¿Se puede controlar el drama de la vida diaria?

3 min de lectura

A pesar de que no se pueden evitar los conflictos, se puede controlar el drama y mejorar la calidad de las relaciones personales.

Mucho del drama y los problemas que surgen en la vida diaria se pueden redirigir al punto que no agravien la comunicación y se pueda entablar una comunicación sensata y efectiva. Pero esto sólo es posible cuando se aprende a separar los sentimientos y las suposiciones personales del diálogo en donde surgen estos conflictos que están cargados con exaltación y emoción.

Los sentimientos a pesar de ser necesarios y ser parte esencial del carácter de cada persona, pueden causar grandes problemas cuando no se contienen adecuadamente. Por la carga emocional que contienen dañan la comunicación interpersonal, porque fácilmente confunden las opiniones con la reacción que estos mismos provocan.

Cuando uno logra escuchar clara y objetivamente lo que se está diciendo sin emitir juicios ni opinar, o mezclar el tema en discusión con las emociones, puede escuchar con calma y por lo tanto, puede captar lo que se está diciendo sin sumar algún tipo de carga emocional.

Aprender a escuchar es la base para que la comunicación fluya y se puedan ofrecer soluciones efectivas sin tener que sentirse abrumado, criticado, humillado, invalidado etc.

Casi parecería que es imposible escuchar sin reaccionar. Hablar sin ofender ni tener la necesidad de defenderse, o poder explicarse sin buscar culpables o razones ajenas para justificarse o imponer su punto de vista.

Sería fabuloso poderse expresar con la libertad sin tener la preocupación de ser mal interpretado o juzgado con severidad.

En definitiva, es posible aprender a armonizar las conversaciones y abandonar el drama. Esto además de que termina desgastando cualquier relación por más sólida que esta sea, tampoco ayuda a encontrar soluciones y a poder progresar.

Es importante reconocer que ni el mundo gira alrededor de uno, ni las personas están buscando oportunidades para pelear todos los días, (por lo menos no en su sano uso de la razón) ya que vivir así, es vivir en un mundo agotador, egocéntrico y caótico.

En realidad, la gente actúa por sus propias motivaciones, tiene sus diálogos internos y construye sus mundos dependiendo de su historia, sus necesidades, y sus intereses, los cuales no tienen nada ver con los lo que uno desea o espera.

Uno tiene que aprende a reconocer que no todo es personal y que de hecho, cada uno tiene su punto de vista y sus propias interpretaciones, que son igualmente valiosas. Por lo tanto, cada persona tiene el derecho de ser y de decir lo que siente y no por eso tiene que iniciar una batalla emocional cargada de juicios y opiniones destructivos.

Cada persona es como es. Respetar y aceptar las diferencias facilita la claridad de la comunicación y mejora la calidad de vida de las relaciones.

Esperar que las otras personas se comporten como uno desea, sólo intoxica las relaciones en juego, nutre el dolor, y tristemente se vive en una decepción continua.

La receta: Evita el drama personal en tu vida

Ingredientes

  •     Objetividad – claridad e integridad para no imponer ni criticar a los demás
  •     Actitud positiva – buena disposición para encontrar el lado bueno y noble
  •     Perspectiva – reconocer el valor y la condición de los distintos puntos de vista
  •     Consideración – sensibilidad y respeto para lograr una mejor comunicación
  •     Control – reconocer el valor de contener las emociones y aprender a escuchar

Afirmación personal para no vivir con tanto drama:

Evito crear drama en mi vida. Busco armonía y calma. Puedo dejar que mis conversaciones fluyan sin tener que sentir que me atacan, critican o me humillan. Reconozco que cada uno tiene una forma de percibir la vida y una manera de pensar. No impongo mis opiniones. Escucho con atención. No tomo las cosas en forma personal. Puedo controlar mis sentimientos. Entiendo que las cosas suceden y se pueden resolver o redirigir.

Cómo evitar caer en el drama emocional:

  1. Reconocer y controlar las emociones personales permite escuchar libremente otros puntos de vista. Cuando uno es capaz de controlar los sentimientos propios, uno está en pleno control de sus pensamientos, sus acciones y sus decisiones son más efectivas.
  2. Las emociones no son negociables, ni son opiniones que tienen validez en una discusión. Las emociones son sentimientos personales importantes para entenderse a uno mismo y para después poderse contener y poder hablar con claridad y sin necesidad de imponerse.
  3. Controlar el tono y el respeto de las conversaciones evita crear argumentaciones destructivas. Las conversaciones sanas se basan en el respeto mutuo, calma y entendimiento. Hay que hablar con el objetivo de ser escuchado y entendido.

Extraído de recetasparalavida.com

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