
2 min de lectura
"Si fueran sabios hubieran esclarecido esto, habrían discernido hasta el final" (Deuteronomio 32:29)
Nadie quiere contemplar su final. La mayoría de las personas actúan como si fueran a vivir eternamente. Se ha dicho que vivimos como si nunca fuéramos a morir, y morimos como si nunca hubiésemos vivido. Esto es negar la realidad, y no es posible adaptarse de forma positiva a la vida si negamos la realidad.
Podemos verbalizar una conciencia sobre nuestra mortalidad, pero nuestros actos traicionan a nuestros sentimientos. ¡Qué diferente sería nuestro comportamiento si lográramos captar emocionalmente nuestra mortalidad!
Como Rabino y como médico, atendí a personas en sus últimos días de vida, cuando la negación se quebraba y sentían que sus vidas llegaban a su fin. Muchos dijeron: Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, pasaría más tiempo con mis hijos. Desearía haber llegado a conocerlos mejor". Pero nunca nadie dijo: "De lo único que me arrepiento es de no haber pasado más tiempo en la oficina".
¿Por qué esta sabiduría generalmente llega cuando ya no podemos aprovecharla?
Esa es la ironía de la vida: nuestra sabiduría llega demasiado tarde.
En mi centro de rehabilitación aceptamos adolescentes para el tratamiento del alcoholismo y la drogadicción. Un paciente adulto vio que ingresó un jovencito y me dijo: "Desearía haber tenido esa suerte, ser tratado por mi adicción cuando tenía 15 años. Ahora tengo 49, dos fracasos matrimoniales y ningún contacto con mis hijos de mis dos matrimonios. Todo lo que pude tener en la vida se perdió como consecuencia de mi alcoholismo. No tengo familia, ni hogar ni trabajo".
Le sugerí a esta persona: "¿Por qué no hablas con este jovencito y le dices cuán afortunado es de tener una oportunidad de sobreponerse a su adicción?"
Un poco más tarde, este paciente me dijo: "Traté de hablar con el joven, pero no quiso escucharme. Está aquí porque el juez lo ordenó. Cuando salga va a seguir con su adicción. Pero yo no era diferente a ese niño. No escuché a la gente que me dijo que el alcohol iba a destruirme".
¡Si tan solo fuéramos sabios! Moshé dice que su fuéramos sabios, contemplaríamos nuestro fin cuando somos jóvenes. Entonces viviríamos de manera que no tuviéramos nada de qué arrepentirnos cuando se acercara nuestro fin.
Nuestro newsletter está repleto de ideas interesantes y relevantes sobre historia judía, recetas judías, filosofía, actualidad, festividades y más.