Top Gun: Maverick - Tres perspectivas judías

09/06/2022

4 min de lectura

La emocionante película nos enseña algo sobre los combates de alto riesgo que todos enfrentamos en la vida.

Después de 36 años, Tom Cruise vuelve a interpretar al piloto de combate Pete "Maverick" Mitchell en la secuela de Top Gun: Maverick. Quebrando con la línea de las películas modernas que se basan fundamentalmente en efectos visuales generados por computadora para crear situaciones imposibles, Cruise y el director Joseph Kosinski hicieron todo lo posible para asegurarse de que todo lo que ves en la pantalla sea 100% real (con algunas libertades en el emocionante tercer acto).

Trabajando en cooperación con los pilotos de combate mejor entrenados del mundo, del ejército y de la Academia Top Gun, los actores se entrenaron durante meses para poder ser filmados dentro de la cabina para todas las secuencias de entrenamiento y combate aéreo de la película.

(Advertencia: spoilers en el camino)

Maverick es convocado en Top Gun para entrenar a un joven grupo de pilotos elite de F/A-18 Super Hornet para una misión urgente: bombardear una instalación de enriquecimiento de uranio de una misteriosa "nación rebelde". La instalación se encuentra en una profunda depresión en el fondo de un cañón, fuertemente defendida con una base aérea cercana con cazas de quinta generación de gama alta, por lo que para atacarla es necesario un enfoque de alta velocidad y bajo nivel, empujando a los aviones más allá de sus limitaciones de diseño.

Aquí hay tres perspectivas judías sobre esta emocionante película.

1. Ir más allá de nuestras limitaciones personales.

Los aviones no son los únicos ítems que se ven empujados más allá de sus límites, sino también los pilotos. Maverick le explica al equipo que para tener éxito en esta peligrosa misión no pueden confiar en la tecnología, en el entrenamiento previo ni en la bravuconería (algo que el enemigo ya conoce); sino que todos tienen que esforzarse por ir más allá de sus limitaciones.

Su primer desafío requiere volar a través de un estrecho pasaje montañoso a 30 metros del suelo y a 1.223 kilómetros por hora para evitar ser derribados por los misiles tierra-aire y por los jets de combate de quinta generación. Es un desafío que ningún piloto vivo, ni siquiera Maverick, intentó llevar a cabo.

La única manera de lograr el éxito es a través del fracaso y el compromiso a seguir empujando nuestros límites.

Los desafíos más importantes de la vida ocurren en nuestro interior. Intentamos, fallamos y volvemos a levantarnos., La única manera de lograr el éxito es a través del fracaso y el compromiso a seguir empujando nuestros límites. Con la ayuda de Dios y nuestro firme compromiso a tomar las elecciones difíciles, podemos ganar la batalla.

2. A veces lo imposible es posible

Después de muchas simulaciones de entrenamiento fallidas, los pilotos desmoralizados comienzan a cuestionarse si es posible llegar a concretar el plan de Maverick. El superior de Maverick, el Vicealmirante Beau "Ciclón" Simpson aleja a Maverick como entrenador de la misión y planea un nuevo enfoque de ataque que es menos riesgoso para llegar pero más riesgoso en el escape. Maverick, acostumbrado a quebrar las reglas, roba un avión y ejecuta de forma perfecta la simulación de acuerdo con su plan, probándole a los pilotos a su cargo que esa peligrosa misión puede lograrse porque "no depende del avión, sino del piloto". Esto convence a Ciclón de regresar al plan original y nombra a Maverick como líder de ataque de la misión.

Cuando queremos lograr algo que parece imposible, tenemos dos opciones: o nos damos por vencidos o por lo menos intentamos hacer lo que podamos. El pueblo judío, al escapar de la esclavitud egipcia, llegó al borde del Mar Rojo. Llegar al otro lado parecía imposible y aparentemente el ejército egipcio los iba a atrapar.

Pero una persona, Najshón, no se dio por vencida. Él decidió dar un paso más y saltó al mar, Sólo entonces Dios hizo un milagro y partió el mar, permitiendo que Najshón y toda la nación se salvara.

Nuestra tarea es asumir la responsabilidad por las enormes tareas que tenemos por delante. A veces pueden parecer insuperables, demasiado grandes para enfrentarlas. Entonces necesitamos comprender que lo que depende de nosotros es hacer el esfuerzo, hacer lo que podemos, y dejar que Dios efectúe Su magia. Hacer nuestro esfuerzo de una forma responsable y dedicada crea la oportunidad para lograr más de lo que jamás pensamos que fuera posible, porque al final del día Dios nos respalda. Él es el mayor Maverick.

3. Aprender a despegarnos del pasado para poder movernos hacia adelante

La película obliga a Maverick a confrontar su pasado, porque uno de los jóvenes pilotos del grupo, Rooster, es el hijo de Goose, el mejor amigo de Maverick. Goose murió en el Top Gun original durante un ejercicio de entrenamiento y Maverick se sigue sintiendo responsable casi cuatro décadas más tarde. El odio de Rooster hacia Maverick también se ve avivado porque Maverick bloqueó su aplicación a la marina por pedido de la madre de Rooster, lo que detuvo su carrera durante cuatro años. A lo largo de la pelíñicula, Rooster y Maverick confrontan su pasado, aprenden a perdonar y a dejar de lado el pasado para poder seguir adelante.

A menudo nos quedamos estancados, definiéndonos a nosotros mismos como fracasos en vez de trabajar para superar nuestras caídas y seguir adelante, de enfrentar el siguiente desafío. La vida es demasiado breve para quedarnos fijados en el pasado y obsesionarnos con nuestros errores. Aprende de tus caídas, comprométete a mejorar y crecer. Citando a mi colega, el veterano diseñador David Levy: "en la vida o uno gana o aprende".

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