Una investigación respecto a cómo el COVID impactó sobre el matrimonio

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En general, durante la pandemia el 29% de las relaciones mejoraron, el 29% empeoraron, el 30% mantuvieron el statu quo y un 8% tuvo una respuesta mixta.

Recién ahora comienzan a salir a la luz las investigaciones respecto al impacto del COVID 19 sobre el bienestar matrimonial. Vowels, Francois-Walcott y Perks resumieron de esta manera sus datos en el Journal of Social and Personal Relationships (2021): el 29% de las relaciones mejoraron, el 29% empeoraron, el 30% mantuvieron el statu quo y un 8% tuvo una respuesta mixta. Los temas que se tuvieron en cuenta para producir la información fueron: comunicación, espacio, cercanía, responsabilidades compartidas, tiempo de calidad y redes de apoyo.

Mi cliente, Susan, es madre de tres niños y lleva casada siete años. Durante la sesión ella explicó que con su esposo Aharon tenían muchos problemas matrimoniales antes de la pandemia. Al encontrarse juntos bajo el mismo techo 24/7 fue similar a meterlos en una olla a presión. Discutían constantemente, se mudaron a diferentes habitaciones y finalmente se rindieron.

Pasaron de desear hacer terapia de pareja para salvar su matrimonio a desear sesiones para ser mejores padres y poder ayudar a sus hijos una vez que concluyeran los pasos del divorcio.

Pasaron de desear hacer terapia de pareja para salvar su matrimonio a desear sesiones para ser mejores padres y poder ayudar a sus hijos una vez que concluyeran los pasos del divorcio.

Arthur y Annie están cerca de cumplir 30 años y planean casarse algún día. Debido al COVID, sus planes para la boda quedaron de lado cuando el salón que habían contratado canceló su reserva. Arthur dice que pasaron dos años y no volvieron a buscar otro salón. Annie agrega: "Es raro. Pasamos mucho tiempo juntos, cocinando, caminando, mirando TV y haciendo otras actividades… pero NO planeamos nuestra boda. Siento que estamos a la deriva en lo que respecta a nuestro futuro".

En el Journal of Contemporary Psychotherapy (junio 2020), Sanderson, Arunagri y Funk argumentaron que el COVID 19 creó en el mundo una pandemia de salud mental. De forma similar a la atmósfera de una olla de presión, los autores proponen la existencia de una condición llamada claustrofobia inducida por la pandemia. A diferencia de la claustrofobia en el sentido tradicional de la enfermedad psicológica, esta se refiere a una sensación singular de incomodidad relativa a estar atrapados en el hogar. Esta condición puede ser particularmente prevalente entre aquellos que viven en departamentos con mínimos metros cuadrados. Esas personas pueden llegar a sentir que enloquecen.

Paul y Michelle tienen treinta y tantos años, llevan casados seis años y tienen un hijo de tres. Paul explicó que el COVID impactó negativamente su vida transformando su rutina en un monótono cronograma de vida. Michelle comentó: "Es muy problemático vivir sin nadie que pueda cuidar a los niños. Eso me impide volver a trabajar como abogada, algo que deseo mucho. Paul no lo entiende y piensa que en verdad estoy feliz porque no me gustaba el estudio en el que trabajaba. ¡Pero no es cierto! Otro problema que tenemos es que la división de trabajo en casa es muy injusta. Nuestros problemas previos de comunicación se ven exacerbados al estar todo el día en casa y estresados por el virus, sin poder socializar con la familia ni con amigos".

¿Cómo es posible que la pareja llegue a extrañarse y a valorarse si están constantemente juntos?

Yo les dije que esa es una reacción razonable ante el aislamiento que muchos sentimos desde que comenzó la pandemia. ¿Cómo es posible que la pareja llegue a extrañarse y a valorarse si están constantemente juntos? Como suelen decir: la ausencia hace que el corazón quiera más.

Arnie y Lisa llevan diez años de casados y tienen dos hijas de ocho y seis años. Arnie dice que la pandemia afectó negativamente a su esposa. Su negocio fue devastado, su estado emocional, mental y físico llegó al punto más bajo desde que se conocen. "Para mí, ese fue el comienzo del fin", remarcó. "En setiembre del 2020, todas las pequeñas cosas que ella hacía y que antes me molestaban, realmente comenzaron a molestarme mucho más. Desde ese día en adelante algo cambió en mi cabeza. Siento resentimiento por todos los problemas que surgieron en nuestra relación".

