5 ideas judías que transformaron el mundo

21/06/2023

5 min de lectura

Sin los judíos, el mundo sería un lugar radicalmente diferente.

¿Qué valores son esenciales para el funcionamiento adecuado de la sociedad?

Si le formulas esta pregunta a cualquier persona en la calle, es probable que mencione estas cinco cosas:

  • El valor de la vida
  • La paz
  • La igualdad ante la ley
  • La educación
  • La responsabilidad social

Estos valores hoy en día nos resultan tan esenciales y obvios que podríamos asumir que siempre formaron parte de la sociedad a lo largo de la historia humana. Sin embargo, estos valores no eran nada obvios en el mundo antiguo, incluso entre las civilizaciones más desarrolladas y sofisticadas de la antigüedad.

Regresemos algunos miles de años atrás en el tiempo, al mundo antiguo, para ver el impresionante contraste entre el pasado y el presente.

El valor de la vida

El derecho a la vida es el más básico de todos los valores, sin embargo en el mundo antiguo asombrosamente estaba ausente. El sacrificio humano era algo común, así como los deportes sangrientos, como los gladiadores. El infanticidio, o asesinato de niños recién nacidos, se practicaba universalmente como un medio tanto de control de la población como de selección de sexo.

Aquí hay un extracto de una carta de un ciudadano romano llamado Hilarión, que le escribió hace 2.000 años a su esposa embarazada:

"Que sepas que todavía estoy en Alejandría… te pido y te suplico que cuides bien de nuestro bebé y apenas reciba el pago te lo enviaré. Si das a luz [antes de que yo llegue a casa], si es un varón, quédate con él. Si es niña, descártala…" (1).

La paz

Al ver cómo reaccionó el mundo con indignación ante la invasión rusa a Ucrania, entendemos cuán inaceptable se ha vuelto la guerra para la conciencia moderna. Pero esto no fue así hasta hace relativamente poco tiempo atrás en la historia.

El mundo antiguo era un lugar de constantes batallas y conquistas, un mundo donde los héroes eran los guerreros que mataban la mayor cantidad de oponentes y los únicos países que no eran conquistados eran aquellos que eran suficientemente fuertes como para luchar contra los conquistadores.

La igualdad ante la ley

La igualdad ante la ley es un principio fundamental de la moderna democracia liberal. Sin embargo, durante la mayor parte de la historia, este principio no era nada fundamental. En la mayor parte del mundo, especialmente en las civilizaciones más desarrolladas, un pequeño grupo de elites privilegiadas mantenían en sus manos la riqueza y el poder. La persona promedio era pobre e impotente, e incluso las mentes más grandes de la antigüedad no vieron ninguna razón válida para cambiar eso.

El gran estadista romano, Cicerón, escribió:

"Lo que se llama igualdad en realidad es inequitativo. Porque cuando se da el mismo honor al más elevado y al más bajo de los hombres de ambas clases, esta misma "justicia" que debe existir en cada nación es muy injusta, pero esto no puede ocurrir en estados gobernados por sus mejores ciudadanos" (2).

La educación

Hoy en día, la educación gratuita y la alfabetización universal son un hecho que damos por sentado, pero la historia era muy diferente en el mundo antiguo.

La pobreza y la lucha por la supervivencia obligaba a la mayoría de los niños a salir a trabajar desde una edad temprana, mientras que la deliberada política gubernamental y el deseo de controlar a la población llevó al analfabetismo masivo durante la mayor parte de la historia humana. Si bien las tasas de alfabetización variaron de lugar en lugar y de época a época, los historiadores estiman que, en promedio, hace unos quinientos años sólo sabía leer una de cada mil personas.

La responsabilidad social

Cada país desarrollado del mundo cuenta con una infraestructura de bienestar social para ayudar a los necesitados y hay innumerables organizaciones internacionales que luchan contra la pobreza, las enfermedades y ayudan a países necesitados y que enfrentan desastres naturales. Casi todos estos programas e instituciones surgieron durante los últimos 200 años. Antes de eso virtualmente no había nada.

El filósofo Plutarco expresó claramente el desprecio que el mundo antiguo tenía hacia aquellos que no tenían nada:

"Pero si te diera, procederías a pedir todavía más. El hombre que te dio en primera instancia fue quien te hizo ocioso y responsable de tu vergonzoso estado" (3).

