Cómo vivir una vida más feliz según la universidad de Harvard

18/02/2024

3 min de lectura

Las conexiones personales son vitales para vivir una buena vida.

¿Cuál es el secreto para tener la vida más feliz y satisfactoria?

Desde 1938, el estudio de Harvard sobre el desarrollo del adulto ha estado investigando las respuestas a estas preguntas: ¿Qué hace prosperar a las personas? ¿Quiénes son las personas más felices? Ellos comenzaron con 724 participantes. Niños de todos los entornos, de toda clase de hogares y educación. Hicieron un seguimiento con las parejas y los descendientes de estos participantes originales (el estudio fue publicado como un libro: ‘Una buena vida: El mayor estudio mundial para responder a la pregunta más importante de todas: ¿Qué nos hace felices?’).

Esta es su profunda conclusión: las buenas relaciones llevan a tener salud y felicidad. Las conexiones personales son vitales para vivir una buena vida.

¿Cuál es la conexión entre las relaciones, la salud y la felicidad?

La soledad afecta al cuerpo

La soledad es tóxica. Las personas que se sienten solas son más sensibles al dolor, se debilita su sistema inmunológico, disminuye su función cerebral, no duermen bien y sus probabilidades de muerte aumentan en un 26%. Los adultos jóvenes que se sienten solos no pueden enfrentar bien el estrés, no tienen buen desempeño académico y tienen más probabilidades de tener problemas de salud mental.

Los adultos jóvenes que se sienten solos no pueden enfrentar bien el estrés, no tienen buen desempeño académico y tienen más probabilidades de tener problemas de salud mental.

Esta semana conversé con una mujer que vive sola, ella está divorciada y apenas tiene contacto con sus hijos. De alguna manera también perdió contacto con sus amigas. “La noche es lo peor”, me dijo. “El silencio me resulta insoportable. Trato de llenar el espacio con ruido, pero el silencio es abrumador. Me hace sentir enferma”.

La calidad de las relaciones afecta todo

Los investigadores del estudio de Harvard descubrieron que las personas que estaban más satisfechas en sus relaciones a los 50 años eran las más sanas —mental y físicamente— a los 80. Increíblemente, no era su presión arterial o sus niveles de colesterol lo que hacía la diferencia, sino la calidad de sus conexiones con otros. No es que estas personas no enfrentaran los desafíos o el estrés que trae la vida normal. Pero tener otros con quien hablar y compartir buenos momentos efectivamente los protegía de la depresión y de sentir niveles más altos de dolor físico.

Tener paz con los demás nos da paz interior. Las relaciones sanas son nuestro oxigeno emocional, permitiéndonos vivir bien. No se trata sólo de aptitud física y asistir al gimnasio o salir a correr 8 kilómetros. Tenemos que pensar en nuestra aptitud social y cómo nos relaciones con otros en nuestra vida.

Cómo mejorar tus relaciones y vivir vidas más felices

1. Autorreflexión

Da un paso atrás y contempla la calidad de las relaciones en tu vida. ¿Hay alguna persona que te importa con quien hayas perdido contacto? ¿Has dado a alguien por sentado, pensando que siempre estará ahí para ti?

Las relaciones pueden ser descuidadas como las plantas que tienes junto a tu ventana. Las riegas cuando te acuerdas. Recuerdas que solía haber hermosas flores, coloridas y llenas de vida. Ahora, las hojas están poniéndose amarillas y se está secando. Las flores se marchitan. De repente comprendes que has sido descuidado y que estás perdiendo la planta y sus capullos.

Las amistades y las relaciones requieren tiempo y nutrición. Un espíritu generoso. Paciencia. Un oído atento. Empatía. Sonrisas. Un corazón libre de críticas.

Las amistades y las relaciones requieren tiempo y nutrición. Un espíritu generoso. Paciencia. Un oído atento. Empatía. Sonrisas. Un corazón libre de críticas.

Pregúntate: ¿He ignorado a mis amistades, fui insensible o no pensé lo suficiente?

2. Actúa

Decide que quieres hacer las cosas de otra manera. Quieres crear un cofre de tesoros de relaciones. Las amistades y conexiones con otros son gemas brillantes que iluminan nuestra vida. Ahora mismo ponte en contacto. Llama, planifica un almuerzo o decide cuándo encontrarse para una caminata o un café con la persona con quien te gustaría fortalecer tu conexión. Invierte tiempo.

Deja de lado tus dispositivos electrónicos. Es cierto, verás menos Netflix o estarás menos en las redes sociales. Coloca a las conversaciones significativas y el tiempo compartido con personas que pueden enriquecer tu vida por encima de las redes sociales. Da prioridad a las personas en tu vida. Ganarás alegría, espíritu y felicidad. Te sentirás más fuerte, más vibrante y más protegido en un mundo tan difícil.

3. Crea rituales

Una vez que hayas decidido renovar tus relaciones, es importante pensar cómo hacer que esas conexiones duren. Puede ser una cena semanal que tú y tu pareja no se pierden, un almuerzo mensual con tu hijo/padres, una llamada por Zoom cada domingo, una caminata y conversación los viernes por la mañana con alguien que extrañas en tu vida diaria, una cena mensual de Shabat con familiares o amigos… tú decides.

Pero conviértelo en una costumbre regular para saber que has dedicado tiempo a aquellos a quienes valoras y estimas.

Cuando Dios creó a Adam, dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”. La mayor fuente de felicidad y salud está en tus manos. Sólo tienes que abrir tus ojos y tu corazón y dejar entrar a los demás.

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