Como utilizar 'mindfulness' para enfrentar la tragedia

17/10/2023

3 min de lectura

Las tragedias no son el momento para cuestionar tu fe; son el momento para implementar tu fe.

En este instante atravesamos uno de los momentos más espantosos y dolorosos que puedo recordar. No podemos ser simplemente víctimas y espectadores pasivos de nuestras vidas, dejando que las circunstancias nos controlen. Tenemos que actuar de acuerdo con los desafíos internos y externos que enfrentamos.

Aquí hay algunos de los pensamientos en los que me estoy enfocando para enfrentar espiritualmente este período traumático.

1. Siente tus sentimientos

Siéntate con tus sentimientos y experiméntalos. Experimenta tu dolor, tu enojo, tu impotencia, tu miedo, tu tristeza, tu preocupación.

No luches contra tus sentimientos, toma decisiones basadas en ellos, forma creencias basadas en ellos. Reacciona a ellos, exprésalos de una manera que no sea dañina (para ti ni para los demás); no dejes que ellos dictaminen tu vida.

Simplemente siéntate, respira profundamente y deja espacio para sentir esos sentimientos.

Valídalos y permanece con la emoción. "Esto es lo que siento ahora".

Exprésalos de una forma sana: llora, compártelos con personas cercanas que te apoyen, con expresiones creativas a través del arte, la escritura o la música.

2. Controla tus pensamientos

Con los pensamientos debes relacionarte de una forma diferente que con las emociones.

Con los pensamientos necesitamos controlar con cuáles nos quedamos e identificar si son sanos y útiles o no. Nuestros pensamientos crean, construyen y perpetúan nuestras emociones.

Por ejemplo, imaginar escenarios terribles y repetirlos en tu mente no te ayudará en la situación. (Planear posibles eventualidades sí es útil). Tampoco ayuda tratar de entenderlo todo o de descubrir quién es el culpable (a menos que sea para asegurarse que no vuelva a ocurrir).

Una vez que hemos identificado los pensamientos que no ayudan a la situación, ni nos ayudan a crecer o a sentirnos mejor, tenemos tres opciones. A menudo uso la analogía de un autobús. Cuando te das cuenta que estás en el autobús equivocado, puedes:

  • Simplemente seguir viajando
  • Analizar el hecho de estar allí… ¿Por qué estoy en este autobús? ¿Quién tiene la culpa de que esté aquí? Odio estar en este autobús… etc.
  • Bajar del autobús

El desafío es tomar conciencia cuando te enrollas en pensamientos que no tienen ningún propósito. Recuerda que no estás obligado a pensar en esas cosas en ese mismo momento y conscientemente decide dejar partir esos pensamientos.

Presta atención al "autobús del pensamiento", respira profundo, relaja el cuello y los hombros, di: "Elijo bajar de este autobús ahora mismo". Elige cosas más positivas para llenar tu mente. Tal como cambias una canción si no te gusta, así también, cambia la música que se escucha en tu cabeza.

Después de un tiempo, tendrás más conciencia cuando viajes en el autobús equivocado y serás capaz de bajarte más rápido. En cierto punto serás suficientemente consciente como para dejar pasar el autobús sin subirte a él. Obviamente, si necesitas experimentar la emoción (dolor, tristeza) entonces está bien. Siente lo que sientes. Simplemente aprende a deshacerte del comentario mental que exacerba el dolor.

3. Haz algo proactivo (Por ti mismo y para ayudar a la situación)

Al estar completamente abiertos para experimentar nuestras emociones dolorosas, no queremos que la situación dictamine y defina nuestras vidas. No somos espectadores indefensos, somos participantes poderosos e incluso los directores de nuestras vidas.

Debemos seguir funcionando de forma saludable. Cuidarnos a nosotros mismos. Comer bien, hacer ejercicio, meditar, baños calientes, aceite de lavanda, escuchar buena música y dar lugar a una autoexpresión saludable.

Sigue viviendo tu vida tanto como puedas. Ve a trabajar, encuéntrate con amigos. No sólo no dejemos que el dolor nos defina, sino que utilicémoslo para actuar. Haz algo que pueda ayudar a la situación. Dona dinero y suministros. Ofrece voluntariamente tu tiempo y tus habilidades, educa a otras personas, reza, estudia Torá y haz mitzvot y actos de bondad con intención.

4. Confía en Dios

Tragedias como esta realmente pueden sacudir la fe. ¿Cómo pudo dejar Dios que ocurriera esto? Especialmente ahora, después de la estación de las Altas Fiestas y la alegría de Sucot. No tiene ningún sentido.

Las tragedias no son el momento para cuestionar tu fe; son el momento para implementar tu fe. Este es el desafío de internalizar tu confianza en Dios. Cuando no se entiende, seguimos creyendo que hay una razón válida y un sentido positivo detrás de todo esto.

En este momento pareciera que nada tiene sentido, así que no trates de entenderlo. No puedes entender algo que no tiene sentido. Allí es donde entra tu confianza en Dios. Recuerda, que aunque desde nuestra perspectiva finita no podemos entenderlo, sabemos que en el plan maestro e infinito sí tiene sentido y nos llevará de alguna forma a donde necesitamos llegar.

El pueblo judío es la nación más formidable sobre la faz de la tierra. A lo largo de generaciones fuimos golpeados y seguimos aquí, impactando al mundo. No somos víctimas. Lograremos salir de esto y seremos más fuertes. En la guerra de la oscuridad contra la luz, al final la luz siempre gana. Nos encontramos firmemente del lado del bien.

La unión entre los judíos es crucial. Debemos dejar de lado nuestras diferencias y unirnos: izquierda/derecha, religiosos/laicos. Podemos amarnos y respetarnos mutuamente incluso si tenemos diferencias de opinión.

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