Creo que Dios se olvidó de mí

¿Cómo hacer que el día de ayuno de Tishá BeAv, el Nueve de Av, sea relevante?

Si nunca has presenciado la devastación del Templo de Jerusalem en llamas, nunca has huido de los edictos de expulsión de los reyes Fernando e Isabel de España, nunca has vivido las tragedias que azotaron al pueblo judío en este día de luto, ¿cómo puedes conectar con su significado?

Puedes contemplar el interminable viaje de la nación judía. Hemos sido desterrados, degradados y empujados al exilio.

Y al mismo tiempo, hay un exilio personal por el que lloras. Lo más doloroso es el duelo por la conexión cuando te enfrentas a una soledad y un aislamiento aplastantes. Desconexión de la familia y los amigos. Una vida online que es una cáscara de la realidad. Una sensación de lejanía espiritual que deja un sabor amargo en la boca.

Una joven me llamó el otro día. Tardó en pronunciar las palabras. Se le quebró la voz al decir: "Creo que Dios se olvidó de mí".

Por eso estamos de luto.

Tishá BeAv es un momento para contemplar nuestro dolor interno.

Todos en este mundo hemos experimentado la pérdida. Vivir significa amar, perder, experimentar dolor. El duelo llega con pesadez, tristeza y, a veces, también con rabia. El duelo no es el objetivo final. Utiliza en cambio el día de Tishá BeAv para encontrar un sentido a tu duelo.

Contemplar la pérdida de la conexión

Tishá BeAv ofrece un espacio para contemplar la pérdida de la conexión. Para entender la raíz de esta pérdida. Y luego, debemos aprovechar el día y experimentar alguna transformación, para que cuando el sol se ponga no seamos la misma persona que éramos cuando el sol salió esa mañana.

Cada día tiene su tarea sagrada única. El trabajo personal que debemos realizar en este día es procesar el dolor y salir con una guía de cómo llegar a ser más grandes a través de nuestro dolor.

¿Por qué el dolor?

La gente a menudo pregunta, ¿por qué el dolor? ¿Por qué la nación judía ha experimentado la agonía del Holocausto, por qué sufren los niños pequeños, por qué la gente buena tiene que vivir momentos desgarradores? Este último año he escuchado a demasiadas personas que han tratado de dar sentido a una pérdida repentina e inexplicable, quedándose con preguntas sin respuesta. El mundo se siente herido.

Las respuestas a muchas de estas preguntas siguen estando fuera de nuestro alcance. El propio Moshé hizo esta misma pregunta a Dios, pero no pudo ver claramente la respuesta en vida.

No se trata de encontrar respuestas livianas; se trata de crear más significado para que honremos la pérdida que hemos experimentado.

El significado viene con simples actos de gracia y bondad. Plantas semillas que nunca habrían existido si no fuera por tu determinación de transformar el suelo de la humanidad. Riegas y nutres, creando un jardín de conexión y comprensión.

En el lugar de otro

En Tishá BeAv es costumbre abstenerse de saludar a los demás. No te saludas cuando te ves. Qué extraño. ¿No debería ser éste el único día del año en el que uno se esfuerza por crear unidad y establecer relaciones?

La verdad es que en este día de devastación y exilio, se te pide que te pongas en el lugar de otro, que sepas lo que se siente al ser ignorado, que comprendas el dolor del aislamiento. Experimenta el anhelo de conexión, de una sonrisa, de una palabra de aliento. Y luego haz algo al respecto.

Este Tishá BeAv, crea algo hermoso a partir de tu dolor. Dale sentido a tu duelo. Eleva a los que te rodean. Contempla la conexión. Piensa en pequeños actos de bondad para que la pérdida no sea tu punto final, sino el comienzo de tu viaje.