Sociedad
5 min de lectura
4 min de lectura
Los grandes reveses de la historia judía sirvieron como un trampolín para nuevas y extraordinarias aventuras del espíritu y la creatividad judía.
A lo largo de la historia judía, en tiempos de adversidad y persecución el pueblo judío encontró una fuerza singular para levantarse todavía más fuerte y más resiliente que antes, ejemplificando el concepto conocido como antifragilidad: la alquimia espiritual de convertir el dolor en propósito.
Pésaj es un testimonio de la resistencia y la fortaleza del pueblo judío frente a la persecución y las penurias prolongadas. En aproximadamente 200 años, el pueblo judío pasó de ser un pequeño grupo de 70 almas que llegaron a Egipto y fueron esclavizadas a salir como una nación de tres millones de personas para recibir la Torá en el Monte Sinaí.
En esa época, uno de los eveventos más significativos durante nuestra esclavitud fue el decreto genocida del faraón, quien ordenó el asesinato de los primogénitos varones. A pesar de su esfuerzo por diezmar y destruir la voluntad del pueblo judío, no sólo sobrevivimos sino que prosperamos. La Torá declara: "Mientras más nos oprimían, más fuertes nos volvíamos".
Y así ha sido desde entonces: la resiliencia y la determinación del pueblo judío por prosperar ante la adversidad y sobrevivir tragedias que hubieran puesto fin a un pueblo menos resiliente.
Rav Jonathan Sacks explicó cómo, finalmente, los mayores infortunios de la historia judía resultaron ser el impulso para extraordinarias nuevas aventuras en el espíritu y la creatividad judía. Por ejemplo, la destrucción del Primer Templo y la expulsión a Babilonia (lo que hoy en día es Irak), llevó a un nuevo compromiso con la Torá, estableciendo las bases estructurales del judaísmo como un pueblo estudioso. Bajo el imperio persa, el decreto de Hamán se revirtió en la victoria de Purim. La victoria de Janucá surgió de la opresión y la persecución del imperio asirio-griego. La literatura rabínica de la Mishná, el Midrash y el Talmud fue una respuesta a la destrucción del Segundo Templo. El encuentro con el cristianismo medieval ayudó al surgimiento de Rashi y los comentaristas bíblicos medievales. El encuentro con el islam permitió que surgiera Maimónides y la historia de la filosofía judía, y nuestra expulsión de España llevó a que se reunieran los poetas judíos responsables por algunas de las plegarias judías más conmovedoras.
La antifragilidad es la habilidad de transformar el sufrimiento y la adversidad en crecimiento y renovación, la tragedia en triunfo, las dificultades en una renovación espiritual.
Y en nuestra época, el crecimiento del antisemitismo en Europa llevó a la cristalización del sionismo. Después de soportar los horrores del Holocausto, fuimos testigos del renacimiento del estado de Israel con un ejército en nuestra tierra. La antifragilidad es la habilidad de transformar el sufrimiento y la adversidad en crecimiento y renovación, la tragedia en triunfo, las dificultades en una renovación espiritual. Es la cualidad que mantuvo viva a mi familia a través de momentos muy difíciles.
Mina Perlberger, mi suegra, era una adolescente en la primavera de 1942, y estaba celebrando Pésaj en su pequeño pueblo de Tyczyn, en Polonia. Cuando la familia se sentó para hacer el segundo Séder, la puerta principal fue derribada por una explosión de violencia. Los nazis a propósito decidieron liquidar el pueblo en esa noche sagrada. Sacaron de la casa al padre de Mina arrastrándolo de su barba y llevaron a la familia al gueto de Rczezow. Poco después los padres de Mina fueron deportados a Treblinka y nunca los volvieron a ver.
"En Iom Kipur, justo después del ayuno, los escuadrones de las SS mataron a nuestro rabino de Wieliczka en el campo de Rozwadow, Stalowa Wola". Así comienza el relato de supervivencia de Yoachim Wimmer, sobre el asesinato del rabino frente a todo su pueblo. "Él estaba trabajando el día de Iom Kipur mientras ayunaba, descargando chatarra. El Sturmband Fuehrer de la SS del campo declaró en alemán que el rabino, bendito sea su recuerdo, estaba saboteando el trabajo y debía ser fusilado. Sus palabras fueron traducidas al polaco. A continuación, ante la presencia de 1.200 personas, Rav Frankel fue fusilado. El suelo tembló bajo nuestros pies. El primer sacrificio". Rav Frankel era el abuelo de mi suegro. Mi esposo perdió a la mayor parte de su familia en el Holocausto. Pero seguimos aquí, creando nuevas generaciones.
La elección de Hamás de llevar adelante la masacre en Simjat Torá, uno de los días más sagrados y felices del calendario judío, no fue un mero ataque en una festividad religiosa, sino un asalto a la esencia misma de la alegría, la celebración y la fe de aquellos que lo observan. Al elegir ese día, Hamás también eligió conmemorar la Guerra de Iom Kipur de 1973 (atacando en otro día sagrado) para recordarnos que nuestros enemigos nunca cesarán en sus esfuerzos por dañarnos y tener placer al infligirnos dolor espiritual además de todo lo demás.
Durante milenios, los ataques deliberados a nuestros sitios sagrados, a nuestras prácticas religiosas, y a nuestras sagradas tradiciones fue una táctica para incrementar el trauma y la devastación. Sin embargo, el pueblo judío no solo ha sobrevivido sino que ha prosperado. Quizás es por eso que nos odian. Nos negamos a dejar de existir.
¿Quién iba a pensar que ahora en Pésaj tantos rehenes aún seguirían en un cautiverio inhumano, con el destino de muchos de ellos desconocido, y que Israel sufriría un ataque directo de Irán?
El conflicto actual trae inmenso dolor e incertidumbre. Sin embargo, también nos presenta una oportunidad para que la comunidad judía se eleve por encima de la adversidad y salga de ella más fuerte y resiliente que nunca, aunque no tengamos claro qué significa eso.
Nuestra arma secreta (la antifragilidad) nació en el crisol de la penuria, la opresión y el genocidio. Según un informe reciente sobre la felicidad en el mundo, de los 143 países evaluados, Israel ocupa el quinto lugar. A pesar de la guerra, las penurias y la incertidumbre de lo que nos deparará cada día, nos elevamos por encima de todo con alegría y sentido.
Este Pésaj, adoptemos el espíritu de la antifragilidad y esforcémonos por ser más fuertes frente a las adversidades, teniendo fe y confianza en Dios, tal como lo hicieron nuestros antepasados hace miles de años.
Al enfrentar los desafíos de nuestro tiempo, saquemos fuerzas e inspiración no sólo de la historia de Pésaj, sino de nuestra larga historia de resiliencia, sin importar lo que tengamos que enfrentar.
Jag Saméaj.
Nuestro newsletter está repleto de ideas interesantes y relevantes sobre historia judía, recetas judías, filosofía, actualidad, festividades y más.