Sociedad
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¿Cualquiera puede ser un líder o necesitas talentos innatos especiales para tomar las riendas?
Prácticamente todo el mundo quiere ser grandioso. Aunque hay muchas definiciones de grandeza, la grandeza a menudo incluye: tener un impacto especial en los demás, ser reconocido por otras personas y hacer cosas que llevan a cambios positivos en las vidas de otros.
No toda grandeza involucra hacer cosas por otros. La grandeza espiritual interior también es grandeza. Quienes logran sus propias metas personales (como escalar una montaña que nadie ha escalado), también es grandeza. Pero para la mayoría de las personas, el camino a la grandeza involucra hacer cosas grandiosas que influyen en otros. En palabras más simples, esto es ser un líder.
¿Los líderes nacen o se hacen? ¿Necesitas talentos innatos especiales para ser un líder (y quizás tu no los tienes)? ¿O cualquiera puede convertirse en líder incluso si no tiene un talento natural superlativo?
A lo largo de la mayor parte de la historia humana, el número de verdaderos líderes fue muy pequeño. Generalmente se trató de personas con carisma y un talento excepcional. Líderes como Abraham Lincoln, Winston Churchill, David Ben-Gurión fueron personas únicas y talentosas. Pero ellos no son necesariamente modelos que la mayoría podamos seguir.
Pero la expansión de la comunicación en el mundo actual creó un nuevo mercado para el liderazgo: el “influencer”. A menudo con millones de seguidores, ellos influyen sobre las personas de formas diferentes, lo la cual es la definición de liderazgo.
¿Acaso cualquiera puede ser influencer? ¿Se necesita un talento especial para serlo o sólo hace falta tener suficientes ganas de hacerlo?
Muchos de los influencers famosos hoy en día tienen talentos especiales. Al frente están los jugadores de fútbol Cristiano Ronaldo (540 millones de seguidores en Instagram) y Lionel Messi (424 millones de seguidores). Justin Bieber, Ariana Grande, Selena Gómez y Kylie Jenner tienen cientos de millones de seguidores.
Las celebridades probablemente se esforzaron para desarrollar sus talentos, pero necesitaban esas habilidades para hacer las cosas que los hicieron famosos.
Los líderes mundiales son catapultados a la cima usando sus talentos políticos para dirigir países y obtener puestos de gran influencia. El Ayatollah Khamenei de Irán tiene 4,9 millones de seguidores en Instagram, Vladimir Putin tiene sólo 417,000 (él tiene otros intereses fuera de influir sobre las personas por internet).
Los políticos también pueden expandir enormemente su influencia a través de las redes sociales. Gavin Newsom, el gobernador de California, tiene 774.000 seguidores en Instagram, pero Ron DeSantis, el gobernador de Florida, tiene 1,6 millones. Alexandra Ocasio-Cortez, una diputada con mucho talento para las redes sociales, tiene 1,87 millones de seguidores.
Pero la influencia que tienen estos líderes se debe sólo a que en primer lugar tuvieron el talento para ser elegidos y establecerse en el gobierno.
La mayoría de los influencers menos famosos en campos como comida, belleza, moda, deportes, estilo de vida, fotografía, aptitud física y viajes (que a menudo llegan a muchos más seguidores que los políticos) también llegaron allí gracias a su talento en un área en particular, que luego ellos promocionaron exitosamente en las redes sociales.
Por lo tanto, una forma de desarrollar liderazgo es enfocarte en un talento particular que tienes, que te motiva, y usarlo para desarrollar influencia.
Pero esto no aplica a la mayoría de las personas. No todos tienen talentos de primera categoría. ¿Acaso puedes convertirte en un líder si no naciste líder?
Busca qué es lo que se debe hacer en el mundo y haz tu mejor esfuerzo para hacer algo al respecto.
En Pirkei Avot, uno de los libros centrales de la sabiduría judía, dice: “En un lugar en donde no hay líderes, esfuérzate por ser un líder”. Los sabios le hablan a la persona que no necesariamente tiene un gran talento que lo convierte en un líder natural. Su consejo es buscar qué se necesita en el mundo, en dónde hay una gran necesidad y esforzarte para hacer algo al respecto.
Funciona.
Veamos por ejemplo lo ocurrido con Judy Feld Carr, una musicóloga de Toronto. En 1973, ella y su esposo leyeron un artículo del “Jerusalem Post” sobre las dificultades de los judíos en Siria. Los judíos en Siria vivían bajo condiciones terriblemente opresivas y no les permitían salir del país. Judy y su esposo crearon una organización para presionar políticamente en favor de los judíos de Siria. Eso llevó a contactos secretos clandestinos con judíos en Siria y a juntar dinero para sobornar a oficiales sirios para que los dejaran salir. Incluso después de que falleció su esposo, ella continuó rescatando judíos de forma secreta durante 30 años. Judy logró sacar de Siria a 3228 judíos, una gran parte de la comunidad.
O el caso de Mohamed Yunus, un profesor universitario y emprendedor en Bangladesh. Al ver la pobreza en las aldeas que lo rodeaban, se le ocurrió la idea de microcréditos, pequeños préstamos a personas pobres para promover proyectos que los ayudaran a desarrollar sus propios negocios. La idea se puso de moda en todo el mundo y en el 2006 Mohamed Yunus recibió el Premio Nobel. Su creatividad ciertamente ayudó, pero lo que marcó la gran diferencia fue empatía.
Siván Yaari, una israelí de 20 años visitó África, vio las paupérrimas aldeas africanas y cómo las personas enfermas esperaban en un hospital durante días para recibir tratamiento. Las enfermeras le dijeron que no tenían electricidad para tener un refrigerador donde guardar vacunas y medicinas. Desde ese pequeño comienzo, ella desarrolló la idea de introducir paneles solares en las aldeas pequeñas para que pudieran tener refrigeradores y luz eléctrica. De allí pasaron a usar la electricidad para hacer funcionar bombas de agua que llevaran el agua subterránea disponible a aldeas previamente áridas. Y a usar esa agua para riego por goteo. Ella creó una organización llamada "Innovation Africa" que, hasta el momento, ha proveído nuevas fuentes de luz, energía solar y agua potable a más de 3 millones de personas en diez países africanos.
Siván vio una necesidad y actuó.
Estas fueron personas exitosas antes de la era de internet. Hoy en día, con acceso a miles de millones de personas y recursos casi ilimitados a través de internet, la posibilidad de lograr grandeza influenciando para bien a otras personas es ilimitada. Sólo tienes que saber qué quieres hacer y luego intentarlo.
Algunos se convierten en líderes gracias a sus talentos y habilidades innatas. Pero todos pueden tener un impacto al ver qué necesita el mundo y luego haciendo algo efectivo y significativo al respecto. Si sabes qué es lo que te importa apasionadamente, puedes cambiar el mundo.
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