Sucot: Transformando basura en amor

3 min de lectura

El techo de la sucá transmite un oportuno mensaje sobre cómo sentir la protección de Dios en tu vida.

Mi hija de dos años se acercó a mí el otro día, me dio una pequeña vela y me dijo: “Aba, ábrela”. La miré con una sonrisa y dije: “Dulzura, no está cerrada”. Ella volvió a mirar la vela y se dirigió a mí. “¡Entonces está rota!”, lloró. “Javiva, no está rota, sólo debemos encender la vela con un fósforo”, la tranquilicé.

Entonces me di cuenta de algo: A veces percibimos nuestras propias vidas con la misma inocencia infantil. Miramos a nuestro alrededor, las circunstancias de nuestra vida, y pensamos que las puertas “correctas” están cerradas. Tenemos esperanza y buscamos una llave mágica para abrirlas. Cuando estamos en medio de la lucha y todo parece mal, vemos los obstáculos con una visión miope, perdemos la visión general.

Incluso cuando no podemos entender por qué tenemos desafíos en la vida, hay algo muy poderoso que nos permite resistir e incluso crecer gracias a ellos. Ese algo es emuná, traducido a groso modo como ‘fe en Dios’.

La emuná es la base fundamental del pueblo judío. Cuando Dios nos habló directamente en el Monte Sinaí, sólo nos dijo una cosa: “Crean en Mí y no crean en otros dioses”. Dios podría haber elegido transmitir cualquier mensaje en aquel trascendental momento histórico, pero eligió este. ¿Por qué? Porque creer que Dios dirige el mundo es la base de nuestra religión.

Así como ayudé a mi hija a entender que la pequeña vela no estaba rota, los judíos también debemos creer que la vida no está “rota”. Ha sido diseñada a la perfección, tal como debe ser. Cuando nos enfrentamos a obstáculos y desafíos, debemos recordar que todo es parte del plan maestro que Dios tiene para nosotros, el cual está siendo orquestado para ayudarnos a crecer y a alcanzar nuestro potencial espiritual individual. Vivir conscientes de eso nos permite no sólo sobrevivir, sino prosperar.

Sucot nos da una oportunidad para profundizar nuestra emuná, nuestra ‘fe’. De acuerdo al Zohar, la sucá provee ‘sombra de fe’.

Las hojas de palmera —o sjaj— que forman el techo de la sucá, tienen que cumplir con ciertas reglas para que su uso sea aceptado. El versículo explica que deben ser la “basura del piso de trilla y del viñedo”, implicando que el sjaj debe ser hecho de partes secundarias e indeseables de la planta, y no con frutos deseables.

¿Por qué algo aparentemente tan sagrado debe ser hecho de lo que normalmente consideramos desechos indeseables?

La respuesta brinda claridad al significado de ‘sombra de fe’. Sucot ocurre en la convergencia entre el comienzo de un nuevo año y el final de la temporada de cosecha. Es un tiempo en el que celebramos nuestros nuevos sueños para el año entrante, mientras reflexionamos sobre el año anterior. En este punto, podemos ver en retrospectiva todo lo que creímos que “salió mal” en el año anterior y pensar en cómo se conecta eso a la visión general de nuestra dirección actual. Podemos comenzar a ver diferentes formas en que la “basura” —las dificultades y los errores de nuestro pasado— ha formado lo que somos hoy, pavimentando el camino para la próxima etapa de nuestras vidas. Es por esto que el sjaj de la sucá es hecho con materiales de descarte, con nuestra basura.

Construimos nuestros techos de sucá, la parte del hogar que nos protege del calor, la lluvia y los otros factores climáticos, con partes indeseables de la planta para mostrarnos que Dios está protegiéndonos constantemente con las mismas cosas que quizás hemos percibido como basura. Esta es la ‘sombra de la fe’.

La vida no siempre es fácil y no podemos entender todo. Pero al recordar que hay algo más, algo que va más allá de nuestra visión limitada del mundo, podemos comenzar a entender la manera en que Dios ve la completitud de las cosas.

Nuestras puertas nunca están realmente cerradas, y nuestra vida nunca está realmente rota. Sólo tenemos que encender el fósforo, el fuego de nuestra alma, para poder comenzar a ver el mundo bajo una nueva luz.

Este Sucot, tomémonos un tiempo para reflexionar sobre el año pasado y para descubrir los tesoros que pueden haber estado enterrados bajo la fachada de basura. Piensa en cómo una experiencia o un giro de los eventos que percibiste como negativo fue en realidad una fuente de luz y bendición en tu vida y discútelo bajo el sjaj de tu sucá, sintiendo el cálido abrazo de Dios.

¡Jag saméaj!

Adaptado del libro Succos Inspired: Discovering depth, joy and meaning.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.