Los antisemitas han promovido falsedades tan monstruosas y viciosas, tan audazmente falsas, que su total implausibilidad les da el aspecto ilusorio de ser verdad.
En la intersección de la ciencia con la política pública, nada es más peligroso que el dogmatismo que se impone al aplastar cualquier actitud disidente.
Es alentador ver que destacados pensadores árabes, y el primer gobierno árabe en más de 25 años, han rechazado el viejo rencor y enumeran las ganancia que la paz puede posibilitar.