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Ideas claras y concisas sobre la parashá de la semana.
La comida juega un rol primordial en la vida judía. Imagina un casamiento o un bar mitzvá sin comida; sería como un pub sin alcohol. ¿Acaso alguien haría semejante cosa? Para una cultura que está tan enfocada en la comida, tiene sentido que existan reglas para controlar nuestros hábitos alimenticios. Sin duda la razón fundamental de la ley de comer casher es la salud espiritual. Somos lo que comemos, y ¿a quién le gustaría ser un cerdo?
Sin embargo existe otra importante razón de por qué debemos comer casher: el autocontrol.
Una vez asistí a un curso de una semana de duración acerca de la comida macrobiótica. Ésta sugiere una dieta muy sana y altamente restrictiva. Entre las diez parejas que participaron, mi esposa y yo éramos los únicos judíos. Descubrimos que era mucho más fácil para nosotros adaptarnos a esta nueva dieta gracias a las leyes de la comida casher. Ya estábamos acostumbrados a limitar las opciones de comida y esta dieta macrobiótica era tan sólo una extensión de ello. Para el resto de los participantes, quienes no tenían experiencia alguna en controles a largo plazo sobre sus hábitos de comida, fue mucho más difícil adaptarse.
Según la filosofía judía gran parte de la vida consiste en el autocontrol. Cuanto más control tenemos sobre nosotros mismos, más encaminados estaremos hacia alcanzar logros sustanciales. Y por el contrario, si permitimos que nuestros deseos y pasiones dicten nuestro accionar, nuestros logros serán mucho menores. El comer es un gran área de deseo, y requiere un serio control. Porque dado que todo ser vivo, incluyendo a los humanos, necesita alimentos para sobrevivir, estos pueden volver locos a nuestros deseos. Toda mujer sabe que mantener a su marido bien alimentado hará su vida mucho más fácil. El comer es un área que requiere mucho autocontrol para asegurarnos que no nos dejaremos llevar por nuestro instinto.
Por eso la Torá nos brinda leyes que nos ayudan a crear límites y a obtener autocontrol. Pero cierta parte aún depende de nosotros. La comida más sana no sabe tan bien, mientras que la comida chatarra se ve más atractiva; nosotros también debemos poner nuestros propios límites.
Sin embargo, la verdad es que la comida es uno de los desafíos más simples de la vida. Si no logramos superar nuestros deseos en esta área, entonces estaremos ante un gran desafío en áreas más significativas. Cuidar las leyes de cashrut nos ayuda a auto controlarnos no sólo en los aspectos espirituales de la comida, sino también en aspectos más prácticos y relacionados con la salud, lo cual luego se extenderá hacia las demás áreas de la vida.
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