Ser padres
8 min de lectura
11 min de lectura
¿Cree el judaísmo en la reencarnación?
La palabra escatología es definida en el diccionario como una rama de la teología relacionada a los eventos finales de la historia del mundo. La verdad es que la escatología no es un dominio exclusivamente de la religión. El ejemplo más notable de escatología secular podría ser el Marxismo: las convulsiones y agonías de la guerra de clases, los males resolviéndose a sí mismos y dando paso a una sociedad sin clases, la extinción del estado y la dichosa existencia eterna.
La escatología judía está compuesta por tres partes básicas:
El mesías, de acuerdo a las fuentes judías tradicionales, será un ser humano que nacerá de una madre y un padre de carne y hueso1, a diferencia de la idea cristiana que lo presenta como el hijo de Dios concebido inmaculadamente. De hecho, Maimónides escribe que el Mesías completará su tarea y luego morirá como cualquier otro mortal2.
¿Cuál es su función? Terminar la agonía de la historia y dar paso a una nueva era de felicidad para la humanidad en general3. El período de tiempo en que él emerge y completa su tarea es llamado la Era Mesiánica. De acuerdo a una opinión talmúdica esta no es una era de milagros expuestos, donde las reglas de la naturaleza son derribadas. En cambio, el único elemento introducido al mundo será la paz entre las naciones, con el pueblo judío viviendo en su tierra bajo su propia autoridad, libre de persecuciones y antisemitismo, libre para perseguir sus metas espirituales como nunca antes4.
La vida después de la muerte es llamada, en las fuentes tradicionales, Olam Habá o el Mundo Venidero. Sin embargo, el mismo término, “Olam Habá”, también es utilizado para referirse a la utópica renovación del mundo del futuro – el Mundo de la Resurrección, Olam Hatejiá, (como es explicado en el párrafo siguiente)5. El primero es el lugar al que van las almas justas después de la muerte – y han estado yendo ahí desde la primera muerte. Ese lugar también es llamado a veces el Mundo de las Almas6. Es un lugar donde las almas existen en estado separado del cuerpo disfrutando de los placeres de la cercanía a Dios. Así, las experiencias cercanas a la muerte son probablemente atisbos del Mundo de las Almas, el lugar en el que la mayoría de la gente piensa cuando es mencionado el término Vida Después de la Muerte.
El Mundo de la Resurrección es la recompensa máxima, un lugar en donde el cuerpo se vuelve eterno y espiritual, mientras que el alma se eleva aún más alto.
El Mundo de la Resurrección, en contraste, “no ha sido visto por el ojo”, destaca el Talmud7. Es un mundo, de acuerdo a las autoridades, donde el cuerpo y el alma son reunidos para vivir eternamente, en un estado real de perfección. Este mundo comenzará a existir recién después del Mesías y será iniciado por un evento conocido como el “Gran Día del Juicio” (Iom HaDin HaGadol)8. El Mundo de la Resurrección es la recompensa máxima, un lugar en donde el cuerpo se vuelve eterno y espiritual, mientras que el alma se eleva aún más alto9.
En comparación al concepto del “Mundo Venidero”, la reencarnación no es, técnicamente hablando, una escatología auténtica. La reencarnación es simplemente un vehículo para lograr un fin escatológico. Es el reingreso del alma a un cuerpo completamente nuevo en el mundo presente. En contraste, la resurrección es la reunificación del alma con el cuerpo anterior (reconstruido nuevamente) en el “Mundo por Venir”, un mundo que la historia aún no ha atestiguado.
La resurrección es un concepto puramente escatológico. El propósito de la reencarnación generalmente tiene dos caras: es para arreglar una falla en la vida previa o para crear un estado de perfección nuevo y más elevado personal que el alcanzado previamente10. Su propósito es premiar al cuerpo con la eternidad y al alma con una perfección más elevada. Resurrección es entonces, un tiempo de recompensa, mientras que la reencarnación es un tiempo de reparación. La resurrección es un tiempo de cosecha, la reencarnación un tiempo de siembra.
