Un Premio Pulitzer por blanquear el terrorismo

El Premio Pulitzer por "comentario" de este año fue otorgado a Mosab Abu Toha por sus ensayos viscerales y conmovedores sobre la vida en Gaza durante el último año y medio.

No hay duda de que Abu Toha es un escritor sensible y talentoso. El único problema con este premio es el hecho de que Abu Toha también es un defensor de Hamás. Sus ensayos pintan una imagen distorsionada y unilateral de la guerra de Israel en Gaza, calumniando a Israel como cruel y genocida, mientras finge que Hamás no existe.

Aunque Abu Toha ha sido un prolífico autor y comentarista en los últimos meses (siempre listo con una declaración sobre los supuestos delitos de Israel), el jurado del Pulitzer destacó cuatro ensayos escandalosos que escribió para The New Yorker. Según el Pulitzer, Abu Toha describe “la carnicería física y emocional en Gaza… de más de un año y medio de guerra con Israel”.

Es decir, “la guerra de Gaza” con Israel, no la de Hamás. En los ensayos de Abu Toha, Hamás no existe. A través de su escritura talentosa, describe una Gaza que habita en las mentes de ciertos grupos en Occidente: donde valientes refugiados se niegan a rendirse frente a un enemigo despiadado que intenta matarlos una y otra vez. “Todos nos sentíamos como refugiados”, escribió Abu Toha en uno de sus ensayos, después de mudarse con familiares en Jabalia, Gaza, “pero el campamento aún estaba vivo con su viejo espíritu”. Él describe a niños adorables jugando al fútbol en las calles, como una muestra de coraje frente a las supuestamente crueles tropas israelíes que intentan asesinarlos.

Hay tantos problemas en los cuatro ensayos premiados de Abu Toha en The New Yorker que por momentos parecen casi una parodia. Sin embargo, Abu Toha habla muy en serio. Ahora viviendo en el norte del estado de Nueva York, Abu Toha se ha convertido en uno de los principales portavoces de Gaza, y en uno de los principales defensores de Hamás. Aquí hay tres críticas a su peligroso trabajo.

Borrando a Hamás

En sus extensas y bellas descripciones de la vida en Gaza, Abu Toha deja completamente de lado a Hamás. De hecho, en sus cuatro largos ensayos premiados, la palabra “Hamás” aparece exactamente dos veces, ambas para describir el motivo de la “ofensiva” israelí sobre Gaza (“cuando las fuerzas israelíes comenzaron su ofensiva de 2023, tras el ataque de Hamás del 7 de octubre” y “cuando Hamás atacó a Israel el 7 de octubre de 2023…”).

Su decisión de no mencionar el brutal control de Hamás sobre cada aspecto de la sociedad gazatí es una omisión deliberada… y preocupante.

No es como si alguien en Gaza pudiera evitar a Hamás, aunque algunos ciertamente desearían poder hacerlo. Un informe militar israelí de 2023 describió el reinado de terror de Hamás: “Hamás dirige una dictadura corrupta en la Franja de Gaza, a menudo encarcelando, golpeando, perjudicando económicamente e incluso torturando a las voces opositoras dentro de Gaza”.

La libertad de expresión es inexistente: “Los periodistas en Gaza están bajo inspección casi constante, interrogados y amenazados si escriben algo que el régimen de Hamás considera dañino para su imagen”. Los derechos de las mujeres y de las personas homosexuales están severamente restringidos: “Hamás gobierna de acuerdo con la Ley Básica Palestina basada en la sharía, violando muchos derechos de las mujeres, incluyendo la prohibición de que las mujeres participen en muchas actividades sociales, y persiguiendo a otras minorías, como la comunidad LGBTQ, que corre peligro de recibir la pena de muerte si se descubre su orientación”.

En el 2015 (antes de dedicarse exclusivamente a los supuestos crímenes de Israel) Amnistía Internacional incluso publicó un informe condenando la brutal represión de Hamás. Los disidentes o cualquier persona que no siguiera la línea de Hamás era rutinariamente arrestada, torturada, ejecutada y “desaparecida”.

Ya en el 2008, la OTAN documentó el uso generalizado por parte de Hamás de civiles palestinos como escudos humanos, incluyendo: “disparar cohetes, artillería y morteros desde o cerca de áreas civiles densamente pobladas, a menudo desde o cerca de… escuelas, hospitales o mezquitas”; “ubicar infraestructuras militares o de seguridad… dentro o cerca de áreas civiles…” y “combatir a las FDI desde o cerca de áreas residenciales y comerciales, incluyendo el uso de civiles para misiones de recolección de inteligencia”.

En febrero del 2024, el teniente coronel israelí (res.) Jonathan Conricus señaló que los componentes militares de Hamás están incrustados prácticamente en cada edificio residencial en Gaza: “Difícilmente hay una casa a la que entren nuestras tropas que no tenga una entrada a un túnel o un pozo, o armas almacenadas adentro, o explosivos, o donde estén fabricando armas, o sea un escondite para actividades terroristas, o alguna combinación de lo anterior. Y esto es así por todas partes en la Franja de Gaza”.

El único lugar donde la huella de Hamás está notablemente ausente es en las páginas de los artículos de Abu Toha, donde este brutal grupo terrorista islamista no aparece por ningún lado.

