueólogos lograron conectar el Kotel y los túneles del acueducto, los organizadores de la excursión de los túneles ansiaron permitirle a la gente salir de los túneles desde aquí en lugar de tener que retroceder todo el camino hasta el inicio del recorrido.

Sin embargo, el pedido fue repetidamente negado por la autoridad religiosa musulmana. Lógicamente, esto limitó mucho el número de personas que pueden visitar los túneles, dado que la mayoría de los lugares de la excursión sólo son lo suficientemente grandes para la circulación en un solo sentido.

A principios de los 90’ comenzó la construcción para abrir un pequeño túnel que condujese a la Vía Dolorosa. En septiembre de 1996 fue abierta dicha salida, permitiendo que miles de turistas más accediesen a los túneles.

Todos somos conscientes de los días de violencia que siguieron – encendidos por los furiosos reclamos de los palestinos de que los túneles habían sido excavados bajo el Domo de la Roca.

Habiendo estado tú mismo en los túneles, sabes que esto no es verdad. Los túneles no están ubicados debajo del Monte del Templo ni de ningún sitio sagrado musulmán.

No obstante, la apertura de una salida de este maravilloso lugar fue cínicamente utilizada hasta ahora como otra excusa para criticar a Israel ante los ojos de la opinión mundial. Trágicamente, mucha gente de ambos lados murió por causa de esta mentira.

Pero por algunos momentos más, todavía estás en la oscura calma de los túneles. Comienzas a escuchar el sonido extraño y moderno de la barrera de acceso de la salida, que repica como una campana cuando la gente la atraviesa - como si cada sonido estuviera sumando los siglos a medida que te acercas al mundo exterior… el Primer Templo, el Segundo Templo, los judíos hasmoneos, los romanos, los mamelucos, los cruzados, los musulmanes, los turcos y los ingleses… todos ellos han venido y se han ido, construyendo literalmente uno sobre el otro… pero el pueblo judío aún permanece.

A medida que te acercas a la barra metálica de la salida, al ‘clac, clac’ de su girar que está tan extrañamente fuera de lugar en medio de estas antiguas piedras y sueños, no puedes evitar maravillarte por el milagro moderno del retorno del pueblo judío a su tierra y por la maravillosa oportunidad que tenemos, en nuestro tiempo, de conectarnos con nuestra herencia y de aprender sobre nuestro pueblo en la sagrada ciudad de Jerusalem…

Sales a la brillante luz solar en la Vía Dolorosa, con el rápido y fervoroso pensamiento de que desearías volver atrás, regresar al Kotel y tomarte unos momentos más para reunir tus pensamientos en una plegaria…

¡Gracias por tu visita!

Acabamos de recorrer miles de años de historia humana. Nuestras pisadas han seguido el camino de innumerables personas que han vivido de acuerdo a sus ideales, y que han muerto por ellos. Hoy estamos de pie a la orilla de nuevos hallazgos, descubrimientos que iluminarán nuevos caminos hacia quienes somos en realidad.

¿Cuál es el factor común de todas esas generaciones de judíos? ¿Es acaso el hecho de que tenían un linaje compartido? ¿O una historia común? Pareciera ser mucho más. Tal vez el lazo no está realmente en este ámbito físico y tangible. Tal vez yace en la herencia espiritual, pasada de generación en generación, siempre proveyendo entendimiento y orientación.

Has explorado el escenario físico que fue el hogar del pueblo judío por miles de años.

Ahora, únete a nosotros para una exploración más profunda, una que revele verdaderamente quiénes somos y te permita palpar la esencia del pueblo judío.

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