Las siete leyes de Noaj

2 min de lectura

¿Hay alguna forma de aprovechar la sabiduría de la Torá sin ser parte del pueblo judío?

Amo al pueblo judío y disfruto mucho leyendo los abundantes pensamientos espirituales de su sitio web. Quiero acercarme a Dios, pero de acuerdo con lo que leí, convertirse es un compromiso muy grande. No creo estar lista para eso en esta etapa de mi vida. ¿Hay alguna forma de aprovechar la sabiduría de la Torá sin ser parte del pueblo judío?

El rabino de Aish responde:

Gracias por tus inspiradoras palabras.

Una persona no necesita convertirse al judaísmo para alcanzar elevados niveles espirituales, para establecer una relación con Dios y ganarse una recompensa en el Mundo Venidero. Janoj “caminó con Dios” y Nóaj tuvo una relación muy elevada con Él, aunque ninguno de los dos era judío. Nuestra tradición establece que las 70 naciones deben funcionar juntas y jugar una parte integral de esa “entidad” que llamamos humanidad.

La Torá presenta siete mitzvot para que cumplan los no judíos. Estas siete leyes son los pilares de la civilización humana, y se denominan las Siete leyes de Nóaj (también conoidas como leyes noajidas o preceptos de noe), porque todos los humanos descendemos de él. Lamentablemente, muchos las han olvidado con el paso del tiempo. Quizás lo mejor que podemos hacer sea alentar a todos los pueblos a respetar estas leyes y de esta manera el mundo será un lugar muy diferente. Como explica el Talmud (Sanedrín 58b), las siete leyes son:

  1. No asesinar
  2. No robar
  3. No adorar dioses falsos
  4. No cometer inmoralidad sexual
  5. No comer el miembro de un animal vivo
  6. No maldecir a Dios
  7. Establecer cortes de justicia y juzgar a los ofensores de la ley

Maimónides explica que todo ser humano que observa fielmente estas leyes gana un lugar apropiado en el paraíso. Como puedes ver, la Torá es para toda la humanidad, sin que haga falta convertirse.

Asimismo, cuando el Rey Salomón construyó el Templo Sagrado en Jerusalem le pidió a Dios específicamente que escuche la plegaria de los no judíos que llegaran al Templo (Reyes I 8:41-43). El Templo era el centro universal de la espiritualidad, al que el profeta Isaías se refirió como una “casa para todas las naciones”. También los no judíos eran bienvenidos para traer ofrendas al Templo. De hecho, el servicio durante la semana de Sucot tenía un total de 70 ofrendas de toros, correspondientes a las 70 naciones del mundo. El Talmud dice que si los romanos hubieran entendido cuánto se beneficiaban del Templo, nunca lo hubieran destruido.

En la actualidad hay muchos grupos activos de no judíos llamados bnei Nóaj, que observan fielmente las Siete Leyes de Nóaj.

Que Dios te conceda bendiciones y éxito en tu búsqueda espiritual.

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