7 puntos que aprendemos de la Hagadá de Pésaj

22/04/2024

2 min de lectura

Puntos importantes que puedes compartir en tu Séder

El Séder de Pésaj es el ritual judío más celebrado en el globo. Nos provee un viaje multisensorial hacia atrás en el tiempo en el aquí y ahora. Al aventurarnos de la esclavitud a la libertad, podemos conectarnos con las distintas generaciones.

Aquí hay 7 puntos importantes que se aprenden de la Hagadá de Pésaj:

1. Las cosas grandes pueden comenzar con dificultades.

Los comienzos suelen ser difíciles. Pero si trabajas duro, puedes llegar a la grandeza. La Hagadá comienza con las dificultades de 210 años de esclavitud y luego va pasando a la gloria de la libertad (Pesajim 10:4). Al revivir las dificultades, se puede saborear la libertad y apreciar el camino recorrido.

2. La plegaria es importante, pero no es suficiente

Cuando el pueblo judío se encontró frente al mar y con el ejército hostil egipcio a la retaguardia, Moshé rezó a los Cielos. Dios le dijo que ya era suficiente de rezar y que debía actuar en cambio (Deuteronomio 3:26). No es suficiente sólo confiar en que Dios haga que las cosas ocurran. Él te convirtió en Su socio. Tú eres responsable de tomar tu destino en tus propias manos y ser parte de la solución.

3. Siempre hay algo por lo que agradecer

Una canción clave de la Hagadá, Daieinu, implica que hubiera sido 'suficiente'. Al recordar los pasos individuales a lo largo del camino a la redención, detente y reconoce cuán crucial fue cada paso. Cada travesía contiene muchos destinos diferentes y tienes que celebrar las pequeñas victorias a lo largo del camino.

4. Vivir con historia

El objetivo de Pésaj es revivir la experiencia de salir de Egipto, pasando de una conciencia intelectual a un recuerdo visceral (Mishná Torá 7:6). Sientes el sabor del pan de la aflicción, las hierbas amargas de las dificultades y sumerges el huevo duro del duelo en las lágrimas de agua salada. La fuerza espiritual de la libertad es accesible en este momento, tal como lo fue para los judíos en Egipto. No te limites a recordarlo, experiméntalo.

5. Ejercer empatía

La Hagadá nos recuerda que "no aborrecerás al egipcio, ya que tú fuiste extranjero en su tierra" (Deuteronomio 23:8). Es fácil olvidar a los que tienen dificultades cuando tú no las tienes. Pero el nacimiento de nuestra nación comenzó con luchas y dificultades para que no descuidemos a quienes tienen dificultades, incluso cuando ellos mismos son responsables de esas dificultades.

6. Continuar la historia

Pésaj gira en torno a la Hagadá, cumpliendo con el mandamiento bíblico de relatarles a nuestros hijos la historia del Éxodo (Éxodo 13:8). Una cadena sólo es tan fuerte como su eslabón más débil. Estás donde estás gracias a aquellos que estuvieron antes y la única forma de continuar esta odisea es inspirar a la siguiente generación. Al continuar la historia de quienes nos precedieron, sigue viva la historia de tu pueblo.

7. Todos tienen un lugar en la mesa

La Hagadá habla de cuatro hijos que se sientan a la mesa: el hijo sabio, el hijo malvado, el hijo simple y el que no sabe cómo preguntar. Cada hijo es llamado "uno" (uno sabio, uno malvado,... etc). Quizás la palabra "uno" se dice para enfatizar que cada uno tiene el mismo valor, la misma importancia. Al tener a los cuatro hijos juntos en la mesa, siendo parte de la discusión y compartiendo el mismo pasado, enfatizamos que estamos juntos a pesar o tal vez precisamente debido a nuestras diferencias.

Todos somos parte de una misma familia.

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