Un diccionario de Pésaj: ¿qué significan todos esos extraños términos en hebreo?

02/04/2023

7 min de lectura

No te preocupes si no entiendes la terminología de Pésaj. Aquí te explicamos todo.

Jametz

Durante Pésaj nos abstenemos por completo de comer jametz. Literalmente definido como "leudado", el término jametz se refiere a los productos que contienen granos fermentados. Trigo, avena, centeno, cebada o espelta que entra en contacto con agua/humedad durante más de 18 minutos entra en el ámbito del jametz. La Torá nos dice (Éxodo 12:19-20) que no se debe encontrar jametz en tu casa ni se lo debe comer durante los siete días de Pésaj.

El simbolismo de evitar el jametz en Pésaj tiene su raíz en el episodio histórico del Éxodo. Cuando el pueblo judío salió de Egipto, debió partir rápidamente sin tener tiempo de hornear por completo ni dejar leudar su pan. Eso no impidió que el pueblo judío partiera. Al abstenernos de comer jametz, mostramos que a pesar de las corridas de la vida, y a pesar del constante movimiento que el pueblo judío experimentó a lo largo de los siglos, lo que nos mantuvo fuertes fue nuestra profunda fe en Dios y el profundo amor de Dios por nosotros.

Bedikat jametz – Buscar el jametz

La noche previa a Pésaj (este año será la noche del martes 4 de abril), después de la puesta del sol los judíos revisan sus casas para asegurarse que no quede nada de jametz. Esta etapa de los preparativos para Pésaj se conoce como bedikat jametz. Tradicionalmente, usamos una vela de cera, una pluma, una cuchara de madera y una bolsa de papel para recolectar cualquier jametz que pueda llegar a encontrarse. Al día siguiente, todo el jametz encontrado se quema antes de la quinta hora estacional, y el proceso de "búsqueda y destrucción" concluye de forma oficial.

El jametz representa el ego inflado de cada persona, y bedikat jametz representa la búsqueda, limpieza y purificación de esas cualidades negativas que nos alejan de hacer lo correcto. La festividad de Pésaj es llamada "el tiempo de nuestra liberación". Es una oportunidad única para aprovechar las fuerzas espirituales de verdadera liberación que son más accesibles en esta época del año al experimentar nuestro propio éxodo.

Hagadá

La Hagadá de Pésaj es un manual que el pueblo judío ha usado durante siglos para guiarnos en el Séder de Pésaj. La Hagadá recibe su nombre a partir del mandamiento de la Torá (Éxodo 13:8) que declara: "Vehigadeta levinjá" – relatarás a tus hijos sobre la liberación que el pueblo judío experimentó al salir de Egipto. La Hagadá incluye una combinación de textos antiguos que se remontan a tiempos bíblicos y a la era talmúdica.

La Hagadá, tal vez el libro judío más popular, es un manual práctico que nos lleva por los 15 pasos del Séder, permitiéndonos experimentar y sentir como si nosotros mismos saliéramos de Egipto en nuestra época. Repleta de sagradas bendiciones, versículos bíblicos, historias del Talmud, cánticos místicos, preguntas curiosas y cautivantes respuestas, increíble inspiración y mucho drama, la Hagadá es un libro que tiene el potencial de mantenernos despiertos, tanto física como espiritualmente.

Keará -el Plato del Séder

En el centro de la mesa del Séder se encuentra la keará, el plato del Séder. Se trata de un bello plato que usa el jefe de la familia y que contiene varios ítems que se comen o se identifican en el curso de la comida. Los componentes principales de la keará son: 1) zeroa – un hueso, 2) beitzá – huevo, 3) maror – hierbas amargas, 4) jaroset  - mezcla dulce, 5) mei melaj – agua salada, 6) karpas – vegetal y 7) matzá – pan sin levadura. Existen diferentes costumbres respecto a la disposición exacta de los diversos componentes, y cada familia debe seguir su costumbre.

El Plato del Séder trata de transmitirnos la épica historia de Pésaj. Con recordatorios visibles muy simples, a través de los diferentes alimentos, cada ítem representa otro elemento o aspecto de la saga del pueblo judío en Egipto. Sin embargo, todo esto se presenta en un solo plato organizado, representando el hecho de que Dios tenía Su plan organizado y que, aunque desde nuestra perspectiva las cosas pueden haber parecido al azar, sabemos que Él es quien opera y dirige el mundo con un ritmo y una razón, y que finalmente el pueblo judío prevalecerá.

Las cuatro copas

Una de las obligaciones del Séder de Pésaj es beber cuatro copas de vino (en hebreo, daled kosot). Bebemos vino porque en definitiva estamos celebrando nuestra liberta, y el vino se considera la bebida de la realeza. Al mismo tiempo, a pesar de celebrar nuestra liberación, es importante no olvidar las dificultades que sufrió el pueblo judío. Por eso, es preferible beber vino tinto, para recordar el derramamiento de sangre que tuvo lugar en Egipto.

Las cuatro copas de vino, que se beben en cuatro momentos cruciales del Séder, corresponden a las cuatro expresiones de redención que aparecen en la Torá (Éxodo 6:6-7) al describir la promesa de Dios al pueblo judío respecto al Éxodo de Egipto. 1) Vehotzeti – "Yo los sacaré…"; 2) Vehitzalti – "Yo los salvaré…"; 3) Vegoalti – "Yo los redimiré…"; y 4) Velokajti – "Yo los tomaré como Mi nación…".