La reencarnación es mencionada en numerosos lugares en los textos clásicos del misticismo judío.
El hecho de que la reencarnación sea parte de la tradición judía sorprende a mucha gente11. No obstante, es mencionada en numerosos lugares en los textos clásicos del misticismo judío, empezando con la preeminente antología de cábala, el Zohar12.
Siempre que una persona fracasa en su propósito en este mundo, Dios, Bendito Sea, la arranca de raíz y la vuelve a plantar una y otra vez, repetidamente (Zohar 186b).
Todas las almas están sujetas a la reencarnación; ¡y la gente no conoce los caminos de Dios, Bendito Sea! No saben que son traídos frente al tribunal tanto antes de entrar a este mundo como después de dejarlo, son ignorantes de las muchas reencarnaciones, y de los trabajos secretos que tienen que realizar, y de la cantidad de almas desnudas, y cuántos espíritus desnudos deambulan en el otro mundo sin poder ingresar detrás del velo del Palacio del Rey. Los hombres no saben cómo las almas vuelan de un lado a otro como una piedra que es arrojada con una honda. Pero ya se acerca el tiempo cuando estos misterios serán revelados (Zohar, II 99b).
El Zohar y la literatura relacionada13 están llenos de referencias a la reencarnación14, abordando preguntas como qué cuerpo es resucitado y qué ocurre a esos cuerpos que no alcanzan la perfección final15, cuántas oportunidades son dadas a un alma para lograr perfeccionamiento a través de la reencarnación16, si un esposo y una esposa pueden reencarnar juntos17, si una demora en un entierro puede afectar la reencarnación18, y si el alma puede reencarnar en un animal19.
El Bahir, atribuido al sabio del siglo I Nejunia ben Hakaná, emplea la reencarnación para referirse a la pregunta clásica de la Teodicea – ¿por qué le ocurren cosas malas a la gente buena? Y viceversa:
¿Por qué existe una persona justa a quien le ocurren cosas buenas, mientras que a otra persona justa le ocurren cosas malas? Esto sucede porque la [segunda] persona justa actuó mal en su vida previa, y ahora está experimentando las consecuencias. ¿A qué se parece esto? Una persona plantó un viñedo y tuvo la esperanza de que crecieran uvas dulces, pero en lugar de eso, crecieron uvas agrias. Vio que su siembra y su cosecha no fueron exitosas, así que arrancó el viñedo de raíz. Removió las parras de uvas agrias y plantó de nuevo. Cuando vio que su siembra no fue exitosa, la arrancó de raíz y plantó de nuevo (Bahir 195)20.
La reencarnación es citada por muchos comentaristas bíblicos clásicos, incluyendo al Rambán (Najmánides)21, Menajem Recanti22, y Rabeinu Bajia23. Entre los muchos volúmenes del santo Rav Itzjak Luria, conocido como el “Arí”24, la mayoría de los cuales nos llegan a través de la pluma de su discípulo principal, Rav Jaím Vital, existen ideas profundas explicando temas relacionados a la reencarnación. De hecho, su Shaar HaGuilgulim, “Las Puertas de la Reencarnación”25, es un libro dedicado exclusivamente al tema de la reencarnación, incluyendo detalles relativos a las raíces de las almas de muchos personajes bíblicos y en quienes reencarnaron desde los tiempos de la Biblia hasta el Arí.
Las enseñanzas del Arí se desparramaron sin control después de su muerte a través del mundo judío en Europa y en Medio Oriente. Si bien la reencarnación había sido aceptada en la tradición judía hasta ese entonces, después del Arí se convirtió en parte de la estructura del idioma judío y de la erudición, morando en el pensamiento y las escrituras de los grandes eruditos y líderes desde los comentaristas clásicos del Talmud (por ejemplo, el Maharshá, Rav Moshé Eidels)26 hasta el fundador del Movimiento Jasídico, el Baal Shem Tov, incluyendo al líder del mundo no-jasídico, el Gaón de Vilna27.
