La fascinante historia de los judíos y el alcohol

09/06/2024

6 min de lectura

Por qué los judíos tuvieron un rol predominante en el negocio del alcohol.

El vino siempre tuvo un lugar central en los eventos del ciclo de vida judío y en las festividades. Lo que es menos conocido es el rol fascinante que tuvieron los judíos en la producción y la venta de alcohol en Europa Oriental y en Norteamérica.

En 1569 Polonia y Lituania se unieron en una mancomunidad que duró hasta fines del siglo XVIII. Durante más de 200 años, hasta que se dividió entre Austria, Prusia y Rusia, fue el país más grande de Europa, comprendiendo Polonia, Lituania, Bielorrusia, Letonia y gran parte de Ucrania y Rusia Occidental, el granero de Europa.

Grabado en madera de una posada judía en los Cárpatos.

Los judíos llevaban siglos migrando hacia Europa Oriental desde mucho tiempo antes de que Polonia y Lituania se unieran, pero las expulsiones masivas de muchos de los países de Europa Occidental, combinado con la actitud más benevolente y receptora de la nobleza polaca y lituana, llevó a que se incrementara en gran medida la población judía. Esto llevó a que antes del Holocausto, Europa Oriental fuera el centro judío del mundo. Se estima que a comienzos del siglo XVI vivían en Europa Oriental entre 30.000 a 50.000 judíos. Para fines del siglo XVIII se estima que la población judía era de 750.000 personas y a fines del siglo XIX había llegado a 5,5 millones, el 60% de la población judía mundial de ese momento.

¿Por qué la nobleza polaca-lituana recibió tan bien a los judíos?

En general, los judíos no tenían una tierra y no eran leales a ninguna otra población local. También estaban más alfabetizados y estaban conectados con otras comunidades judías, tanto en Europa Oriental como en otras partes. Esto los convertía en los intermediarios ideales para la venta de muchos productos, como trigo y carne, pero también eran valiosos como intermediarios y administradores de las tierras colonizadas por la nobleza polaca en Ucrania. Los judíos de Europa Oriental tuvieron un rol clave en lo que se conoce como el sistema de "arenda", arrendando tierras de labranza de la nobleza y actuando como supervisores, administradores y recaudadores de impuestos de los campesinos locales.

Las posadas y la bebida

La población judía estaba dispersa en miles de pueblos y aldeas de ese vasto territorio, lo que dio lugar a otra actividad económica clave: la posada. Incluso el pueblo más pequeño tenía una posada que proveía no sólo comida y albergue, sino también bebida. La enorme cantidad de granos que cultivaban en Europa Oriental era más que suficiente para producir no sólo pan, sino también alcohol, en especial vodka, la cual se servía en abundancia en todas las posadas de Europa Oriental.

La producción y venta de alcohol resultó ser tan rentable que se estima que un tercio de los judíos de Europa Oriental se dedicaban a algún aspecto de ese negocio.

Los judíos dominaban casi por completo el negocio de las posadas. El posadero judío se convirtió en una figura clave prácticamente en todos los pueblos y aldeas. La destilación y venta de alcohol se volvió una de las principales fuentes de ingreso de la nobleza polaca, que ganaban los mayores beneficios de las ventas a los campesinos. La nobleza también creía que sólo los judíos, a diferencia de muchos europeos orientales, podían mantenerse suficientemente sobrios como para dirigir una posada de forma rentable.

La producción y venta de alcohol resultó ser tan rentable que se calcula que a mediados del siglo XVIII y comienzos del XIX un tercio de los judíos de Europa Oriental se dedicaban a algún aspecto de ese negocio. El posadero debía pagar la mayor parte de sus ganancias al noble, así que para ganarse la vida necesitaba vender mucho alcohol. Esto ponía al posadero judío en una posición poco envidiable de ofrecer todo el vodka posible a los campesinos locales, lo que a su vez provocaba un consumo excesivo de alcohol y niveles muy elevados de alcoholismo entre los campesinos.

El alejamiento

Tras la división de la mancomunidad polaco-lituana entre Rusia, Prusia y Austria, las restricciones antisemitas les prohibieron a los judíos trabajar en posadas, vender alcohol y dedicarse a muchos otros empleos. Esto aumentó enormemente la pobreza de las comunidades judías. Los judíos a menudo podían eludir estas restricciones poniendo a un no judío como "testaferro" de la posada local, pero las restricciones seguían aumentando y el violento antisemitismo alejó por completo a los judíos del negocio del alcohol y también alejó físicamente a millones de judíos de Europa Oriental. Dos millones y medio de judíos de Europa Oriental inmigraron a los Estados Unidos entre 1882 y 1920.