Incluso esta mirada superficial al mundo antiguo muestra que, en comparación con nuestros estándares actuales, se trataba de un mundo bastante brutal e insensible. Nuestra lista de valores esenciales básicamente estaba ausente.

La fuente de estos valores

Entonces, ¿de dónde surgieron estos valores?

El historiador británico Paul Johnson, nos da la respuesta:

"Por cierto, el mundo sin los judíos hubiera sido un lugar radicalmente diferente… A ellos les debemos la idea de la igualdad ante la ley, tanto divina como humana, de la santidad de la vida y la dignidad de la persona humana, de la conciencia individual y de la redención personal; de la conciencia colectiva y la responsabilidad social; de la paz como un ideal abstracto y del amor como la base de la justicia y muchos otros ítems que constituyen los cimientos morales básicos de la mente humana. Sin los judíos, el mundo podría haber sido un lugar mucho más vacío"(4).

Para entender por qué el pequeño pueblo judío tuvo un impacto tan transformador sobre los valores del mundo, necesitamos examinar un concepto todavía más fundamental, que es la fuente de la cual derivan estos valores. La idea central es el monoteísmo ético, la idea de que hay un único Dios que es la fuente de la moralidad.

Al comienzo mismo del Libro de Génesis se describe a los humanos como "hechos a imagen de Dios", con un alma singular, en hebreo 'neshamá'. Las implicaciones morales de que cada persona posea esta chispa única, originada en Dios, son tremendas:

  • Si cada persona tiene esta alma elevada, entonces cada vida humana tiene un valor infinito. Esta es la base de la máxima talmúdica: "Quien salva una vida es como si hubiera salvado todo un universo"(5).
  • Si cada ser humano cuenta con esta chispa divina, hay una igualdad fundamental entre todas las personas, tal como dijo el profeta: "¿Acaso no tenemos todos un mismo padre? ¿No nos creó a todos un mismo Dios?"(6).
  • Haber sido creados a imagen de Dios nos permite esforzarnos para emularlo, tal como dice la Torá: "Debes seguir Sus caminos" (Deuteronomio 28:9). Así como Dios es bondadoso y misericordioso, tú también debes ser bondadoso y misericordioso.

John Adams, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos y el segundo presidente del país, lo resumió de forma muy bella al escribir:

"Insistiré en que los hebreos han hecho más para civilizar a los hombres que cualquier otra nación. Si fuera un ateo y creyera en un destino ciego eterno, seguiría creyendo que ese destino decretó que los judíos fueran el instrumento más esencial para civilizar a las naciones. Si fuera un ateo de otra secta… seguiría creyendo que el azar decretó que los judíos preservaran y propagaran para toda la humanidad la doctrina de un soberano supremo, inteligente y sabio del universo, lo que yo creo que es el principio más esencial de toda la moralidad y, en consecuencia, de toda la civilización… Ellos le dieron religión a tres cuarta parte del globo y han influenciado los asuntos de la humanidad más y de forma más feliz que cualquier otra nación, antigua o moderna" (7).

La explicación respecto a cómo un pueblo pequeño, exilado y perseguido fue capaz de dar forma a la conciencia colectiva de la humanidad es el tema de otra discusión, pero no cabe duda de que el monoteísmo ético, traído al mundo por primera vez por Abraham hace 3.700 años, ha transformado al mundo. Si bien estos valores no siempre fueron parte de la conciencia colectiva de la humanidad, el judaísmo ha cambiado al mundo de una forma tan poderosa que parece que siempre fue así. Como escribió Thomas Cahill:

"Los judíos fueron los primeros que quebraron este círculo, que encontraron una nueva forma de pensar y experimentar, una nueva manera de entender y sentir el mundo, tanto que podemos decir con justicia que la suya es la única idea que los seres humanos tuvieron alguna vez. Pero su perspectiva del mundo se volvió tan parte nuestra que en este momento incluso podría estar inscrita en nuestras células como un código genético"(8).


Notas:

  1. Stager, Lawrence E. “Eroticism and Infanticide at Ashkelon,” Biblical Archaeology Review, Julio/Agosto 1991
  2. Cicerón, Leyes, XIII,35.
  3. Plutarco, Moralia 235A
  4. Paul Johnson- La historia de los judíos 
  5. Talmud de Jerusalem, Sanedrín 4:22
  6. Malaji, 2:10
  7. John Adams-Letter to F.A, Van der Kemp, 1808
  8. Thomas Cahill, The Gift of the Jews

 

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