Crecimiento personal
6 min de lectura
6 min de lectura
Cómo un soldado herido se convirtió en un símbolo nacional de heroísmo, valores judíos y autosacrificio.
En la mañana del 7 de octubre del 2023, la unidad elite de comando Duvdevan entró al Kibutz Kfar Aza para enfrentar a cientos de terroristas de Hamás. El equipo de seis hombres, entre quienes estaba el médico de combate de 23 años, Yona Brief, valientemente fue casa por casa, eliminando terroristas y rescatando civiles.
De repente, fueron emboscados por una lluvia de disparos de Hamás. Yona vio cómo mataban a tiros a su gran amigo, Amir Fisher hy"d.
Entonces Ben Burstein, el oficial al mando de Yona, gritó que lo habían herido.
Plenamente consciente del inmenso peligro, Yona corrió hacia la línea de fuego para rescatar a Ben. Cuando llegó a él, Yona sintió que las balas le atravesaban el cuerpo. Gravemente herido, Yona logró arrastrarse hasta un lugar seguro.
Yona (a la izquierda) con su buen amigo Amir Fisher hy"d.
Mientras esperaba ser evacuado, Yona se mantuvo calmo, enfocado y con la mente clara. Llegó otro médico y Yona lo guio respecto a cómo podía ayudarlo con sus heridas. En medio del caos del 7 de octubre, sólo horas más tarde Yona pudo ser evacuado en helicóptero al hospital Sheba.
Ahora había comenzado su siguiente gran batalla: la lucha por su vida.
Trece balas destrozaron el cuerpo de Yona, causándole un enorme shock, estrés y múltiples heridas. Los órganos internos fallaron. Tuvieron que amputarle las dos piernas. Yona soportó días, semanas y meses de un dolor insoportable, múltiples cirugías e infusiones masivas de antibióticos para contrarrestar las infecciones que podían llegar a ser mortales.
Sin embargo, mientras el cuerpo de Yona estaba quebrado, su espíritu se mantuvo fuerte. Tras haber luchado como un león en el campo de batalla, llevó la misma ferocidad a la unidad de Terapia Intensiva.
A cada paso aparecían obstáculos y complicaciones. El progreso era arduo y gradual. Incluso levantar un dedo era una victoria.
Durante meses, Yona soportó una montaña rusa, un ciclo de altibajos. Decenas de veces su condición empeoró al punto en que los médicos llamaron a la familia para que fuera a despedirse de él.
Sin embargo, una y otra vez, Yona superó heroicamente las barreras y sobrevivió, emergiendo más fuerte y listo para luchar la siguiente batalla.
Yona recibe la visita del Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Herzi Halevi
Yona nunca se rindió ni desesperó. Su extraordinario optimismo, determinación, pasión y encanto inspiraron a toda la nación. Los médicos llamaban a Yona el Superman indestructible que trascendía la naturaleza y tenía "un cheque en blanco en el Cielo".
Cuando Iona despertó por primera vez después de haber estado un mes en Terapia Intensiva, lo primero que pidió fue tefilín. Todos los días, a pesar de los muchos cables, maquinas, tubos y vendajes, Yona se ponía tefilín, e incluso le enseñó a su madre cómo envolver las correas de cuero.
En sus plegarais diarias, Yona se sentía especialmente conectado con la bendición de la Amidá por la "resurrección de los muertos", sintiendo que su precaria recuperación era como "levantarse de entre los muertos".
En Terapia Intensiva, Yona trató de llevar adelante una vida lo más normal posible. Para aliviar el sufrimiento y el dolor, él cantaba y bailaba en la cama, o disfrutaba una fiesta con pizza y amigos… decenas que describieron a Yona como su "mejor amigo".
Para alentar a Yona, llegaron visitas de todo el espectro (miembros de la Knesset, celebridades y líderes religiosos). Brian Mast, miembro del Congreso de los Estados Unidos, que perdió ambas piernas mientras servía en Afganistán, lo visitó en Terapia Intensiva y pronunció fuertes palabras de aliento.
