Conceptos básicos
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Leyes de la janukiá (menorá de Januca) en profundidad, para los viajeros y para los invitados.
La mitzvá de encender la janukiá es descrita como "una luz para el hombre y su hogar". De esto aprendemos que la mitzvá no es sólo personal sino que pertenece al hogar. Por lo tanto, una persona no puede cumplir su obligación al encenderla en cualquier lugar fuera de su casa. Por ejemplo, uno hombre no puede encenderla en el trabajo, sino que debe regresar a su casa para cumplir la mitzvá.
Encender la janukiá o hacerse partícipe en la casa de otra persona está permitido sólo cuando se duerme en ese lugar. Una persona que tiene la intención de dormir en su propio hogar debe encenderla ahí y en ningún otro lugar. Un huésped puede ser la excepción a esta regla.
La esposa y el hijo (sobre la edad de bar-mitzvá) deben encender la janukiá en casa. Estrictamente hablando, el esposo también cumple su obligación con esto y no se requiere que encienda una janukiá separadamente. Sin embargo, según la costumbre común, el esposo enciende su propia janukiá en el lugar donde está durmiendo. Debe hacer las bendiciones sólo si la enciende antes que la otra janukiá sea encendida en su casa. Si la enciende más tarde que la de su hogar, no debe recitar la bendición el mismo, sino que debe escucharla de alguien más que la esté diciendo, sea quien sea.
La mujer cumple con su obligación a través del encendido de su marido y no es necesario que ella encienda su propia janukiá. Si es posible, debe intentar escuchar las bendiciones recitadas por alguien más que esté encendiendo la janukiá.
Hay dos opciones:
Para evitar cualquier mal entendido, la pareja debe discutir la situación con antelación para llegar a un acuerdo mutuo.
Si el esposo siente que a la mujer la va a molestar perderse el encendido de la janukiá, debe esperar a que ella llegue.
Durante los días que están fuera del hogar, deben encender la janukiá en su nueva ubicación. Si algún otro miembro de la familia permanece en casa, debe encender la janukiá para si mismo en casa.
Un hombre debe encender su propia janukiá en el lugar de hospedaje. Una mujer debe hacerse partícipe de la familia donde se esté hospedando, pero si se está hospedando sola debe encender su propia janukiá.
Preferentemente debe encenderla en el lugar donde come. Si esto es muy difícil, podrá hacerlo en el lugar donde duerme.
Si se va antes del horario del encendido, debe encender la janukiá en su destino. Pero si se va después del horario del encendido, debe hacerlo antes de salir.
Si sale antes del horario del encendido, debe encenderla en casa. Pero si sale después, debe encenderla en el lugar en el que ha estado temporalmente.
Una persona que pretende regresar a casa inmediatamente después de Shabat deberá encenderla cuando llegue a casa. En tal caso, todo esfuerzo debe ser hecho para regresar a casa rápidamente. Una persona que pretende permanecer en ese lugar temporal durante un período de tiempo determinado después de Shabat, deberá encenderla en el lugar en el que estuvo durante Shabat.
Si se le concede permiso, deberá hacerlo en su cuarto privado, ya que es considerado como su casa. Es digno de elogio comer por lo menos una comida al día en ese mismo cuarto. Si el hotel insiste que lo haga en un comedor común, entonces deberá cumplir su obligación ahí.
La persona debe cumplir varias condiciones:
Si todas estas condiciones se cumplen, deberá encenderla y pronunciar las respectivas bendiciones, incluso si solamente puede encender una vela. Si estas condiciones no se cumplen, está exento de encender la janukiá.
Entonces deberá encenderla sin bendiciones.
Extraído de "Guidelines" – more than 200 commonly asked questions about Chanukah (Targum/Feldheim).
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