Una señal de la redención

05/12/2024

3 min de lectura

Vaietzé (Génesis 28:10-32:3 )

Y he aquí que Hashem estaba parado sobre él, y dijo: "Yo soy Hashem, Dios de tu padre Abraham y Dios de Itzjak; la tierra sobre la que yaces a ti te la daré, y a tu descendencia. Tu descendencia será como el polvo de la tierra e irrumpirás con fuerza hacia el oeste, hacia el este, hacia el norte y hacia el sur; en ti se bendecirán todas las familias de la tierra y en tu descendencia. (Bereshit 28:13-14)

Cuando Iaakov emprendía su desalentador viaje al exilio, Dios se le apareció y le aseguró el futuro de su descendencia. El significado simple de la promesa es que la nación judía sería tan numerosa como el polvo de la tierra y debido a su gran número, llenarían toda la tierra de Israel. El problema con esta interpretación es la comparación del pueblo judío con el polvo que la gente pisa. Si la Torá se refiere a la futura grandeza del pueblo judío, ¿por qué no compararlo con las estrellas, como ocurrió en la promesa que Dios le hizo a Abraham?

El Seforno explica que la Torá utilizó deliberadamente el término polvo para aludir al momento en el cual el pueblo judío llegaría al punto más bajo de su posición en el mundo. En ese momento en particular, el pueblo judío llenará la tierra de Israel. El Seforno añade que esto viene a enseñarnos que la salvación definitiva sólo llegará después de que los judíos alcancen el nivel más bajo posible ante los ojos de las naciones no judías.(1) Esta idea la encontramos en el Talmud:(2) "Si has visto una generación en la cual el sufrimiento se desborda como un río, entonces debes estar a la expectativa, como dice el profeta Isaías: 'cuando vendrá como un río estrecho' y a continuación dice: 'y el Redentor vendrá a Sion'".(3) El Talmud nos está enseñando que el Mashíaj sólo vendrá cuando culminen todos los terribles sufrimientos, cuando las cosas ya no puedan empeorar.(4)

La misma idea la expresó Rav Itzjak de Volozhin hace unos 200 años en Rusia. El gobierno quería aprobar un decreto que perjudicaría al pueblo judío. Muchos rabinos y funcionarios del gobierno se reunieron para discutir sobre este decreto. En un momento dado, uno de los poderosos funcionarios se levantó y empezó a reprender al pueblo judío. Dijo que los judíos no brindaban ningún beneficio al mundo y se preguntó por qué Dios había creado a esa nación que sólo causaba daños. Al oír esta diatriba antisemita, la mayoría de los rabinos bajaron la mirada avergonzados, pero Rab Itzjhak de Volozhin sonrió, casi estallaba de risa. El funcionario vio su cara y le pidió que explicara por qué parecía tan feliz ante acusaciones tan terribles contra su pueblo.

Rav Itzjak explicó que estaba viendo con sus propios ojos cumplirse una profecía de la Torá. Bilaam dijo que las naciones preguntarían: "En ese momento, el mundo dirá a Iaakov y a Israel: ¿qué hizo Dios?".(5) Rav Itzjak interpretó que esto significaba que las naciones del mundo preguntarían por qué Dios había creado al pueblo judío, ya que este se vería tan degradado a los ojos de las naciones. Sin embargo, en el versículo siguiente, Bilaam dice: "He aquí que el pueblo se levantará como un cachorro de león y se alzará como un león". Esto enseña que en ese mismo momento el pueblo se levantará del polvo como un león, y entonces llegará la Redención. "Por eso me alegré tanto cuando oí su acusación. Vi la señal de la Redención", dijo Rav Itzjak. Con estas palabras también los otros Rabinos se sintieron muy animados y tuvieron fuerzas para seguir adelante a pesar de los ataques despiadados.(6)

La relevancia de esta lección hoy en día es clara. El discurso antisemita se ve opacado por los numerosos ataques físicos que los judíos sufren en manos de aquellos que desean arrojarnos al mar. Entre las muchas pruebas que nos presenta esta época se encuentra el desafío de evitar caer en la resignación y la depresión ante lo que debemos soportar. Las palabras del Seforno nos recuerdan que estos eventos nos acercan todavía más a la Redención final. Todas las dolorosas tragedias que sufrimos nos acercan cada vez más y nuestra tarea es mantener la emuná (fe) a medida que las cosas parecen no poder estar peor, anticipando el día en que la palabra de Dios llenará todo el mundo.


NOTAS

  1. Seforno, Bereshit 28:14
  2. Sanedrín 98a
  3. Ieshaiá capítulo 59
  4. Talelei Orot, Bereshit 28:14, págs. 17-18
  5. Bamidbar 23:23-24
  6. Talelei Orot, Ibid.
Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Más reciente
Más antiguo Más votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.