Sanderson señala los desafíos. Mas que nunca, la gente trabaja desde el hogar y pasan más tiempo en casa. Las emociones negativas inducidas por el estrés, el aburrimiento y la irritabilidad contribuyen de forma natural a que haya más conflictos en el hogar. Debemos resaltar que los incidentes de violencia doméstica incrementaron sustancialmente en todo el mundo desde el comienzo de las órdenes de quedarse en la casa. Los métodos de cuidado personal y las estrategias de relajación pueden reducir la irritabilidad a largo plazo, llevando a que los conflictos sean menos probables. Comunicarse usando frases de "yo" y formulando pedidos en vez de demandas también son tácticas útiles para resolver las disputas de forma más efectiva".

Apoyo mutuo

Víctor y Esti están sacando lo mejor de una situación miserable. Son una pareja cariñosa y comprometida de treinta y tantos años. Ambos estuvieron casados antes y tienen hijos de sus matrimonios previos. Trágicamente, el padre de Víctor falleció de COVID al comienzo de la pandemia. En nuestra primera sesión por Zoom, él dijo: "Esti fue quien me ayudó fielmente a que por lo menos pudiera ver a mi padre y pudiera pasar con él tiempo de calidad antes de que muriera". Después de que Víctor describiera cuánto ella lo había ayudado, Esti describió cuánto él la ayudó a ella. "Víctor me ayudó mucho cuando comenzó la pandemia. Él se hizo cargo de las tareas escolares de mis hijos para que yo pudiera trabajar para mantenernos económicamente. Pienso que los problemas que tenemos hubieran surgido incluso sin la pandemia".

Un aspecto importante de la investigación de Sanderson describe la infracción de los límites. "A las personas que trabajaban desde la casa les pidieron que lo hicieran en un contexto de expectativas poco claras, tales como mayor disponibilidad y mayores demandas, por ejemplo el hecho de tener que ayudar a los niños con sus tareas escolares. Como era de esperar, aquellos que tienen dificultades con la infracción de límites pueden reaccionar aislándose, evitando tareas relacionadas con el trabajo que sean particularmente aversivas, o siendo demasiado complacientes y trabajando horas extras. Ninguna de estas respuestas puede sostenerse a largo plazo. Evitar las tareas a menudo conduce a mayor ansiedad y trabajar en exceso lleva al agotamiento. Una estrategia útil es desarrollar e implementar un plan de control de comportamiento para establecer un límite metafórico entre el trabajo y el hogar, porque el limite físico ya no existe".

Los beneficios para la salud de la interacción social

La ciencia médica ha demostrado durante décadas que la interacción social es críticamente importante para tener buena salud y longevidad.

El aislamiento social va a la par de alta presión sanguínea, obesidad, falta de ejercicio y fumar, como factores de riesgo para sufrir enfermedades y muerte prematura.

En un estudio publicado en el New England Journal of Medicine (1984), los investigadores del plan de seguro de salud de Nueva York descubrieron que entre los 2.320 hombres que habían sobrevivido a un infarto, aquellos que tenían fuertes conexiones con otras personas sólo tenían una cuarta parte del riesgo de morir dentro de los tres años siguientes, en oposición a aquellos que carecían de conexiones sociales. La columnista del New York Times, Jane Brody, describió que hay investigaciones que indican que "el aislamiento social va a la par de alta presión sanguínea, obesidad, falta de ejercicio y fumar, como factores de riesgo para sufrir enfermedades y muerte prematura".

El lado luminoso

Terminemos con una nota optimista y brillante: ¡la luz del sol! Las investigaciones sugieren una fuerte relación positiva entre la exposición a la luz solar y los niveles de serotonina. La serotonina estabiliza nuestro estado anímico, la sensación de bienestar y la felicidad. Esta terrible pandemia canceló muchos eventos al aire libre, cerró los comercios y otros establecimientos y cambió la forma en que educamos a nuestros hijos. En consecuencia, muchas personas pasan mucho más tiempo dentro de la casa, lejos de la luz del sol.

La luz solar puede promover estados de ánimo positivos. Lo ideal es aspirar a estar por lo menos 30 minutos al sol cada día. Esta práctica puede adoptar la forma de una caminata por el barrio, sentarse al aire libre o caminar hasta una fuente de agua. Estas sugerencias pueden combinarse con otras actividades placenteras tales como leer y escuchar música. Si hacer actividades al aire libre sigue siendo imposible, entonces la terapia con lámparas de luz también puede tener beneficios contra la depresión (Sanderson, Arunagiri y Funk, 2020).

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