
2 min de lectura
En la porción de la Torá de esta semana, Iaakov se entera que Esav, su malvado hermano, salió a buscarlo y "Iaakov temió mucho" (32:8). ¿Por qué Iaakov se asustó si Dios ya le había dicho que Él lo protegería durante su viaje de regreso a Israel?
Daat Zekenim y el Malbim, dos famosos comentarios sobre la Torá, ofrecen una bella explicación respecto a por qué Iaakov estaba asustado. Ellos sugieren que Iaakov reconoció que tenía miedo… ¡y eso mismo fue lo que lo asustó! El hecho de sentir miedo a pesar de que Dios le hubiera dicho que lo protegería reflejaba una falta de emuná, de fe en Dios. Reconocer esta carencia de confianza absoluta en Dios fue lo que asustó a Iaakov.
Otros comentaristas sugieren que Iaakov se asustó porque si bien Dios le ofreció protección, pensó que quizás había hecho algo para perder el mérito de estar protegido. Vemos que tanto si el miedo estaba o no justificado, eso impulsó a Iaakov a rezar a Dios, y que de hecho Dios iba a protegerlo. ¿Qué significa todo esto?
Lección:
Todas estas ideas reflejan sentimientos que a menudo tenemos en nuestras mentes. Dios nos ama, nos protege, nos mant¡ene vivos segundo a segundo… Sin embargo, gran parte de nuestros pensamientos (y también nuestra mente subconsciente) están ocupados con miedos, preocupaciones y ansiedades. Dios sólo desea brindarnos lo mejor de cada cosa y mantenernos felices, sanos y a salvo. Él nos dio la existencia y nos mantiene vivos a cada instante. ¿Por qué entonces tenemos tantas dudas y miedos constantemente rumiando en nuestras mentes?
Como Iaakov, a menudo sentimos que tal vez no somos dignos de la protección de Dios. Pensamos que metimos la pata, que hemos pecado, que no fuimos lo mejor que podíamos ser, etc. Por lo tanto no somos dignos del amor y la protección Divina, que Dios no lo permita. Sin embargo, el amor de Dios no funciona de esta manera. Su amor no depende de nosotros, sólo depende de Él y Su amor incondicional, absoluto e infinito por nosotros. No hay nada que podamos hacer para interrumpir ese amor.
Así como un padre no ama menos a su hijo si le va mal en un examen, Dios no nos ama menos cuando metemos la pata. No estamos menos protegidos ni somos menos amados por Dios cuando no superamos nuestras pruebas.
Cuando reconocemos que Dios nos ama y desea protegernos, y nos apegamos con fuerza a esa creencia, entonces sin importar qué situación enfrentemos, podremos confiar en que Dios nos ayudará. Entender que Dios nos ama, que está allí para nosotros, y que desea ayudarnos en toda situación, ayudará a eliminar el miedo de nuestra mente y de nuestro corazón. Eso nos ayudará a apegarnos a Dios y nos dará la emuná (fe en Dios) necesaria para guiarnos incluso en situaciones que objetivamente son atemorizantes.
De Iaakov podemos aprender que al mismo tiempo que aceptamos nuestras emociones humanas (el miedo entre ellas) podemos combatirlas sabiendo que Dios nos ama más de lo que nuestros corazones pueden llegar a amar. Y nada, ni siquiera nuestros pecados o errores, puede cambiar eso.
Ejercicio: Piensa en un área o una situación de tu vida en la que sientes que estás solo debido a las decisiones que has tomado. Lleva a Dios a ese lugar, pídele ayuda y ten la certeza de que Él te ayudará porque te ama.
Nuestro newsletter está repleto de ideas interesantes y relevantes sobre historia judía, recetas judías, filosofía, actualidad, festividades y más.