Judaísmo, naturaleza y ambientalismo

02/02/2023

9 min de lectura

Una exploración sobre la perspectiva judía de la naturaleza y la responsabilidad de los seres humanos sobre el medio ambiente.

En el calendario judío, Tu Bishvat, el 15 del mes de shvat, es el año nuevo de los árboles (1). Es un momento en el cual pensamos sobre los árboles, comemos sus frutos (2) y, a menudo, contemplamos y valoramos la naturaleza. Sin embargo, estoy aquí para decirte que la naturaleza en realidad no existe. Déjame explicártelo.

La idea de que hay una entidad llamada "naturaleza" que de alguna manera tiene planes, propósitos y sabiduría, no es cierta. Si eres un ateo laico (¿hay alguna otra clase de ateo?), debes estar de acuerdo con esto, dado que el mundo y todo lo que hay en él, en tu opinión, es resultado de fuerzas al azar y no dirigidas. Como enfatiza tantas veces en sus obras Stephen Jay Gould, la naturaleza no tiene intenciones; las especies sobreviven por mera suerte; la humanidad no es el propósito de la creación; y es ridículo hablar de la naturaleza como una entidad con un propósito (3).

Desde la perspectiva del judaísmo, la "naturaleza" es una manifestación de la voluntad de Dios que ocurre de forma regular, tal como un milagro es una manifestación de la voluntad de Dios que ocurre de forma infrecuente (4).

En 1702 Rav David Nieto (5) se convirtió en el rabino de la sinagoga española portuguesa de Londres. En uno de sus primeros sermones, generó gran controversia al señalar que el valor numérico del nombre de Dios, Elo-him, era igual al valor numérico de naturaleza (6). Esto fue poco después de la controversia respecto al filósofo judío holandés Baruj Spinoza, quien declaró creer en el panteísmo, negando el concepto monoteísta de un Dios personal, negando el libre albedrio de Dios y el amor Divino (7). La congregación de Nieto pensó que su rabino era un panteísta seguidor de Spinoza.

La atribución de sabiduría y personalidad a la naturaleza se remonta a las primeras religiones paganas y tiene eco en los filósofos y los ambientalistas modernos.

El gran rabino Tzvi Ashkenazi de Ámsterdam salió en defensa de Nieto y explicó que Nieto se refería exactamente a lo opuesto que Spinoza, es decir que no existe algo así como la naturaleza, sino que todo es simplemente la voluntad de Dios (8).

Muchos ambientalistas contemporáneos son adoradores de la naturaleza o de Gaia, la diosa griega de la tierra, y tienen una preocupación por el ambiente que es por el bien del medio ambiente y de la tierra misma. Algunos consideran a la humanidad como un virus o un parásito del organismo tierra. En las palabras de James Lovelock, "Lamentablemente, hoy Gaia se encuentra en problemas. Está infectada por un virus llamado Homo sapiens. Los humanos están destruyendo los ecosistemas, asesinando miles de especies y desestabilizando el clima" (9).

La atribución de sabiduría y personalidad a la naturaleza se remonta a las primeras religiones paganas y tiene eco en los filósofos y ambientalistas modernos. Hoy en día, proliferan declaraciones tales como: "Permitamos que la naturaleza siga su curso. Ella sabe lo que hace mejor que nosotros", del filósofo francés Michel de Montaigne.

Los seres humanos y la responsabilidad

El judaísmo considera que los seres humanos fueron creados deliberadamente y colocados en esta tierra para perfeccionarse y mejorarse a sí mismos y a toda la creación. Somos antropocéntricos y vemos al ser humano como el propósito de la creación y como la pieza fundamental para su continuidad (10).

La primera declaración de una orden al ser humano es que fue colocado "en el jardín para cuidarlo y protegerlo" (11). Además, el ser humano fue creado como el guardián y director del resto de la creación: "Y Dios los bendijo, y Dios les dijo: Sean fructíferos y multiplíquense, llenen la tierra y domínenla; dominen sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo, y sobre toda criatura viva que se mueva sobre la tierra" (12).

