¿Los robots deberían tener derechos?

26/01/2023

5 min de lectura

La producción de robots humanoides presenta grandes problemas sociales y filosóficos.

Las historias de ciencia ficción a menudo sirven como guía para las esperanzas y los temores respecto al futuro.

Esto es especialmente cierto respecto a la idea de robots que tienen una inteligencia, apariencia y personalidad similar a los humanos.

Por lo general, las predicciones respecto a la llegada de estos robots siempre estuvieron bastante equivocadas. La película de 1999 de Robin Williams, El hombre bicentenario, preveía un nuevo mundo de asistentes domésticos robóticos que llegaría en el 2005... Incluso Blade Runner, una obra maestra de la ciencia ficción, sobreestimó drásticamente cuándo los robots vivirían entre nosotros, sugiriendo que para el 2019 los androides conocidos como "replicantes" ya estarían muy difundidos y serían casi indistinguibles de los humanos.

Pero incluso si el 'cuándo' del futuro de Blade Runner está desactualizado, lo que sigue siendo relevante es el 'qué'. Esto se debe al rápido desarrollo de la Inteligencia Artificial y la robótica durante la última década. Lo que implica que es muy posible que nos dirijamos a un mundo en el cual robots similares a los humanos vivan en nuestras casas y atiendan nuestros negocios.

De acuerdo con Goldman Sachs, esto puede llegar a ocurrir alrededor del año 2030. Francamente, una vez más, esto parece demasiado optimista, o pesimista, dependiendo de tu punto de vista.

De todos modos, vale la pena pensar en esto ahora mismo, porque la producción de robots humanoides presenta grandes problemas sociales y filosóficos. Y tal vez, lo que más importa éticamente, es si estos robots pueden tener derechos morales, derechos equivalentes a los tuyos o a los míos.

Los robots, presente y futuro

La idea de robots con derechos morales puede sonar ridícula. A fin de cuentas, no pensaríamos ni por un momento que nuestro microondas o nuestra moto pudiera tener derechos. ¿A qué podrían tener derecho? ¿A recibir mantenimiento regular?

Sin embargo, es una idea que vale la pena tomar en serio, ya que es probable que las personas se identifiquen con robots que se vean similares a los humanos en apariencia y comportamiento. Por lo tanto, este podría ser el primer paso para reconocerlos como iguales.

¿Cómo es esto? En este momento, algunos robots son buenos para tareas físicas, mientras que los sistemas de Inteligencia Artificial son muy buenos para replicar, incluso superar, la inteligencia humana dentro de dominios específicos.

Los ingenieros continuamente intentan acercar la Inteligencia Artificial al comportamiento humano normal. En diciembre, un grupo llamado Open Al lanzó ChatGPT, un sitio web que permite al público tener una "conversación" con una Inteligencia Artificial. Se supone que ChatGPT puede responder preguntas de una forma natural. Pero, honestamente, en este momento, su "charla" parece más bien la de alguien que aprendió el idioma leyendo una enciclopedia. Cuando le pregunté qué debía comprarle de regalo a mi esposa (no te preocupes, ¡ya le había comprado algo!), me respondió:

"Siempre es una buena idea considerar los intereses de tu pareja al elegir un regalo […] Si tu pareja es una ávida lectora, considera regalarle un libro o una suscripción a una revista que trate sobre sus intereses. Esto puede ser un regalo personal y reflexivo, del que disfrutará durante los próximos meses".

Por cierto, no es un mal consejo. Pero en términos de tono e inteligencia emocional, no es una respuesta natural.

Sin embargo, no hace falta mucho para imaginar una Inteligencia Artificial que se vuelva un poco más fluida en la conversación. Imagina ahora semejante inteligencia artificial dentro de un cuerpo robótico: ni siquiera tiene que verse exactamente como un humano, siempre y cuando podamos captarlo como expresivo, con sentimientos y perceptivo del mundo que lo rodea.

Es muy probable que semejante robot pueda llegar a ser producido en el curso de nuestras vidas y convertirse en parte de nuestra vida cotidiana; ayudarnos, hablarnos y cuidarnos cuando estamos enfermos o seamos ancianos. ¿Seríamos capaces de decir que un robot como ese no merece los mismos derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de felicidad, particularmente si él exige exactamente esas cosas para nosotros?