La tendencia continúa hasta el día de hoy. Incluso algunas de las principales autoridades que no necesariamente son conocidos por su inclinación mística tienden a asumir que la reencarnación es aceptada como una doctrina básica.
Uno de los textos que los místicos citan como una alusión bíblica al principio de la reencarnación es el siguiente verso en el Libro de Job:
“He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre, para apartar su alma del sepulcro, y para iluminarlo con la luz de los vivientes”. (Job 33:29)
En otras palabras, Dios le permitirá a una persona volver al mundo “de los vivientes” desde “el sepulcro” (que es uno de los términos bíblicos clásicos para Gueinom28 o “Purgatorio”) una segunda e incluso tercera (o multitud de) vez (veces). No obstante, en general este verso y otros fueron entendidos por los místicos como simples alusiones al concepto de la reencarnación. La verdadera fuente está arraigada en la tradición.
Extraído de “Soul Searching”, Targum Press por Jacob Astor.
NOTAS:
1. Maimónides, Melajim 11:3
Volver al Texto
2. Comentario de la Mishná, Sanedrín 10:1; cf. Sanedrín 99a.
Volver al Texto
3. Maimónides, Melajim 11:3; 12:5
Volver al Texto
4. Sanedrín 91b, 99a; Brajot 34b; Pesajim 68a; Shabat 63a; cf. Maimónides, Teshuvá 9:2, Melajim 12:2.
Volver al Texto
5. Tosafot, Rosh HaShaná 16b, “leyom din”; Emunot Vedeot 6:4 (final), Raavad, Hiljot Teshuvá 8:8; Kesef Mishne, Teshuvá 8:2; Derej Hashem 1:3:11.
Volver al Texto
6. Rambán (Najmánides), Shaar HaGemul. De acuerdo al Rambán y a otras autoridades, el “Mundo de las Almas” a menudo también es llamado Jardín del Edén.
Volver al Texto
7. Sanedrín 99a.
Volver al Texto
8. Rambán, Shaar HaGemul. Citando fuentes Talmúdicas y Midráshicas, el Rambán apunta que hay tres días de juicio, es decir, tres veces en las que el alma es juzgada:
1) Rosh HaShaná, en donde se analiza el año que pasó y se determinan las circunstancias materiales para el año próximo;
2) El Día de la Muerte, en el cual se analiza la vida del difunto (revisión de la vida) y se determina si necesita continuar con el proceso de prueba o si está listo para el Paraíso.
3) El Gran Día del Juicio, que es cuando todos quienes han vivido son resucitados, los justos para la vida eterna (según el Rambán, en un mundo físico espiritualizado) y los malvados para ser exterminados (según otros habrá una categoría media para quienes son dignos de continuar en una forma de espíritu sin cuerpo pero no en la forma física más densa de cuerpo resucitado en un mundo resucitado). Aparentemente, también existirán diferentes niveles de recompensa (es decir, de experimentar la Presencia de Dios) en este mundo renovado después del Gran Día del Juicio, todo dependiendo de las acciones de la persona en su vida.
Ha sido preguntado: Si una persona es juzgada en el momento de su muerte en referencia a su condición en el Mundo Venidero ¿cuál es el propósito del Gran Día del Juicio? Una respuesta dada es que después de que una persona muere, todos sus hijos, todas sus buenas y malas acciones e influencias que ha tenido en otros se “mantienen en acción”. Sólo al final de la historia puede ser hecha la “cuenta final” en lo referente al impacto que ha tenido la persona en el mundo.