Obviamente, con el poder viene la responsabilidad, y un maravilloso comentario rabínico del Midrash relata que Dios llevó a Adam y a Javá por el mundo y les dijo: "¡Miren Mi obra! ¡Vean qué bella es, qué excelente! Todo lo creé para ustedes. Tengan cuidado de no arruinar ni destruir Mi mundo, porque si lo hacen, no habrá nadie que pueda repararlo" (13).

La utilización del mundo, especialmente cuando implica destrucción, debe ser algo pensado, justificado y deliberado.

Por lo tanto, el ser humano fue encargado de administrar el mundo, para utilizarlo apropiadamente y no para destruirlo. Podemos estar de acuerdo con los ambientalistas respecto a acciones y métodos, pero por razones muy diferentes. El Creador nos ordenó preservar la naturaleza, no como un fin en sí mismo, sino como un medio para lograr la perfección humana.

El judaísmo está de acuerdo con Henry David Thoreau en que "cada criatura está mejor viva que muerta, los hombres, los alces y los pinos, y quien lo entienda bien preferirá preservar su vida antes que destruirla". Sin embargo, el judaísmo añade que la necesidad humana es motivo suficiente y justificado para quitarle la vida a un animal o para talar un árbol. Por supuesto, la "necesidad" no es algo que pueda definirse de forma simple y concluyente. La utilización del mundo, especialmente cuando implica destrucción, debe ser algo pensado, justificado y deliberado.

Una vez, Rav Aryeh Levin caminaba con su mentor, Rav Abraham Itzjak Kook, en un campo en Israel. Sin prestar atención, Rav Levin arrancó una hoja de un árbol. Rav Kook se conmocionó ante este acto y le dijo con suavidad: "Créeme cuando te digo que yo nunca arranco una hoja ni una brizna de hierba, ni cualquier cosa viva, a menos que sea necesario". Él también le explicó: "Cada parte del mundo vegetal entona una canción y exhala un secreto del misterio divino de la Creación". Por primera vez, Rav Levin entendió lo que significa mostrar compasión por todas las criaturas (14).

Judaísmo y medio ambiente

Muchas leyes y prácticas judías están diseñadas para enseñarnos a tener compasión con la vida silvestre, a valorar el ecosistema y a tener sensibilidad por el medioambiente. Por ejemplo, la primera en una serie de bendiciones que decimos cada mañana es: "Bendito seas Tú, Dios nuestro, Rey del universo, Quien ha dado al gallo sabiduría para distinguir entre el día y la noche" (15). Rav Kook entiende que esta extraña bendición es una bendición por la interconectividad de todas las cosas que existen en el mundo. La primera manifestación de conexión entre el ser humano y el medioambiente es el hecho de ser despertados por el canto de un gallo.

Pero esa es sólo la punta del iceberg, y se supone que la bendición debe ayudarnos a tomar conciencia de nuestra conexión con toda la naturaleza (16).

Destrucción sin sentido

La guerra a menudo implica la destrucción deliberada del enemigo. La Torá le ordena al antiguo ejército judío: "Cuando sitien una ciudad por mucho tiempo, para hacerle la guerra y apoderarse de ella, no destruyas sus árboles blandiendo el hacha contra ellos, ya que de ellos ustedes comerán y no los deben cortar. ¿Pues acaso el árbol del campo es un ser humano para sitiarlo? Sólo el árbol que sepas que no es árbol frutal podrás destruir y cortar…" (17). Los sabios del Talmud derivan de estos versículos una prohibición general contra la destrucción sin sentido de cualquier recurso o cualquier cosa natural o fabricada.

"Rebi dijo: la persona no debe vaciar el agua de su pozo, cuando hay otros que pueden necesitarla"(18). Esta prohibición es explicada en una obra del siglo XIV, El libro de la educación: "Este es el camino de los piadosos y rectos: ellos aman la paz, se alegran por el bien de la humanidad y acercan a las personas a la Torá. Ellos no destruyen ni siquiera una pequeña semilla de mostaza (19) y sienten dolor por cualquier desperdicio o destrucción" (20).