Invariablemente, los visitantes partían profundamente inspirados.
Yona y su hermana.
El Dr. Mitchell Schwaber, un amigo cercano de la familia, dijo que Yona enseñó una profunda lección: "No desestimar nunca la capacidad humana de conquistar incluso las probabilidades médicas más abrumadoras, por pura fuerza de cuerpo y espíritu".
Cuando sus amigos le dijeron que era un héroe nacional, Yona encogió los hombros. "Yo no hice nada, excepto estar tumbado aquí en la cama".
Los padres de Yona hicieron aliá en 1994, cumpliendo el sueño de asentarse en Israel y tener una familia impregnada de valores judíos.
Yona con sus padres, Hazel y David.
Yona, el menor de seis hermanos, ansiaba convertirse en parte de la unidad Duvdevan. Él demostró ser un combatiente valiente y dedicado.
Cinco meses antes del 7 de octubre, durante una operación militar en Samaria, Yona resultó gravemente herido por un artefacto explosivo. Él perseveró a lo largo de su rehabilitación y recuperó su mejor condición física. Le ofrecieron darle la baja médica, pero Yona lo rechazó e insistió en reincorporarse a su unidad. Para Yona era importante cumplir por completo su servicio militar de 3 años como una obligación para con el pueblo judío.
Tras ser gravemente herido el 7 de octubre, Yona contó con el apoyo de su familia, excepcionalmente devota, que mantuvo una vigilia constante junto a su cama en el hospital.
En enero, la hermana de Yona dio a luz y celebraron la ceremonia del brit en el hospital para que Yona pudiera participar. El nombre del bebé, Liam, es una sigla de las primeras letras de las palabras del versículo de Isaías 2:4: לא ילמדו עוד מלחמה – una plegaria para que no haya más guerra.
La familia Brief celebra un Brit Milá al lado de la cama de Yona.
Tras casi 14 meses en terapia intensiva, Yona sufrió otro retroceso: las infecciones causaron estragos y su temperatura corporal llegó a un nivel letal. Pero después de haber sobrevivido milagrosamente tantas veces contra todo pronóstico, la familia de Yona nunca dudó que volvería a ganar la batalla.
Sin embargo, el cuerpo debilitado de Yona no pudo luchar más. 417 días después de haber sido herido, a las 6:29 de la mañana (la misma hora en que comenzó el ataque terrorista del 7 de octubre), el sargento primero Yona Betzalel Brief sucumbió a sus heridas.
Su muerte fue impactante precisamente porque había sobrevivido tanto tiempo.
Yona, un símbolo de valentía y sacrificio, murió santificando el Nombre de Dios, protegiendo al pueblo judío en la Tierra de Israel.
Como héroe nacional, a su funeral en el Monte Herzl en Jerusalem asistieron dignatarios y miles de personas desconsoladas.
La madre de Yona, Hazel, habló de cómo Yona estaba "totalmente" dedicado al pueblo judío y el pueblo judío estuvo totalmente para Yona, Durante esos 14 meses, mucha gente empezó a encender las velas de Shabat y se recitaron miles de capítulos de los Salmos en mérito de Yona. Muchos otros hornearon jalá diciendo la plegaria especial.
Su habitación en Terapia Intensiva estaba repleta con mensajes de fe, esperanza y amor. Todos deseaban que Yona ganara esta batalla. En las palabras del Profesor Itzjak Kreiss, director del Hospital Sheba: "Yona fue un verdadero héroe, uno de esos de los que leemos en los libros de historia".
Yona vivió toda su vida con pasión, propósito y alegría. Durante esos 417 días, Yona enseñó a la nación lo que significa "elegir la vida".
Que el recuerdo de Yona Betzalel ben David Jaim veJava Shoshana hy"d sea para una bendición eterna.
Nuestro newsletter está repleto de ideas interesantes y relevantes sobre historia judía, recetas judías, filosofía, actualidad, festividades y más.