Al relatar las guerras entre Moav y los amoritas, la Torá dice: "Acerca de eso decían los poetas: '¡Vengan a Jeshbón! Que sea edificada y establecida la ciudad de Sijón'" (Bamidbar 21:27)

La palabra que usa la Torá para "poeta", moshel, también significa "gobernante". La palabra "jeshbón" en hebreo también significa "contabilidad". Por lo tanto, el Talmud ofrece la siguiente interpretación del versículo: "Aquellos que gobiernan sobre sí mismos pueden hacer cuentas, calcular las ganancias y las pérdidas de la vida: la ganancia de una mitzvá frente a su costo, y el costo de un pecado frente a su ganancia" (Bava Batra 78b).

Gran parte de la civilización occidental vive bajo la influencia de "aprovechar el placer del momento". La economía estadounidense se construye sobre el crédito y alienta a la gente a "comprar ahora y pagar después". Si las personas calcularan el costo final de las compras a crédito, que puede llegar a ser escandaloso, podrían posponer esa compra hasta poder permitirse pagarla. Pero la publicidad persistente e impresionante seduce al público a conseguir lo que desea, y a conseguirlo ahora. Cegados por los deseos, nadie hace cálculos.

¿Cuántas personas que conocen el peligro que fumar implica para su salud a largo plazo lo ignora porque el deseo de los efectos inmediatos del tabaco supera su pensamiento racional? La declaración del Talmud es correcta. Sólo "aquellos que gobiernan sobre sí mismos", que no están esclavizados por sus deseos físicos, pueden ser objetivos y hacer un recuento exacto de los aspectos positivos y negativos de las elecciones que hacen en sus vidas.

Los animales no "eligen" sino que siguen sus instintos y hacen lo que más les agrada. No gobiernan sobre sus vidas sino que son esclavos de sus impulsos físicos, a los cuales no pueden resistirse. Los seres humanos deberían sentirse orgullosos de ser gobernantes. Dejarse gobernar por los impulsos físicos en esencia es abdicar a la propia humanidad.

Una persona puede ser un "gobernante", puede calcular "la ganancia de una mitzvá frente a su costo, y el costo del pecado frente a su ganancia". Quiero compartir un ejemplo de esto.

Debido a mi extenso trabajo tratando alcohólicos y drogadictos, estuve en contacto con personas cuyas vidas estaban totalmente enfocadas en obtener una emoción momentánea por la que debían pagar muy caro a largo plazo. Su adicción a las sustancias químicas les había quitado todo vestigio de autodominio.

Avi es una de estas personas. Es un israelí cuya búsqueda de "volarse" lo llevó a una carrera delictiva. Sus sentencias por robo con allanamiento llegaron a ocho condenas de encarcelamiento por un total de dieciséis de sus treinta y cuatro años. Sin duda fue una pérdida a largo plazo por un placer momentáneo, pero Avi no tenía dominio sobre sí mismo. Él vivía bajo la tiranía de la adicción a las drogas.

Después de pasar un exitoso proceso de rehabilitación, Avi encontró un sobre con 5.000 shekels. Se trataba de un dinero que claramente era hefker (no tenía dueño), y quien lo encontraba tenía derecho a conservarlo. Pero de casualidad Avi sabía a quién pertenecía y lo devolvió. ¡Qué cambio! ¡De robar casas a devolver el dinero perdido! Avi había logrado dominarse a sí mismo.

Yo me enteré de este incidente y felicité a Avi por su gran progreso. Él me dijo: "En la época que usaba drogas, tal vez ese dinero me hubiera permitido volar durante 20 minutos. Cuando pasaba el efecto, me sentía peor que nunca. El incidente en el que devolví el dinero ocurrió hace seis meses. Cada vez que pienso en eso, sigo sintiéndome bien".

Cuando estaba esclavizado por su adicción, Avi no podía calcular el costo que debería pagar a largo plazo por un placer momentáneo. Como "gobernante", Avi fue capaz de hacer cuentas, pudo calcular la pérdida de quedarse con 5.000 shekels comparado con la buena sensación de hacer una mitzvá, que persistió durante seis meses y lo acompañaría para siempre.

Debemos lograr gobernar sobre nosotros mismos. Sólo entonces podremos hacer un cálculo honesto, obteniendo la máxima ganancia de la vida y evitando graves pérdidas.