Ignorar el odio en las escuelas de Hamás

Habiendo salido de Gaza, Abu Toha reflexiona cálidamente sobre sus recuerdos de infancia y los de sus familiares y amigos. “A menudo pienso en los lugares que no podré mostrar a mis hijos o nietos, los recuerdos que no podré compartir: el jardín de infancia al que asistí en el campo de refugiados de Al-Shati…” y otros lugares.

En todos sus recuerdos entrañables, nunca aparece un tema: los libros de texto de los que Abu Toha y otros niños de su familia aprendieron en las escuelas de Gaza, que rutinariamente enseñan odio hacia los judíos e Israel, y entrenan a los niños para crecer deseando luchar contra los judíos y el Estado judío.

El ex legislador estadounidense Steve Israel señala que casi todos los niños en Gaza son educados en escuelas de las Naciones Unidas o en instituciones administradas por Hamás. (En el 2013 Hamás adaptó los planes de estudio de la Autoridad Palestina, ya repletos de problemas de radicalización y antisemitismo). “Este es un plan de estudios diseñado para adoctrinar y radicalizar a sus estudiantes en apoyo de los objetivos terroristas de Hamás”, observó el legislador Israel.

Abu Toha escribe con cariño sobre haber dependido de la ayuda de las Naciones Unidas para alimentarse durante su infancia. Si asistió a una escuela de la ONU en Gaza, sus mapas etiquetaban todo Israel como “Palestina” y no aparecía el nombre “Israel” en absoluto. Sus clases de historia habrían glorificado a terroristas que mataron judíos, y sus maestros de estudios religiosos le habrían enseñado que el concepto islámico de yihad —que muchos interpretan como una búsqueda personal de superación— significa inmolarse en un ataque suicida diseñado para asesinar judíos.

Más de una docena de funcionarios escolares de la ONU participaron directamente en el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra Israel; unos treinta más estaban al tanto de los planes. Sin embargo, en ninguno de sus ensayos Abu Toha menciona este lado oscuro de la sociedad gazatí.

Los niños de Gaza son su futuro, y con demasiada frecuencia esos niños están siendo radicalizados y preparados para convertirse en terroristas. Una verdadera reflexión sobre Gaza y cómo es la vida allí hoy enfrentaría estos hechos desagradables. En cambio, Abu Toha presenta una Gaza edulcorada y falsa, en la que todos son civiles angelicales siendo atacados sin motivo por su cruel enemigo Israel.

Acusando a Israel de genocidio

Como en la Gaza de Abu Toha no existe Hamás ni el deseo de luchar, la única explicación para que haya guerra allí es que los israelíes tienen sed de sangre. “Es como si las fuerzas israelíes se vengaran del propio campamento”, escribe sobre Jabalia, en el norte de Gaza (no un campamento pequeño), que ha sido escenario de algunos de los combates más feroces de Hamás y donde se recuperaron los cuerpos de varios rehenes israelíes.

Desde que Hamás rompió el alto el fuego con Israel el 7 de octubre del 2023, Hamás ha lanzado innumerables misiles contra objetivos civiles en Israel. (También han matado a gazatíes: en noviembre de 2023, un cohete lanzado por la Yihad Islámica, afiliada a Hamás, cayó antes de alcanzar su objetivo en Israel, matando a personas en el Hospital Al-Ahli en Ciudad de Gaza.) Sin embargo, nada de esto aparece en el trabajo de Abu Toha.

Según Abu Toha, las tropas israelíes no están motivadas por objetivos militares legítimos, sino por venganza. Los muertos en los combates son “asesinados” por Israel. Acusa a Israel de cometer genocidio en Gaza y proporciona desgarradoras viñetas para ilustrar esta calumnia. “Hace apenas unos meses”, escribe, “mi familia sobrevivió al bombardeo israelí del norte de Gaza…” El “esposo de una amiga, que era sordo, fue asesinado durante la ofensiva israelí de 2014 en Gaza. En el momento en que me senté, su hijo de once años, que perdió a su padre cuando era un niño pequeño, sacó una caja de dominó y me enseñó a jugar”.

Él escribe emotivamente sobre su amigo, el poeta Refaat Alareer, a quien asegura que las tropas israelíes “asesinaron”. No se menciona la aparición de Alareer el 7 de octubre de 2023 en la BBC, donde celebró el ataque de Hamás contra Israel y lo calificó de “legítimo” y “moral”, ni el hecho de que Alareer se negó a evacuar el norte de Gaza en octubre de 2023, cuando se libraban intensos combates allí entre Hamás y las tropas israelíes y la mayoría de los civiles huyeron al sur para ponerse a salvo. Estos detalles complicarían la fantasía de Abu Toha de una Gaza donde todos son pacíficos, humildes, pobres pero agradecidos, y donde el azote de Hamás no existe.

Ganar un Pulitzer no significa que Mosab Abu Toha no sea un portavoz de Hamás que omite muchas verdades incómodas al escribir sobre la vida en Gaza.

Imagen del título: Captura de pantalla: Youtube/Democracy Now! utilizada conforme a la Cláusula 27a de la Ley de Derechos de Autor