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Cómo reforzar esta importante cualidad en tu hogar.
El Talmud declara que el pueblo judío tiene tres cualidades innatas: son compasivos, tímidos y amables. Quizás eso explica la propensión del pueblo judío a dar tan libremente de su tiempo y dinero. Ser preocupado, compasivo y generoso es tan inherente a la identidad judía como nuestro compromiso con la educación.
Pero si uno no cultiva la compasión de manera adecuada, ésta puede permanecer dormida. Por eso es tan importante enseñarles a los niños compasión desde una edad temprana y seguir reforzando este mensaje a medida que crecen.
Una forma de modelar compasión es permitir que tu hijo exprese la amplia gama de sentimientos que experimenta, y hacerle saber que sus sentimientos te importan.
Explica (en lenguaje apropiado a la edad) que está bien que las personas de cualquier edad tengan emociones conflictivas, como desagrado, vergüenza, desconexión, rechazo, aislamiento, amor, tristeza, compasión, celos y perdón.
Los padres de uno de mis clientes están atravesando un difícil divorcio, y esta niña de diez años está luchando con sentimientos tanto de amor como de rabia hacia ellos. Discutimos que está bien que te guste o quieras a alguien y que de todas formas a veces te sientas decepcionado o incluso enojado con ellos. Ella se sintió sumamente aliviada al entender esto.
Como terapeuta ocupacional que se especializa en conducta infantil, mi trabajo implica ayudar a padres y niños a encontrar formas sanas de vincularse. Incluso los errores de educación pueden fortalecer el lazo padre-hijo.
Por ejemplo, si perdiste la paciencia ahora puedes disculparte. Eso demuestra que te importan los sentimientos de tu hijo. Al decir que lo sientes y pedir perdón, también le estarás enseñando el valor del perdón, un componente vital de la compasión.
Los padres también pueden enseñar el valor del perdón al dar el ejemplo y perdonar a otras personas. Esto les ayuda a los niños a entender que somos capaces de sentir compasión por alguien que nos ha hecho daño, sin quitarles responsabilidad por sus acciones dañinas. Enseñarles a los niños que “las personas heridas hieren a otros” puede ayudarles a dejar ir el resentimiento.
Todos necesitamos sentirnos aceptados, comprendidos y seguros. Si necesitas hablar con tu hijo sobre temas importantes, crea un escenario cómodo para tener conversaciones serias.
Yo a menudo me siento más abajo o al mismo nivel que mis hijos, nos gusta hablar mientras estamos sentados en el piso o en sus camas. Con mis clientes, nos sentamos en un gran columpio de lycra que tengo en mi oficina (lo llamo el “río de lycra”) mientras discutimos temas delicados como peleas entre hermanos o la enfermedad de un padre.
A veces, menos es más: decir menos palabras y esperar por una respuesta es una forma de permitirles a los niños llevar la conversación hacia donde ellos quieran que vaya. Ayudar a tu hijo a disminuir los sentimientos negativos intensos mientras lo apoyas, le enseña cómo hacer eso por sí mismo. Este tipo de auto regulación es clave para emociones saludables.
Ser compasivo contigo mismo, con tu hijo y con otros, es quizás la mejor manera de transmitir la idea de que la compasión importa.
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