La conservación

También vemos que el judaísmo se preocupa por la conservación y la preservación de las especies. Hay un mandamiento bíblico que nos ordena alejar a la madre pájaro si necesitamos sacar sus huevos para comer, y una prohibición de quedarse tanto con la madre como con sus pichones (21). Esto se entiende como una forma para preservar esa línea de descendencia al no quedarse simultáneamente tanto con el producto (los huevos) como con el productor (la madre). En el Libro de la educación, dice: "La raíz de este mandamiento es para que entendamos que la Providencia de Dios está sobre todas Sus criaturas, con la especie humana de forma individual, como está escrito (Job 34:21): 'Porque Sus ojos están sobre los caminos del hombre'. Y con las especies animales de forma general, implicando que Su deseo, bendito sea, es la existencia de las especies particulares" (22).

El sufrimiento de los animales

La ley judía no sólo prohíbe causar sufrimiento a un animal, sino que nos obliga a evitar que un animal sufra (23). El Talmud relata que uno de los más grandes rabinos de su época, el editor de la Mishná, Rabí Iehudá Hanasí, fue castigado por ser insensible con un animal.

El sufrimiento de Rabí Iehudá Hanasí fue resultado de un incidente en el cual un ternero que iba camino a la shejitá se escapó y se acercó a Rabí Iehudá Hanasí cuando él estudiaba Torá. El ternero colocó su cabeza bajo la prenda de Rabí Iehudá Hanasí y lloró. Rabí dijo: "¡Ve a la shejitá! ¡Para eso fuiste creado!".

Después, el sufrimiento de Rabí Iehudá Hanasí también terminó gracias a un incidente que involucraba animales. Su sirvienta estaba limpiando la casa y empujó unas comadrejas bebés. Rabí Iehudá le dijo: "Déjalas. Está escrito: 'Su misericordia está sobre todas Sus criaturas'". Dijeron [en el Cielo]: "Dado que él es misericordioso, le tendremos misericordia".

Cuando alguien estrena una prenda nueva, le decimos en hebreo: ¡titjadesh! (¡Que te renueves!) Aquí está la fuente de esto en el Código de la Ley Judía:

"Cuando alguien compra una prenda nueva, se acostumbra a decirle: 'Que puedas usarlo y sentirte renovado'. Y hay quienes escriben que esto no se dice por zapatos ni por ropa hecha de cuero, porque si se gastan, será necesario matar a otro animal para hacer una nueva prenda, y está escrito: "Su misericordia está sobre todas Sus creaciones". A pesar de que este razonamiento no es conclusivo, muchas personas no dicen esta bendición cuando alguien viste una prenda de cuero".

Si bien celebramos que alguien tenga una prenda nueva y le deseamos que viva mucho "para gastarla y estrenar otra prenda nueva", sentimos que no es apropiado celebrar esperando la muerte de otro animal. Por lo tanto, aunque la ley judía nos permite usar cuero, atempera este permiso con una reticencia a celebrar el cuero.

En una famosa pregunta del siglo XVIII a Rav Iejezquel Landau de Praga, un empresario adinerado quiso saber si podía entretener a sus clientes llevándolos a cazar. Rav Landau le respondió: "Me sorprende esta actividad de la caza. En la Torá no encontramos cazadores, fuera de Nimrod y Esav (24). Este no es el camino de los hijos de Abraham, Itzjak y Iaakov... No se debe decir "Que puedas usarlo y sentirte renovado" a alguien que compró ropa hecha de cuero de un animal, porque está escrito: 'Su misericordia está sobre todas Sus criaturas' (25). Por lo tanto, ¿cómo puede un israelita matar seres vivos sin ninguna necesidad más que pasar su tiempo cazando? En consecuencia, esto contribuye a una cualidad negativa, la crueldad, y está prohibido y es peligroso; y también provoca que Dios juzgue a la persona por sus pecados… Sin embargo, si alguien lo requiere y su manutención depende de la caza, la prohibición de la crueldad no tiene aplicación" (26).