La copa de Eliahu

Considerada como una de las partes más misteriosas de la cena de Pésaj, la Copa de Eliahu (en hebreo kos shel Eliahu), es la quinta copa que se sirve (pero no se bebe de ella) al concluir la Bendición después de la Comida. Después de servir esta copa, se abre la puerta de la casa y se recitan varios versículos pidiéndole a Dios que derrame Su ira contra los enemigos del pueblo judío.

La copa de Eliahu, que es la quinta copa, corresponde a la quinta expresión de redención que usa la Torá (Éxodo 6:8): Veheveti – "Yo los llevaré a la Tierra…" En contraste con las otras cuatro expresiones de redención, esta última es una alusión a la redención mesiánica final que tendrá lugar al Fin de los Días, y que será anunciada por el Profeta Eliahu. Aunque en Pésaj celebramos nuestra libertad, la Copa de Eliahu nos recuerda que todavía no somos completamente libres, y que seguimos esperando la redención final, que sea pronto en nuestros días.

Matzá

El pan no leudado, fino, crocante, similar a una galleta, que el pueblo judío come en Pésaj, se llama matzá. La matzá es el principal símbolo de la festividad de Pésaj. De hecho, la Torá (Éxodo 23:15) se refiere a la festividad de Pésaj como la "Festividad de la matzá" (en hebreo, jag hamatzot). Por un lado, la matzá es un símbolo de redención y libertad, porque este fue el alimento que comieron los judíos al salir de Egipto. Por otro lado, la matzá es llamada "el pan de la aflicción", o el pan del pobre, porque es el alimento que comían los esclavos. De esta manera, también simboliza nuestra esclavitud en Egipto.

Estas dos ideas van de la mano. A diferencia del pan completamente horneado que fermenta y leuda, dándonos la impresión de que es más grande de lo que es en realidad, la matzá está en el ámbito de la simplicidad. Lo que ves es lo que hay. Es una mera combinación de agua fría, trigo y un poco de calor. La verdadera libertad se experimenta cuando vivimos simplemente, con humildad, y reconociendo a un Ser superior. La simple matzá sirve como un ícono de la fe y la humildad del pueblo judío.

Maror – Hierbas amargas

Para poder sentir y experimentar la liberación de Egipto, es importante primero sentir y experimentar las dificultades y la amargura de vivir en Egipto. El maror, uno de los ítems del Plato del Séder, es una hierba amarga (generalmente rábano picante o lechuga) que comemos en la noche de Pésaj, que nos permite sentir un poco el dolor que sufrió el pueblo judío en Egipto. La Torá (Éxodo 1:14) nos dice que los egipcios amargaron las vidas (en hebreo: vaiemararu et jaieihem) del pueblo judío con trabajos pesados y agotadores. Consumir el maror viene a recordarnos la amarga subyugación que experimentamos en Egipto.

Jaroset

La palabra jaroset viene de la palabra hebrea jeres, que significa arcilla. Esta mezcla espesa, dulce y deliciosa, típicamente compuesta de manzanas ralladas, nueces, canela y vino rojo, se usa en la noche del Séder para endulzar la amargura del maror (por eso sumergimos el maror en el jaroset). La textura espesa y el color del jaroset nos recuerda la arcilla y la argamasa que los judíos usaron para fabricar ladrillos en Egipto.

La dulzura de las manzanas en el jaroset nos recuerda a los árboles de manzanas en Egipto, debajo de los cuales las mujeres judías heroicamente daban a luz para que los egipcios no descubrieran cuando nacía un bebé varón. Irónicamente, aunque muchos niños judíos espantosamente fueron usados como "ladrillos" por los egipcios, el jaroset nos recuerda los grandes esfuerzos y el coraje de las mujeres judías que daban a luz bajo los manzanos. Durante el resto de la historia, esta muestra de heroísmo nos fortaleció como pueblo a no ceder nunca a la esperanza de un futuro más brillante.

Karpas

Aunque se puede usar cualquier verdura, la costumbre prevalente es comer una pequeña porción de papa al llegar a la etapa del karpas en la noche del Séder. Las letras de karpas en hebreo, pueden reacomodarse formando samej perej, una alusión a las 60 miríadas (600.000 varones judíos de más de 20 años) que fueron esclavizados con duros trabajos (en hebreo, parej) en Egipto.

Decimos la bendición "boré pri adamá" por el karpas, y antes de comerlo lo sumergimos en agua salada, representando las lágrimas. Esto nos recuerda el intenso trabajo que el pueblo judío experimentó en Egipto.

Afikomán

La palabra afikomán tiene raíces etimológicas tanto en griego como en arameo, y se refiere al alimento que se consume al final de una comida, es decir el postre. Cuando el Templo sagrado estaba de pie, había un mandamiento bíblico (Éxodo 12:8) de comer el cordero pascal (en hebreo korbán Pésaj) en la noche de Pésaj. El cordero pascal se comía con matzá. Hoy, debido a que estamos en un estado de exilio, aunque no tenemos el cordero pascal, de todos modos al final de la comida del Séder comemos la matzá, a la cual llamamos afikomán, para recordar el cordero pascal.

Kitel

Durante el Séder de Pésaj, muchos hombres judíos (casados) acostumbran a vestir una túnica blanca llamada kitel (en ídish). La pureza de la túnica blanca transmite el mensaje de que somos puros, sagrados y libres de nuestra esclavitud en Egipto. Al mismo tiempo, el kitel nos recuerda el día de la muerte, porque es similar a una mortaja. Este pensamiento nos permite ser humildes y evita que la libertad de la noche, junto a todos los utensilios lujosos y la abundante comida, nos lleven a sentirnos altivos.

¡Que disfruten del Séder!

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