Volver al Texto
9. Dérej Hashem 1:3:13.
Volver al Texto
10. Shaar HaGuilgulim, Capítulo 8; Dérej Hashem 2:3:10.
Volver al Texto
11. Muchos se sorprenden en gran manera al descubrir que la reencarnación ha sido una creencia aceptada por muchas de las mentes geniales que son la base de la civilización occidental. Aunque obviamente el judaísmo no necesariamente coincide con todos sus pensamientos y filosofías, no obstante, Platón, por ejemplo (en Meno, Fadeo, Timaeus, Faedrus, y la República), apoya la doctrina de la reencarnación. Parece haber sido influenciado por las mentes griegas clásicas tempranas como Pitágoras y Empédocles. En el siglo XVIII, la era del Iluminismo y del Racionalismo, pensadores como Voltaire (“Después de todo, no es más sorprendente nacer dos veces que una”) y Benjamín Franklin expresaron una infinidad de ideas sobre la reencarnación. En el siglo diecinueve, Schopenhauer escribió (Parerga and Paralipomena), “Si un Asiático me pidiera una definición de Europa, estaría forzado a responderle: Es aquella parte del mundo encantada por una increíble falsa ilusión de que el nacimiento presente de una persona es el primer ingreso a la vida…” Dostoievski (en los Hermanos Karamazov) se refiere a la idea, mientras que Tolstoi parece haber estado muy seguro de haber vivido antes. Thoreau, Emerson, Walt Whitman, Mark Twain y muchos reconocieron y/o apoyaron algún tipo de noción de la reencarnación. Sin embargo, debe ser notado que algunas autoridades clásicas de Torá, y más notablemente, la autoridad del siglo X, Saadia Gaón, negó la reencarnación como un principio judío. Emunot VeDeot 6:3.
Volver al Texto
12. El talmud cuenta que el sabio del siglo II, Rav Shimon bar Yojai y su hijo Eleazar, se escabulleron en una cueva para escapar a la persecución romana. Durante los trece años siguientes estudiaron día y noche sin distracción. De acuerdo con la tradición cabalística (Tikunei Zohar 1a) fue durante trece años que él y su hijo primogénito redactaron las enseñanzas más importantes del Zohar. Oculto por muchos siglos, el Zohar fue publicado y propagado por Rav Moshé de León en el siglo XIII.
Volver al Texto
13. A pesar de que generalmente se cita al Zohar como una única obra de varios volúmenes (Tikunei Zohar y Zohar Jadash), en realidad es una compilación de muchos tratados o pequeñas sub-secciones.
Volver al Texto
14. Zohar I:131a, 186b, 2:94a, 97a, 100a, 105b, 106a, 3:88b, 215a 216a; Tikunei Zohar 6 (22b, 23b), 21 (56a), 26 (72a), 31 (76b), 32 (76b), 40 (81a), 69 (100b,103a,111a,114b,115a,116b), 70 (124b,126a, 133a, 134a, 137b, 138b); Zohar Jadash 33c, 59a-c, 107a; Rut 89a.
Volver al Texto
15. El Zohar (I 131a): "Rabí Yosi respondió: '¿Aquellos cuerpos que no eran valiosos y no alcanzaron su propósito serán considerados como si no hubiesen existido'. Rabí Itzjak no estuvo de acuerdo y dijo: Para esos cuerpos Dios proveerá otros espíritus, y si son encontrados valiosos obtendrán una permanencia en el mundo, pero si no, serán cenizas bajo los pies de los justos". Cf. Zohar II 105b.
Volver al Texto
16. Por ejemplo Zohar III 216a; Tikunei Zohar 6 (22b), 32 (76b) sugiere tres o cuatro oportunidades. Tikunei Zohar 69 (103a) sugiere que aún si cada vez se hace un pequeño progreso, el alma recibe hasta mil oportunidades para reencarnar para lograr su completitud. Zohar III 216a sugiere que una persona esencialmente justa que experimenta el trabajo duro de vagar de ciudad en ciudad, de casa en casa, –incluso para tratar de mejorar sus negocios (Zohar Jadash Tikunim 107a)– es como si sufriera muchas reencarnaciones.
