Ser justos a costas de otra persona

18/03/2025

4 min de lectura

Vaiakel (Éxodo 35:1-38:20 )

Shemot 37:1: "Betzalel hizo el Arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo, un codo y medio de ancho, y un codo y medio de alto. Y la recubrió de oro puro por dentro y por fuera..."

Daat Zekenim, Shemot 25:11: Dh: "Y la recubrirás": "Era apropiado que el Arca fuera completamente de oro [incluso por dentro], pero debido a que tendrían que cargarla sobre sus hombros, habría sido demasiado pesada. Y aunque se dice que el Arca cargaría a quienes la llevaran, eso fue solo temporal".

El Arón HaKodesh (Arca Sagrada) estaba recubierto de oro por dentro y por fuera, con madera en el medio. El "Daat Zekenim" señala que hubiera sido ideal que el Arca estuviera hecha completamente de oro. ¿Por qué entonces se colocó madera en el medio? La respuesta es que aunque el Arca generalmente se llevaba a sí misma, hubo momentos en los que las personas tuvieron que cargarla, y si hubiera estado hecha sólo de oro, habría sido mucho más pesada para llevar. Lo mismo comentan respecto al Mizbeaj hazahav (el Altar de oro sobre el cual se quemaba el incienso). Este estaba hecho de madera acacia y sólo recubierto con oro por fuera, para que fuera más liviano al transportarlo.

Rav Isasjar Frand utiliza esta idea para responder a otra pregunta relacionada con el Tabernáculo. La Torá dice que cuando Moshé le pidió al pueblo que donara para el Tabernáculo, una vez que se alcanzó la cantidad requerida, el pueblo quería seguir donando y Moshé tuvo que decirles que se detuvieran.(1) El Seforno señala que esto no ocurrió en la construcción del Primer y Segundo Templo.

En ambos casos, se recaudaron más dinero y materiales de los necesarios. ¿Qué hicieron con los fondos extra?

El Talmud Ierushalmi establece que hicieron duplicados y triplicados de todos los utensilios utilizados en el Templo. Esto es fácil de entender: los utensilios pueden romperse, gastarse o volverse impuros, por lo que, en caso de que eso sucediera, estarían disponibles los duplicados. Sin embargo, esto no se hizo para el Tabernáculo. ¿Por qué no?

Rav Frand explica, basándose en el Daat Zekenim, en el momento de la construcción del Tabernáculo el pueblo deambulaba por el desierto. Por lo tanto, el Tabernáculo y sus utensilios tenían que ser transportados en todos los viajes. Si hubiera habido duplicados, habría requerido mucho más esfuerzo para llevarlos. Esta razón no se aplicaba en los tiempos de los Templos.

Estas explicaciones nos recuerdan una idea fundamental: no debemos ser justos a expensas de otras personas. Incluso Dios mismo, por así decirlo, no hizo el Arca de la manera más ideal, de oro puro, porque eso habría sido una medida que afectaría negativamente a otras personas.

Rav Israel Salanter enfatizó este concepto en sus enseñanzas y en sus acciones personales. Una vez fue a la casa de alguien para una comida de Shabat, y fue a lavarse las manos para netilat iadaim. La halajá dice que lo ideal es lavarse las manos hasta las muñecas.(2) En circunstancias difíciles, una persona cumple con su obligación de lavarse las manos lavando sólo hasta los nudillos. Rav Salanter no se lavó las manos por completo, sino que siguió la opinión de que sólo necesitaba lavarse hasta los nudillos.

Quienes lo vieron le preguntaron por qué era tan indulgente con el lavado de sus manos. En esos días, no había agua corriente. El agua tenía que ser transportada desde un pozo hasta la casa. Rav Salanter sabía que alguien tendría que cargar el agua desde el pozo hasta la cocina, y vio que la ayudante contratada era una niña pobre que sería la encargada de transportar el agua. Decidió que no iba a ser riguroso a expensas de ella y, en cambio, siguió una opinión más indulgente.

Hasta ahora, hemos visto que no debemos causar dolor o incomodidad cuando se es estricto en la halajá, si eso afecta negativamente a otras personas. La siguiente historia(3) demuestra que una idea similar se aplica cuando ser estricto impide que una persona haga el bien a su prójimo.

Rav Shlomo Zalman Auerbach caminaba por la calle en el mes de nisán y pasó frente a una casa que tenía un árbol frutal. Se detuvo frente a esa casa y se preparó para recitar Birkat Ilanot (la bendición que hacemos en el mes de nisán sobre los árboles en flor). Otro judío pasó y le dijo que, dos cuadras más adelante, había una casa con dos árboles en flor frente a ella. De acuerdo con la Cábala, lo ideal es decir la bendición frente a dos árboles.

Rav Auerbach le señaló a esta persona la ventana de la casa frente a la cual estaba parado. "¿Ves a la mujer en la ventana? Ella es viuda. Está de pie en la ventana y está orgullosa de que yo, Rav Shlomo Zalman Auerbach, la principal autoridad halájica de la generación, diga mi bendición por su árbol. Es mejor hacer un acto de bondad trayendo alegría a una viuda, incluso si eso significa decir la bendición sobre un solo árbol, en lugar de añadir la preferencia del Zóhar de hacer la bendición sobre dos árboles".

Que todos podamos merecer emular la preocupación de Dios por las demás personas, incluso cuando estamos involucrados en nuestro propio servicio Divino.


  1. Shemot 36:4-7.
  2. Shulján Aruj, Oraj Jaim, Simán 161, Seif 2.
  3. Citado por Rav Isasjar Frand en nombre de Rav Silberstein.
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