Tres objetivos para el nuevo año

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Ideas prácticas para aprovechar el increíble poder de los días entre Rosh HaShaná y Iom Kipur.

Los días entre Rosh HaShaná y Iom Kipur son especialmente poderosos para crecer. Dios está esperando que nos acerquemos a Él, independientemente de cuán lejos nos hayamos ido.

¿Cuál es tu visión para este nuevo año? Vivir con una visión nos permite maximizar nuestro potencial e identificar las áreas en las que necesitamos mejorar.

Presento aquí tres objetivos espirituales para ayudarte a aprovechar la energía de esta época, para que te inspires y eleves:

1. Vive conscientemente

Durante estos días le pedimos a Dios en nuestros rezos que “nos recuerde para la vida”. Pero aprovechar al máximo el regalo que llamamos ‘vida’ depende de nosotros. No es suficiente que simplemente estemos vivos. ¿Cómo encendemos la chispa espiritual de nuestra alma?

Debemos comenzar por vivir conscientemente. Desperdiciamos muchas horas de nuestra vida y no nos damos cuenta de ello sino hasta que es demasiado tarde. Nos fue dado tiempo… ¿a cuántas personas no les gustaría volver atrás y tener más tiempo para estudiar, para reír, para amar?

Comienza cada día sabiendo el potencial que tienes a tu disposición. Aprende a estar consciente de los pequeños momentos que pueden transformar tus relaciones. En lugar de jugar con tu teléfono mientras esperas el tren, llama a alguien que amas simplemente para decirle “estoy pensando en ti”. Cuando veas a tu pareja en la noche, dile unas palabras de aprecio. No sólo le preguntes a tus hijos si hicieron la tarea para luego decirles que vayan a la cama; dales un abrazo de oso y un beso. Sal de Instagram y llama a un amigo que vive solo. Presta atención a las hermosas vidas y personas que te rodean.

Intenta también tomar conciencia de las bendiciones diarias que Dios te da. Con el pasar del tiempo, dejamos de pensar en cada suspiro que damos, en cada paso, en cada cosa. Sólo cuando enfrentamos dolor o enfermedades es que nos damos cuenta repentinamente de lo agradecidos que deberíamos haber sido y de cuánto añoramos el pasado. Tómate un momento y haz una lista mental de todo lo bueno, tanto lo grande como lo pequeño, que has recibido. Te sorprenderás. La próxima vez que estés a punto de quejarte de la vida, piensa primero en esta lista.

Todos los días encontramos milagros en nuestras vidas. Tenemos personas a quienes amar. Tenemos un mundo mágico por descubrir. Cuando expresamos nuestra gratitud con palabras, por medio de la plegaria, nos acercamos a Dios y desarrollamos una fuerte conexión espiritual. Ser amables con quienes nos rodean nos ayuda a evitar dar la vida por sentado. Vivimos más felices, más alegres y cumplimos nuestro deseo de aprovechar cada día al máximo.

2. Libérate

Nos ponemos sobre la espalda mucha carga emocional, quedando varados en arenas movedizas y nunca sintiéndonos libres. Llenamos nuestro corazón con rencor, recordando heridas que en ocasiones pueden tener hasta 20 o 30 años. Repetimos en nuestra mente escenas que rehusamos abandonar. Lamentablemente, muchos corazones están llenos de tristeza.

En una clase reciente, una mujer me preguntó qué podía hacer para cambiar la actitud de su suegra de 85 años. Agregó que no puede dormir ni encontrar paz con la situación. “¿Estás bromeando?”, le contesté. “A los 85 años, no vas a cambiar a tu suegra. Y nadie debería vivir creyendo que sólo será feliz si pudiera cambiar la actitud de otro ser humano. En lugar de eso, trata de cambiar tus reacciones frente a la actitud de tu suegra. Tendrás mucha más paz”.

Este es el momento para acercarnos a quienes hemos herido y pedirles perdón. Si hemos lastimado a otros, debemos pedirles perdón (esto incluye a parejas y miembros de la familia).

En Iom Kipur se nos da la oportunidad de eliminar esos obstáculos que yacen en nuestro camino. Se nos da el poder para liberarnos. Abrimos las puertas de la misericordia divina y decimos: “Por cuanto sé que no hay ningún hombre en el mundo que sea tan recto que no peque en contra de su prójimo, ya sea financiera o físicamente, activamente o por medio del habla… perdono a todo el que haya pecado en mi contra… incluso si me calumnió. También perdono a todos los que me lastimaron física y financieramente… a todos ellos los perdono por completo. Que nadie sea castigado por mi causa. Y así como he perdonado a todos, te pido que yo también halle favor ante los ojos de otros hombres, para que ellos también me perdonen por completo”.

Todos cometemos errores. Comienza el año desde cero.

3. Define tu actitud en la vida

¿Quién eres? ¿Te has vuelto más amargado con el paso del tiempo? ¿Estás resentido por las bendiciones de los demás? ¿Te resulta difícil sonreír? ¿Vives apasionadamente? ¿Vives con rabia?

Defínete en base a tu espíritu, a tus pasiones y a tu capacidad de amar. Incluso si a veces tienes que fingir, nunca pierdas la capacidad de reír. Mantén tu corazón abierto. Celebra la vida.

Sí, a veces nos enfrentamos a una pérdida. Alguien vive una tragedia que te deja sin aliento. Pero ten cuidado, no te definas en base a tu tristeza. En lugar de eso defínete en base a tu alma sagrada, y no en base a tu cuerpo. Elige nutrir tu espíritu. Conéctate con el mundo que te rodea.

Todo esto requiere trabajo. Significa estar constantemente creciendo, aprendiendo, parándote con firmeza e intentando ser valiente. Pregúntate: ¿cómo puedo hacer que mi presente sea mejor que mi pasado?

Tenemos la capacidad para transformar nuestras vidas. Fijar objetivos espirituales es el primer paso. Aprovechemos el poder de estos increíbles días.

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