Volver al Texto
17. La respuesta es que sí, es una posibilidad, Zohar II, 106a.
Volver al Texto
18. "Después que el alma ha dejado el cuerpo y el cuerpo permanece sin aliento, está prohibido mantenerlo sin ser enterrado (Moed Katán, 28a; Baba Kama, 82b). Porque un cuerpo sin vida que es dejado sin enterrar por 24 horas causa una debilidad en los miembros de la Carroza y evita que la voluntad de Dios se cumpla, porque quizás Dios decretó que debería ir directamente a la reencarnación en el día en que murió, lo que podría ser mejor para él, pero mientras el cuerpo no es enterrado el alma no puede ir ante la presencia de Dios ni ser transferida a otro cuerpo. Porque un alma no puede entrar a un segundo cuerpo hasta que el primero es enterrado". Zohar III 88b.
Volver al Texto
19. Tikunei Zohar 70 (133a). Cabalistas posteriores detallan las circunstancias que pueden llevar a la reencarnación en formas vegetales y hasta minerales. Shaar HaGuilgulim, Capítulos 22 y 29; Séfer Jaredim 33, Or HaJáim 1:26.
Volver al Texto
20. Bahir 122, 155, 184 y 185 también discute la reencarnación.
Volver al Texto
21. Génesis 38:8, Job 33:30.
Volver al Texto
22. Por ejemplo, comentario a Génesis 34:1, su Taamei HaMitzvot (16a) dice que la reencarnación es el secreto subyacente en los diez sabios talmúdicos que fueron asesinados por los romanos.
Volver al Texto
23. Comentario a Génesis 4:25, Deuteronomio 33:6.
Volver al Texto
24. Sus trabajos principales son el Etz Jaím (Árbol de Vida) y Pri Etz Jaím (Fruto del Árbol de vida), al igual que el Shmone Shaarim (Ocho Portales), que trata con todo desde el comentario de la biblia hasta la inspiración divina y la reencarnación.
Volver al Texto
25. Sefer HaGuilgulim, "El Libro de las Reencarnaciones", por Jaím Vital también es un libro completo dedicado a este tema.
Volver al Texto
26. Comentario a Nidá 30b.
Volver al Texto
27. Comentario al Libro de Ioná, y muchos otros lugares. Por ejemplo, R. Meir Simjá de Dvinsk en Or Sameaj, Hiljot Teshuvá 5, s.v. veyadati; R. Israel Meir HaKohén [el Jafetz Jaím] en Mishná Brurá 23:5 y en Shaar HaTzion 622:6; R. Yaakov Israel Kanievsky [el Staipler Gaón] en Jayei Olam.
Volver al Texto
28. El Gueinom se refiere generalmente a una experiencia por un tiempo limitado (Ediot 2:10) de la vida después de la muerte en la que el alma es purgada de sus defectos en un proceso que es, después de todo lo que es dicho y hecho, descrito como doloroso, aunque catártico. En un sentido más profundo, la persona insensible es recompensada medida por medida. Al igual que actuó de manera insensible pecando, actuando como si Dios no estuviese presente, se le paga obligándolo a experimentar el Gueinom, un lugar en el cual, en contraste al Cielo, la presencia de Dios está oculta, o al menos no tan expuesta (El nombre Gueinom viene del valle al sur de Jerusalem, conocido como el valle [Guei] del hijo de Hinom, en donde los niños en una época eran sacrificados a Molej (II Reyes 23:10), Jer. 2:23; 7:31-32; 19:6). Por esta razón el valle era considerado maldito, y Gueinom se convirtió así en un sinónimo de Purgatorio.
Volver al Texto
Nuestro newsletter está repleto de ideas interesantes y relevantes sobre historia judía, recetas judías, filosofía, actualidad, festividades y más.