Una nación unida

2 min de lectura

Bamidbar (Números 1:1-4:20 )

Enseñanzas de vida seleccionadas de la parashá semanal y de las fuentes de nuestros sabios.

El Talmud dice que la generación de Iehudá bar Ilai representa el estudio de Torá en su máxima expresión. ¿Qué destacó a esa generación? El Talmud afirma que en ese período seis personas estudiaban juntas, compartiendo una misma cobija. En un nivel, el Talmud implica que a pesar de tener una sola cobija por la gran pobreza que había, el pueblo continuaba dedicado al estudio de la Torá.

Sin embargo, Rav Jaim Shmuelévitz ofrece otra explicación. Él afirma que la única forma en que seis personas pueden sentarse juntas bajo una misma cobija es si cada uno se preocupa por el otro, asegurándose que todos estén cubiertos. La verdadera grandeza de la generación de Rav Iehudá bar Ilai fue el amor y el respeto mutuo que existía.

En la Torá encontramos algo similar respecto a la revelación en el Monte Sinaí. La Torá describe que el pueblo judío estuvo tan unido en el momento de la revelación, que fue como si en el Monte Sinaí hubiera estado una persona. Precisamente por esta unión tuvieron el mérito de recibir la ley Divina. 

* * *

Este tema juega un rol trascendental en Bamidbar, la parashá de esta semana, donde la Torá se extiende describiendo el campamento israelita en el desierto:

En medio del campamento estaban los levitas y el santuario. Alrededor de este centro estaban las 12 Tribus, conformando un cuadrado. Había tres tribus en cada lado del cuadrado (norte, sur, este y oeste), conformando campamentos menores. Cada tribu tenía una bandera con su insignia particular. Los colores de las banderas correspondían a los colores de las piedras del pectoral del Sumo Sacerdote, cada una de las cuales representaba a otra tribu.

El Midrash dice que cuando Dios sugirió esta disposición, Moshé cuestionó la idea diciendo: "Ahora habrá disputas entre las tribus". Moshé pensó que cuando comenzara a explicar quién viajaría al este y quién al oeste, quién estaría al frente y quién detrás, la gente comenzaría a discutir. Además, cada dirección está asociada con una cualidad y una bendición diferente. Por ejemplo, el norte está asociado con la riqueza y el sur con la sabiduría.

Dios le dijo a Moshé que no debía preocuparse. Las tribus aceptarían la organización del campamento por una simple razón: años antes, en el funeral de Iaakov, sus 12 hijos transportaron el ataúd. Ellos se pararon alrededor del ataúd de la misma en que las tribus serían organizadas en el campamento. Por lo tanto, cada uno sabría que estaba en el lugar adecuado. Dios le dijo a Moshé que no se preocupara, porque cuando alguien conoce su lugar inevitablemente se mantiene calmo y sereno.

* * *

Y así fue. En nuestra parashá, después de una larga descripción de quién viajaría primero y quién último, la Torá dice: “Y el pueblo judío hizo exactamente como se le instruyó” (Números 1:54).

El amor y el respeto por cada individuo, así como el reconocimiento de la forma en que cada uno contribuye al todo, es la forma en que nuestra nación alcanza la verdadera grandeza.

Que ocurra pronto y en nuestros días.

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