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Preciosas y dulces recetas que engalanarán tu mesa de Rosh HaShaná.
¡Hola amigos!
Es para mí un honor, poder acercarme a ustedes a través de AishLatino.com. Tender la 'Mesa Judía' para nuestros seres queridos es una de las expresiones de cariño que más disfruto.
Nuestra Mesa con mantel, no con mantelitos individuales, crea la unión, la reunión, el encuentro de las miradas, las sonrisas, el deleite compartido. Familia, amigos, todos son bienvenidos a una Mesa tendida con amor y dedicación.
Desde este espacio, los convidaré con preparaciones para las festividades judías y también para Shabat. Estas recetas están comprendidas en las normativas de cashrut y poseen también nuestras "cuatro eses": Seductor, Sabroso, Sencillo y Saludable.
Espero las disfruten como yo al escribirlas y... servirlas en mi mesa.
Rosh HaShaná comienza cuando la madre enciende las velas antes del crepúsculo, en la mesa preparada para ser servida al regreso de la sinagoga, de tal manera que simbolice bendición y prosperidad.
Una tradición que se suele tener en cuenta es que en esta mesa tan especial, no deben haber alimentos amargos.
En el centro de la mesa estarán los candelabros. A un lado, la copa de Kidush con vino. Un lugar destacado merecen las jalot (plural de jalá), panes redondos y dulces como queremos que sea nuestro año. Pequeños recipientes con miel, donde untaremos los trozos de manzana que dispondremos alrededor.
Colocaremos una cabeza de pescado hervida en una fuente junto al jefe de familia, en recuerdo de la promesa bíblica: “Y te pondrá Dios por cabeza y no por cola, cuando obedecieres a los Mandamientos del Eterno, tu Dios” (Deuteronomio 28:12).
A continuación encontrarás preciosas recetas que engalanarán tu mesa de Rosh HaShaná.
* * *
En Rosh HaShaná, la jalá cambia de cara. Su forma será redonda, recordándonos la redondez de la vida, del universo. Esta receta es muy parecida a la básica, con alguna variante.
INGREDIENTES:
ELABORACIÓN:
Ponemos en un bol grande, en forma de corona, 1 kg de harina menos una taza. En el medio volcamos el agua tibia donde disolvimos y dejamos espumar la levadura con una cucharadita de azúcar. Mezclamos un poco de harina de alrededor con este líquido y formamos un “pancito” flojo. Dejamos descansar 1⁄2 hora, así empieza a “trabajar” la levadura.
Agregamos luego los huevos batidos con un tenedor, la sal, aceite y azúcar. Mezclamos con la harina agregando agua tibia de a poquito, mientras absorba.
Formamos una masa blanda y elástica y procedemos a amasarla sobre la mesa, con ambas manos. Tu ya sabes: con energía y con amor.
Volvemos la masa al bol, la tapamos con un paño y la dejamos en lugar tibio durante 1 hora, para que leude hasta que duplica su tamaño. Si hace falta, la dejamos más tiempo. Lo importante es darle todo el tiempo que necesite para crecer.
Luego volvemos a amasarla para quitarle el aire, y le agregamos la vainilla y las pasas de uva.
Dividimos la masa en dos partes, y hacemos un bollo con cada una, reservando un trocito de masa para formar dos cilindros largos y finos, que serán las coronitas redondas que ponemos encima de cada pan.
Aceitamos apenas una placa de horno y ponemos los dos panes. Dejamos descansar media hora y luego humedecemos la superficie con agua. Solamente pasándole la mano mojada.
Cocinamos en horno moderado, hasta que empiezan a dorarse y están cocidas en su interior.
Entonces retiramos del horno, pintamos con un almíbar bien liviano que tenemos preparado y ponemos nuevamente en el horno hasta que terminan de dorarse parejo y están completamente cocidas.
La Jalá Agulá no faltará nunca en Rosh HaShaná en nuestra mesa, si nos damos el placer de prepararla.
FREEZER: Podemos conservarla hasta 1 año.
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Recordar y saborear es algo fantástico. Mi abuela preparaba un plato delicioso, que, después que ella se fue, nadie de la familia sabía cómo lo preparaba. Así que pasamos años sin disfrutar aquel deleite. Pero el sentimiento ayuda y hace un buen tiempo, probando y agregando un poquito de esto y otro poquito de aquello, logré revivir aquel recuerdo del paladar que tanto extrañaba.
INGREDIENTES:
ELABORACIÓN:
Doramos en la sartén las cebollas cortadas en rebanadas y separadas en aros, agregamos la pulpa de tomates, la remolacha y las zanahorias cortadas en rodajitas finas.
Mientras empieza a cocinarse a fuego suave, cortamos la carne en cubos y la saltamos en muy poquito aceite bien caliente, para sellarla correctamente. Si la sartén es anti-adherente, no necesita aceite.
Ponemos en una cacerola la carne, los vegetales que habíamos preparado con la pulpa de tomates, el ramito de perejil y menta frescos y agregamos 1⁄2 taza de agua.
Dejamos cocinando a fuego suave, durante media hora, cuidando de que no se seque.
Cuando la carne ya está bien tierna, agregamos el azúcar, jugo de limón y la mermelada de frutillas, que dará un toque sensacional.
* * *
Cada persona a la que le pidas una receta de tzimes de zanahorias, te dará una receta diferente. Es que es así. A mí me encanta esta, y disfruto cada vez que la sirvo. Deseo que a ti te pase lo mismo.
INGREDIENTES:
ELABORACIÓN:
Ponemos en recipiente de vidrio, las zanahorias cortadas en bastones largos y finos y cubrimos con el azúcar y el jugo de naranja fresco.
Dejamos macerar no menos de 3 horas a temperatura ambiente y luego cocinamos a fuego lento, hasta que la zanahoria está tierna y el jugo se redujo. Si prefieres que quede un fondo cremoso para las zanahorias, puedes espesar el jugo con una cucharadita de fécula de maíz o de papa.
Y asunto arreglado.
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La familia shtrudel es muy amplia y nunca terminamos de conocer a todos sus miembros. Aquí te convido con uno más.
INGREDIENTES PARA LA MASA:
INGREDIENTES PARA EL RELLENO:
ELABORACIÓN:
Mezclamos todos los ingredientes de la masa y le agregamos de a poquito agua caliente, hasta que forme la masa firme y elástica. Dejamos descansar en la heladera un par de horas, luego separamos en dos partes y estiramos finito cada una.
Preparamos el relleno mezclando la mermelada con los dátiles picados, canela, azúcar, nueces molidas y pan rallado.
Distribuimos el relleno en el borde de cada una de las partes de masa y arrollamos. Apretamos con las manos, pinchamos con un tenedor grueso cada 5 cm y pintamos con aceite.
Ponemos los shtrudel sobre placa de horno previamente aceitada y cocinamos en horno caliente, hasta que se cocine y dore parejo. Debe quedar crujiente.
Retiramos y rociamos abundantemente con azúcar impalpable. Cuando se enfría cortamos en porciones y servimos.
¡Shaná tová umetuká! Y recuerden siempre: “El secreto de la felicidad es realmente apreciar lo que uno tiene”.
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Estas recetas fueron extraídas del libro “El Sabor de los Recuerdos” de Silvia Ginerman. Si deseas adquirir una copia:
En Jerusalem: Silvia Ginerman 0525 801 228 silvia@ginerman.com
En Buenos Aires: Librería Sigal, Av. Corrientes 2854, info@libreriasigal.com
En Montevideo: Bettina Weinstock libros judaicos, tel. 098 45 80 83, bettiwein@gmail.com
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