Guía paso a paso
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Sólo debemos ser competitivos con nosotros mismos
Shabat es un gran ecualizador. Todos los judíos se convierten en reyes y reinas en Shabat. Nos vamos todos "de vacaciones" al mismo hotel llamado serenidad de Shabat. Vestimos nuestros mejores trajes, comemos delicias, y disfrutamos del tiempo en familia. No hay competencia cuando se trata de Shabat.
El Rebe Sanzer dijo una vez: "Yo no quiero volver a dormir en Shabat. Todos los judíos somos reyes cuando llega shabat y no debemos dormir durante nuestro reinado. Había una vez un rey que dormía muy poco en la noche declarando: 'Cuando Duermo yo no soy un rey. Yo no soy diferente de cualquier otra alma durmiente'. No perdamos el Shabat durmiendo en él".
Todos los judíos son reyes en Shabat. No hay competencia. Sólo hay paz.
Desafortunadamente, estos sentimientos pacíficos no siempre se trasladan a la semana. Rab Yaakov Weinberg dijo que no es bueno ser tan competitivo. Si sólo puedo tener éxito al bajarte a ti, es probable que yo desee que tú falles más de lo que yo deseo tener éxito. Sin embargo, vivimos en un entorno que motiva a través de la competencia. Nuestras escuelas tienen gráficos de comparación en la pizarra que señalan quién sabe más. El foco ha cambiado de "quién sabe las cosas bien" a "quién sabe las cosas mejor". Se trata de "ganar respeto a través de la desgracia de otros", conducta que la Torá aborrece.
El verdadero éxito
Si todo lo que tengo que hacer para tener éxito es vencerte a ti, es mucho más fácil hacer que tú seas peor que yo, en lugar de yo ser mejor que tú. El resultado es que los estudiantes no se empujan realmente para alcanzar su máximo potencial si todo lo que tienen que hacer para prosperar es vencer a otra persona. ¿Y qué pasa con los estudiantes más débiles que saben que en realidad no pueden ganar la competencia? ¿Cuál es su camino para salir adelante? ¿Realmente tiene sentido premiar a los estudiantes más brillantes por ganarle fácilmente a los más lentos que están tratando de hacer su mejor esfuerzo?
Es cierto que "la envidia de los estudiosos aumenta la sabiduría" (Baba Batra 21a), pero esto no significa que debemos competir con otras personas. Se supone que debemos observar los logros de los que nos rodean, aprendiendo de ellos a motivarnos a nosotros mismos para lograr hacer lo mejor posible.
No competir con los demás, sino aprender de su ejemplo.
Observa a los niños cuando juegan deportes. ¿Juegan para ejercitarse y para desarrollar sus habilidades, o juegan con el fin de ganar? ¿Has visto el comportamiento puro, naturalmente bueno, cuando se transforman en tigres al gritar en el campo de béisbol? "¡Él esta a salvo!", "¡De ninguna manera, está fuera!". Cuando los niños eligen un lado, ¿Tratan de nivelar los equipos para que tengan una competencia pareja, o tratan de conseguir los mejores jugadores para ganar el concurso? ¿No están humillando a su amigo en público cuando evitan escoger al jugador “perdedor”? ¿Cómo se siente el último niño en ser elegido cuando nadie lo quiere?
Sí, debemos ser competitivos, pero sólo con nosotros mismos. Ganar no significa tener que derrotar a alguien más, significa luchar contra nosotros mismo, tratando de mejorar nuestro desempeño personal. Shabat viene a recordarnos que todos los judíos somos iguales, mientras nos estemos esforzando por crecer y ser mejores. Shabat nos recuerda que la competencia no es un valor de la Torá. Todos somos reyes y reinas en Shabat, así como durante la semana.
Extraído de “More Shabbos In My Soul” (Feldheim 2008)
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