La Sucá
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La comparación errónea minimiza la brutalidad del ataque del 7 de octubre y la severidad de la respuesta que se requiere.
Durante los últimos meses, desde el ataque del 7 de octubre que precipitó la Guerra de Israel-Gaza, muchas personas han intentado explicar el brutal e incomprensible asalto comparándolo con diferentes eventos históricos. La analogía más común que he escuchado, de políticos, candidatos, cabilderos, líderes organizacionales y activistas judíos, es que el "7 de octubre" de Israel fue como el "11 de septiembre" de Estados Unidos.
Quiero explicar por qué esta comparación es muy incorrecta.
Este sería el escenario correcto y proporcional si es que el "11 de septiembre" hubiera sido como la masacre del "7 de octubre":
Durante las décadas de 1980 y 1990, los estados de Montana, Texas, Kentucky y Virginia habrían estado completamente controlados y gobernados por Al Qaeda. Durante esa época, ocasionalmente ellos habrían enviado terroristas suicidas a Seattle, Los Ángeles y Atlanta, matando a miles de estadounidenses y turistas y aterrorizando partes de América. De vez en cuando, ellos habrían lanzado misiles a San Francisco, Las Vegas, Nueva York y Boston, con la frecuencia suficiente para dejar traumatizada a toda una generación de niños en esas áreas debido a las visitas a los refugios antibomba.
Por alguna razón inimaginable, América habría tolerado la presencia de Al Qaeda, incluso brindándoles asistencia financiera, ayuda humanitaria y oportunidades de empleo para sus residentes.
Luego, el 11 de septiembre de 2001, Al Qaeda lanza un devastador ataque en toda América. En lugar de volar aviones comerciales y estrellarlos en lugares emblemáticos nacionales, ellos invaden 50 pequeñas ciudades, violando, mutilando y profanando los cuerpos de más de 50.000 personas. Atacan 10 conciertos de música al aire libre en toda la costa Oeste, matando y torturando de manera espantosa a todos los jóvenes asistentes a las fiestas. Además, toman 8.000 rehenes, incluyendo más de mil niños y bebés.
Este sería solo el comienzo del "7 de octubre" de América si tuvieramos que hacer un paralelo en términos de porcentajes. Ahora, añade a ese escenario el esfuerzo de guerra en respuesta.
Dieciséis millones de adultos estadounidenses son llamados a la guerra para luchar contra Al Qaeda. Cada día que estos adultos están en guerra, todos los aspectos de la sociedad se ven perturbados. Las empresas se ven afectadas, tanto en términos de su fuerza laboral como de sus ingresos. La infraestructura social se debilita. Restaurantes y hoteles están vacíos. Las comunidades están desprotegidas en un momento en que los enemigos están cerca y los amenazan. Dieciséis millones de estadounidenses lejos de sus familias durante un período prolongado de tiempo, en guerra, en peligro, incomunicados durante largos períodos de tiempo, con familias sin saber si estaban seguros, ilesos o incluso vivos.
China y Rusia apoyan a los ejércitos de Al Qaeda y hay una posibilidad real de que, a menos que derrotes a Al Qaeda rápidamente y de manera decisiva, podrías enfrentarte a dos potencias nucleares formidables que representan una amenaza existencial.
Es importante entender el enorme abismo entre el "7 de octubre" y el "11 de septiembre" para que la gente no juzgue la respuesta de Israel al ataque del "7 de octubre", comparándola con la respuesta de América al "11 de septiembre". Si América realmente hubiera experimentado un ataque a la escala del "7 de octubre" en su propio suelo como se describe arriba, solo puedo imaginar la severidad de la respuesta. Nadie puede saberlo con certeza, pero en el escenario anterior, sinceramente dudo que la respuesta militar terminara mientras cualquier miembro de Al Qaeda permaneciera vivo dentro de las fronteras de los Estados Unidos. También dudo que se permitiera permanecer en el país a cualquier no ciudadano que jurara lealtad a Al Qaeda. Esa respuesta estaría justificada en el caso hipotético de los Estados Unidos, así como lo está en la situación real de Israel hoy.
La descripción imaginaria de lo que sería el "7 de octubre" en América es algo que, afortunadamente, nunca ha ocurrido en suelo americano. Ni siquiera cerca.
Así que no digas que el "7 de octubre" fue el "11 de septiembre" de Israel. Hacer esta comparación minimiza la brutalidad del ataque y la severidad de la respuesta que se requiere.
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