¿Quién tiene derechos?

Esta pregunta sólo puede responderse si primero analizamos el criterio generalmente aceptado respecto a tener derechos morales.

La mayoría de los pensadores sostienen que el criterio para tener derechos es si un individuo puede ser dañado.

Según una teoría tradicional, tener derechos es una cuestión recíproca: sólo los individuos que tienen la capacidad de respetar los derechos de otros están dotados de sus propios derechos morales. Esto equivale a decir que sólo los seres humanos tienen derechos morales, ya que los animales no son capaces de comprender qué son los derechos ni cuál es la obligación de respetarlos. (Por supuesto que tampoco lo entienden los bebés y niños pequeños, pero ellos crecen y se convierten en niños que pueden entenderlo, y por esa razón obtienen un "pase gratis").

Sin embargo, las teorías más modernas tienden a ser menos estrictas. La mayoría de los pensadores sostienen que el criterio para tener derechos es si un individuo puede ser dañado. Esto por lo general se entiende en términos de sufrimiento, lo que implica que los animales y los humanos son suceptibles a esto, y por ende poseen por lo menos algunos derechos morales.

Personas robóticas

Entonces, ¿qué ocurre con un robot que puede mantener una conversación fluida, comportarse de forma "humana", e incluso afirmar su humanidad? Si viven entre nosotros como parte de nuestras familias y comunidades, ¿sería una gran injusticia, tal como sugiere Blade Runnner, tratarlos moralmente como cosas y no como nuestros iguales?

En definitiva, la respuesta depende de si piensas que su comportamiento y personalidad es o no real.

El gran matemático e ingeniero Alan Turing argumentó que sí, que semejante robot puede contar como una persona. De acuerdo con la prueba de Turing, el criterio para saber si una Inteligencia Artificial es tan efectiva como una persona humana, es simplemente ver si somos incapaces de distinguir entre ellos en el curso de una conversación.

ChatGPT todavía no llegó a ese nivel, no sólo porque existe en internet y no en un cuerpo real. Pero podría haber un robot así en poco tiempo. De acuerdo con la línea de pensamiento de Turing, un robot que puede pasar esa prueba tendría los mismos derechos a la vida y a la libertad que tú y yo.

Esto significa que nos espera un mundo de ciudadanos robots, si no en el 2030, como dice Goldman Sachs, seguramente sí en este siglo.

Lágrimas en la lluvia

Sin embargo, para muchas personas (me incluyo), algo no está bien respecto a esta conclusión.

A fin de cuentas, cómo se ve algo, no siempre es una guía exacta respecto a lo que eso es. El oro de los tontos no es realmente oro. Alexa, el asistente de Amazon, no es una persona, a pesar de lo que piense mi hijo de cuatro años. Y ningún robot que supere la prueba de Turing para adultos será una persona.

El filósofo norteamericano John Searle, planteó este punto en su experimento de pensamiento "la habitación china". De acuerdo con Searle, alguien puede responder perfectamente preguntas en mandarín sin ni siquiera comprender lo que está diciendo, siempre y cuando las instrucciones sobre cómo responder sean suficientemente claras. En esencia, esto es lo que hace ChatGPT: devolver fragmentos de textos que no entiende en base a instrucciones claras.

Incluso si se vuelve prácticamente imposible distinguir a un robot a partir de una conversación y de su comportamiento para diferenciarlo de un humano, éste seguirá siendo una máquina y en consecuencia no posee derechos morales.

Incluso si se vuelve prácticamente imposible distinguir a un robot a partir de una conversación y de su comportamiento para diferenciarlo de un humano, éste seguiría siendo una máquina. Cuantitativamente puede ser más avanzado que ChatGPT, pero cualitativamente seguiría siendo lo mismo. En otras palabras, seguirá siendo una máquina y no una persona, y por lo tanto no poseerá derechos morales.

Por lo tanto, si estos robots llegan a ser desarrollados, no debemos dejarnos engañar por su convincente apariencia. En el clímax de Blade Runner, el replicante moribundo Roy Beatty dice que sus recuerdos están a punto de perderse como lágrimas en la lluvia. Puede tener razón, pero se trata de la memoria RAM de una computadora, y no de los recuerdos que pertenecen a una persona real.

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