Contrabandistas judíos, por Alexander Rizzoni, 1860 (gentileza del Museo estatal ruso)

La vasta mayoría de los inmigrantes judíos a llegaron a los Estados Unidos prácticamente sin nada, viviendo en la pobreza en edificios superpoblados en Nueva York. Trabajaban muchas horas por unos centavos en talleres clandestinos, realizando trabajos serviles en pésimas condiciones laborales. La pobreza, la discriminación y la competencia con otras poblaciones inmigrantes llevó a algunos de estos judíos a formar pandillas que competían con las pandillas italianas e irlandesas y condujeron a la creación del crimen organizado a comienzos del siglo XX.

Meyer Lansky, Sam Bronfman y la venta ilegal de alcohol

Meyer Lansky

En octubre de 1919 el Ccongreso de los Estados Unidos aprobó el Acta Volstead, la Decimoctava enmienda de la Constitución del país, que prohibía la venta de alcohol en los Estados Unidos. Esta ley también es conocida como la "Prohibición". (Fue derogada en 1933). Los sindicatos del crimen organizado que ya se dedicaban al juego, la extorsión, la usura, el chantaje y otras actividades ilegales, ahora podían añadir a su lista el contrabando de alcohol. La producción, importación y venta ilegal de alcohol y el funcionamiento de bares clandestinos ilegales, se convirtió en una enorme fuente de ingresos para el crimen organizado y los mafiosos judíos estaban muy implicados en el negocio. (Se calcula que a fines de la década de 1920 había 32.000 bares clandestinos sólo en la ciudad de Nueva York).

Aunque la gran mayoría de los judíos no tenían nada que ver con el crimen organizado y el contrabando, los mafiosos judíos desempeñaban un papel desproporcionadamente importante en el negocio ilegal del alcohol.

Aunque la gran mayoría de los judíos no tenían nada que ver con el crimen organizado y el contrabando, los mafiosos judíos desempeñaban un papel desproporcionadamente importante en el negocio ilegal del alcohol. El judío más destacado en el negocio del contrabando era un inmigrante de Europa Oriental llamado Meyer Lansky, que se había asociado con el mafioso italoamericano Charles "Lucky" Luciano para crear el Sindicato nacional del Crimen en los Estados Unidos.

Del otro lado de la frontera, en Canadá, la producción y venta de alcohol era completamente legal, y Lansky vio en esto una gran fuente de alcohol para el mercado estadounidense. Su proveedor principal era Sam Bronfman. La familia Bronfman, también procedente de Europa Oriental, había emigrado a Montreal y adquirió la destilería canadiense Seagram a principios de la década de 1920. Sam Bronfman convirtió a Seagram en una empresa muy rentable, en gran medida gracias a la prohibición de los Estados Unidos.

Sam Bronfman

Era tanto el alcohol que Bronfman contrabandeó por ese lago para hacerlo llegar a Lansky, que lo apodaban "el lago judío".

También había algunas excepciones a las prohibiciones de la venta de alcohol. Una de ellas era para razones sacramentales o religiosas. Dado que el vino sacramental podía distribuirse legalmente a través de las sinagogas, muchas congregaciones reportaron masivos incrementos, de hasta diez veces, del número de miembros durante al prohibición. Incluso hubo casos de no judíos que establecieron "congregaciones judías" con el mismo propósito.

Vino para Pésaj durante la prohibición

La derogación de la prohibición en 1933, con la Segunda Guerra Mundial y el fin de la Gran Depresión, pusieron fin en gran medida a la participación de los judíos en el negocio del alcohol y el crimen organizado, y la mayoría de los hijos y nietos de estos mafiosos judíos siguieron carreras mucho más respetables como médicos, abogados o contadores.

A lo largo de la historia, los inmigrantes judíos a menudo enfrentaron la pobreza y la discriminación, pero no dejaron piedra sin mover en su búsqueda de nuevas formas de sobrevivir y ganarse la vida. En el caso del negocio del alcohol, parece que tampoco dejaron vaso sin llenar.

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