Rav Landau prohíbe cazar por entretenimiento, pero lo permite, aunque un poco a regañadientes, con el fin de ganarse la vida. Esta respuesta es otro ejemplo del enfoque equilibrado de la Torá que nos permite utilizar los recursos del mundo, pero nos prohíbe abusar de él.

Nuestra actitud hacia la naturaleza, la tierra y los animales es una actitud de 'responsabilidad humana', no de 'derechos naturales'. La naturaleza no tiene personalidad; la tierra no es una diosa y los animales no tienen libre albedrío. Por otro lado, los humanos tienen personalidad, libre albedrío y obligaciones, y en consecuencia se espera que actúen apropiadamente.

Se nos alienta a contemplar la belleza y la majestuosidad del mundo. "Levanta tus ojos a lo alto y mira Quién ha creado esto" (27). Pero también estamos obligados a proteger el mundo y respetar la naturaleza. Tu Bishvat es un buen momento para reflexionar sobre estos temas… y para comer una deliciosa fruta israelí.


Notas:

  1. Mishná, Rosh Hashaná 1:1
  2. Código de la Ley Judía, Oraj Jaim 131:6, Maguen Abraham 16
  3. The History of Nature and the Nature of History: Stephen Jay Gould en Science, Philosophy, and History, Ken Blaser; The History Teacher Vol. 32, No. 3 (Mayo, 1999), pgs. 411-430
  4. Commentario de Najmánides, Génesis 17:1, Éxodo 13:15. Rav Eliahu Dessler, Mijtav MeEliahu, Vol. 1, 177-178
  5. Autor de Kuzari Sheni, Shevet Dan
  6. El hebreo no tiene numerales. Cada letra del alfabeto tiene un valor numérico, y el valor numérico de las palabras se usa como una herramienta de exégesis y comentario sobre la Biblia hebrea, conocido como guematria. אלהים = 86 = הטבע
  7. Baruj Spinoza, Ethics 1 p.32c1, 1 p.17s1, 5 p.19
  8. Rav Tzvi Ashkenazy, Responsa Jajam Tzvi, Siman 18
  9. James Lovelock, The Vanishing Face of Gaia: A Final Warning, Basic Books, April 2009. Review of Lovelock by Robin McKie, The Guardian, 1 de marzo del 2009, “Now we know why we’re all doomed."
  10. Ver Rav Moshé Jaim Luzzatto, The Way of God, Sección Uno, capítulo 2, Mishná Pará 5; Jaim ibn Attar, Or HaJaim, Génesis 1:1:20
  11. Génesis 2:15
  12. Génesis 1:28
  13. Midrash Rabá, Eclesiastés 7:19 (versículo1:13)
  14. A Tzadik in Our Time: The Life of Rabbi Aryeh Levin, p.107 por Simcha Raz (Feldheim 1975).
  15. Sidur Artscroll, p. 8
  16. Ravi Abraham Itzjak Kook, Sidur Olat Reiá, Vol. I, Bendiciones matutinas
  17. Deuteronomio 20:19-20
  18. Talmud de Babilonia, Ievamot 11b
  19. En la literatura medieval, una semilla de mostaza representa el objeto más pequeño posible.
  20. Séfer HaJinuj, El libro de la educación, Mitzvá 529
  21. Deuteronomio 22:6
  22. Séfer HaJinuch, El libro de la educación, Mitzvá 545
  23. Talmud de Babilonia, Bava Metzía 32b
  24. Ambos son personajes malvados del libro de Génesis
  25. Salmos 145:9
  26. Rav Iejezquel Landau, Responsa Nodá BeIehudá, Vol 1, Ioré Deá 10
  27.  Isaías 40:26
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