Buscando pareja
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Una enseñanza sobre cómo influenciar positivamente a los niños.
La semana pasada atestigüé personalmente a un genio de la educación en acción. Cuando llegué a casa del trabajo, mi hija de diez años me trajo excitada su libreta de calificaciones del primer semestre escolar. Las notas eran básicamente perfectas, a excepción de la categoría llamada “organización” (que mide si los estudiantes llevan los libros apropiados a clase, hacen su tarea y mantienen sus apuntes organizados). En esa categoría, mi hija recibió un -10 (terrible, pero cierto).
Pero había algo especial en ese signo menos. “Mira Aba, mi maestra escribió el signo menos con lápiz grafito. Me dijo que ella sabe que puedo ser mucho más prolija y que, si mejoro durante el segundo semestre, borrará el signo menos.
Quedé boquiabierto ante la astuta técnica motivacional de la maestra. Cuando tratamos de motivar a nuestros hijos o estudiantes, por lo general utilizamos medios externos. Les decimos que si mejoran los llevaremos a comer afuera, o les compraremos un juguete que nos han estado rogando que compremos. Ese método por lo general funciona, pero hay una forma mucho más básica y efectiva para energizar y motivar a los demás a cambiar: mostrarles que creemos que su esencia es aún mejor. Darles confianza en su propio potencial para que puedan superarse a sí mismos.
Dales a tus hijos confianza en su propio potencial para que se superen a sí mismos.
Mi hija, en lugar de sentirse mal por ser desorganizada, estaba excitada ante la oportunidad de mostrarle a su maestra su ‘verdadero yo’. Llamó a sus abuelos para contarles. Estaba fortalecida, de una manera positiva, para crecer y cambiar.
Cuando un padre o maestro se relaciona con el niño de esta forma, fortalece la confianza que es la base de la relación, permitiendo que el niño tenga la suficiente confianza en sí mismo para abrirse y revelar sus sentimientos y así uno pueda darle los consejos y la dirección apropiada.
Darle a un niño el reconocimiento de su grandeza interior le permite superar los desafíos y le da la confianza necesaria para luchar e intentar sacar a relucir todo su potencial. Sabe que tiene lo que necesita para hacerlo.
Por último, uno no puede influenciar adecuadamente y cambiar a otra persona si no cree en ella. Si uno no cree que la persona puede cambiar, no será preciso en sus consejos y no se molestará en invertir lo máximo en su intento por ayudarla. No logrará transmitir el mensaje con el mismo entusiasmo y pasión, y tampoco estará dispuesto a monitorear el avance de la persona después de la conversación.
En el Cantar de los Cantares, Dios le dice al pueblo judío: “Son absolutamente hermosos, mis amados, no hay defecto en ustedes” (4:7). Rav Moshé Cordovero, en su obra cabalística Tomer Devorá (1:6), escribe que si bien el pueblo judío se equivoca, Dios no ve esos errores como parte de nuestra esencia, sino como algo superficial. Dios escribe cualquier signo menos con lápiz grafito, mostrándonos que cree en nuestra capacidad de hacer las cosas de la mejor manera y nos da la oportunidad para borrarlos.
En todo tipo de relación, escribe Rav Moshé Cordovero, deberíamos actuar como Dios y ver a los demás como intrínsecamente puros. Al hacerlo, podemos elevar a los demás para que saquen a relucir todo su potencial. Hacerlo es tan fácil como utilizar un lápiz en lugar de una lapicera.
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