Tener éxito es intentarlo

23/02/2025

2 min de lectura

Trumá (Éxodo 25:1-27:19 )

La porción de la Torá de esta semana enumera los 13 materiales que se les pidió a los judíos que contribuyeran para la construcción del Mishkán, el Tabernáculo móvil que los judíos construyeron en el desierto. Las piedras de Shoham fueron uno de los materiales más valiosos y costosos donados, y se enumeran en penúltimo lugar. Aunque los judíos llevaron y donaron personalmente los demás materiales, la Torá afirma que las piedras de Shoham fueron transportadas por las Nubes de Gloria. ¿Acaso este milagroso suceso no hace que las piedras de Shoham merezcan ser mencionadas primero y no al final?

Lección:

Cuando se trata de esfuerzos físicos, la recompensa no siempre es proporcional a la cantidad de esfuerzo invertido. Los ganadores de la lotería ponen poco esfuerzo y sin embargo obtienen grandes recompensas, mientras que algunas personas trabajan arduamente día tras día y a pesar de eso no logran llegar a fin de mes. Pero las búsquedas espirituales no funcionan de la misma manera. La Mishná (Avot 5:23) dice que en estas clases de esfuerzos, la recompensa es proporcional al esfuerzo. Que tengamos o no éxito depende completamente de Dios; sin embargo, la cantidad de trabajo que invertimos depende por completo de nosotros. Por lo tanto, el esfuerzo y la dedicación son la base de nuestra recompensa.

Esta es una explicación de por qué las piedras de Shoham se enumeraron al final. Aunque este material era comparativamente más valioso, la cantidad de esfuerzo que los judíos pusieron en las piedras fue mucho menor. Por lo tanto, los materiales en los que los judíos invirtieron esfuerzo fueron considerados mucho más valiosos.

Esta es una lección reconfortante, ya que sabemos que si ponemos esfuerzo y lo intentamos, independientemente del resultado, hemos tenido éxito y seremos recompensados proporcionalmente. Esta idea se refleja aún más en la parashá cuando Dios le ordena a Moshé construir una menorá (25:31). Un famoso comentario de la Torá, el Midrash Tanjuma, explica que la construcción de la menorá era tan complicada que Moshé no pudo visualizar la instrucción de Dios. Así que Dios le mostró una imagen de cómo debía ser la menorá. Tampoco eso fue suficiente para ayudar a Moshé a construir la menorá, por lo que al final Dios le dijo que arrojara el lingote de oro al fuego y la menorá se materializó.

¿Acaso esto significa que Moisés fracasó en su misión de construir la menorá? ¡Por supuesto que no! Nuestra misión en la vida no es tener éxito, ya que el éxito está determinado únicamente por Dios, Nuestra misión es sólo intentarlo y hacer nuestro mejor esfuerzo.

Ejercicio:

Sal de tu zona de confort y desafíate a realizar una mitzvá que te resulte difícil. Esto podría ser dar un poco más de tzadaká, caridad, compartir tus galletas caseras, usar algo que no sea tan atractivo pero más recatado o ceder tu tarde libre para ayudar a alguien necesitado. Ten en cuenta que tu recompensa por esta mitzvá será proporcional al esfuerzo extra que hayas aplicado.

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