Sería extremadamente difícil que alguien te convenciera de que tienes seis dedos en una mano. Esfuérzate por alcanzar ese mismo nivel de claridad en tus convicciones de vida.
La alarma suena por la mañana. Nuestra alma quiere gritar: "¡Otro día de crecimiento espiritual y desafíos!". Pero nuestro cuerpo quiere postergar la alarma, abrazar la almohada y seguir durmiendo.
En la cábala, así como en la tradición jasídica, nosotros 'curamos' el cuerpo pero 'arreglamos' el alma. Curar toma tiempo, pero arreglar, si sabes cómo hacerlo, es algo inmediato.
Cuando el hombre llega a este mundo, sus puños están apretados, como diciendo 'el mundo es mío'. Y cuando se va del mundo sus manos están abiertas, como diciendo: 'No me llevo nada de este mundo'.