¿Los judíos son una raza?

¿Los judíos son una raza? Obviamente los nazis pensaron que lo eran. Su retórica se centró en la raza: la raza aria era superior, los judíos eran una raza subhumana. Debido a esta definición racial, algunos judíos rubios y de ojos celestes pudieron escapar de la máquina asesina nazi "pasando" como arios. Por otro lado, los judíos que se habían convertido al cristianismo terminaron en las cámaras de gas.

De acuerdo con Hitler, el judaísmo era una raza, no una religión.

Whoopi Goldberg, al hablar en The Late Show with Stephen Colbert, explicó su punto de vista respecto a que la raza tiene que ver con el color de la piel, y los judíos son blancos. ¡Ay! Yo vivo en Israel, donde el 60% de la población, cuyos padres llegaron de Yemen, Iraq, Siria y del Norte de África, son una gama de lo que los norteamericanos actuales llamarían "personas de color". Mi hija rubia y de ojos azules se casó con un hombre cuya madre es una judía de Marruecos. Su primer hijo tiene la piel blanca y el cabello marrón claro. El segundo hijo es más oscuro, con cabello negro. Al ver la confusión de una vecina ante dos hermanos tan diferentes, mi hija sonrió y los llamó: "chocolate y vainilla".

¿Acaso Whoopi no entiende que el KKK odia a los judíos tanto como a los negros? Aparentemente el odio penetra más profundo que el color de la piel.

Whoppi también reveló una deficiencia de conocimiento respecto a la historia norteamericana. Ella dijo que, si estuviera con una amiga judía en una esquina y se acercara el Ku Klux Klan, ella tendría que huir, pero su amiga judía estaría a salvo. Whoopi no tiene conciencia de cuántas familias judías se fueron a vivir a pueblos del sur y en la primera noche en su nuevo hogar encontraron una cruz ardiente frente a su casa, una advertencia del KKK. ¿Acaso Whoopi no entiende que el KKK odia a los judíos tanto como a los negros? Aparentemente el odio penetra más profundo que el color de la piel.

Aquí hay un dato histórico que confunde el tema del antisemitismo basado en la raza. Según el diccionario, un semita es "un miembro de cualquiera de los pueblos antiguos y modernos que se originaron en el suroeste de Asia, incluidos los acadios, cananeos, fenicios, hebreos y árabes". Sí, tanto los judíos como los árabes son semitas. Sin embargo, Hitler, el mayor antisemita, sólo odió a los judíos, no a los árabes. El 28 de noviembre de 1941, en Berlín, Hitler selló un pacto secreto con el gran Mufti árabe de Jerusalem, Haj Amin al-Husseini. Ellos tenían un objetivo compartido, lo cual Hitler en ese encuentro denominó "una guerra sin compromisos contra los judíos".

Hitler, que sólo conocía a judíos europeos de piel blanca, no tuvo ningún problema en forjar una alianza con árabes de piel más oscura. Obviamente, Hitler identificaba a los judíos de acuerdo con algo más profundo que la raza.

Si no somos una raza ni una religión, ¿qué somos?

Alguien que nació de una madre judía es un judío, sin importar en lo que crea o lo que practique. Un judío que se convierte a otra religión, por la ley judía sigue siendo considerado como un judío.

Esto apoyaría el argumento de que somos una "tribu", un pueblo que desciende de un ancestro común, unidos por nuestro ADN. De hecho, la liturgia judía se refiere repetidamente al "Dios de Abraham, Itzjak y Iaakov". El pueblo judío se originó con los patriarcas y las matriarcas. Originalmente, una familia de setenta personas descendió a Egipto, allí experimentaron una explosión demográfica y para el momento en que fueron liberados de la esclavitud egipcia siglos más tarde, se habían convertido en la nación israelita.

La conversión transforma a un gentil en judío, sin importar el color de su piel ni la forma de sus ojos. Espiritualmente, los conversos asumen una nueva identidad inmutable y adquieren nuevos ancestros.

Pero si los judíos son una tribu basada en la genética, ¿cómo es posible que los conversos se vuelvan judíos? La conversión transforma a un gentil en un judío, sin importar el color de su piel ni la forma de sus ojos. Espiritualmente, los conversos asumen una nueva identidad inmutable y adquieren nuevos ancestros. Cuando rezamos por un converso que está enfermo, nos referimos a él como el hijo o la hija de Sará, la matriarca original. ¿Cómo es posible adquirir nuevos ancestros?

La conversión funciona fácilmente para las otras religiones: una persona se convierte al aceptar las creencias de esa religión y se somete a un ritual para confirmarlo. Pero nosotros tenemos establecido que la identidad judía no es una función de creencias. Aunque estar comprometido con las mitzvot es un requisito previo para una conversión halájica, una vez que un gentil pasó una conversión halájica, la transformación a judío es permanente, sin relación con que subsecuentemente sea laxo en su creencia o en su práctica. La conversión al judaísmo es como una reacción química: cuando expones al calor una mezcla de zinc y polvo de azufre, eso se convierte en una nueva sustancia, sulfuro de zinc, y el proceso es irreversible.

De hecho, la conversión nos ayuda a entender qué es lo que define a un judío. Muchos argumentan que los judíos son una familia, y la conversión es similar a una adopción. Alguien que no nació en la familia puede volverse un miembro de la familia. Sin embargo, la adopción es un proceso legal, no cambia el ADN de la persona. La conversión al judaísmo es diferente: ella confiere a la persona un alma judía. El cuerpo, sin importar cuál sea su raza, se mantiene igual, pero en esencia, la persona ahora es judía, lo que significa que se ha convertido en un alma judía.

El antiguo enigma respecto a si los judíos son una raza, una religión o una tribu no puede resolverse en el nivel físico, porque la definición de lo que es un judío es espiritual.

Hitler lo entendió

Hitler pudo aliarse con los árabes y a la vez odiar a los judíos, porque a pesar de toda su retórica racial, percibía y se sentía amenazado por la esencia judía. Como explicó su obsesión por exterminar a todos los judíos:

Si sobrevive un pequeño niño judío sin la mínima educación judía, sin una sinagoga ni una escuela judía, eso está en su alma… Incluso si nunca hubiera una sinagoga, una escuela judía o un Antiguo Testamento, el espíritu judío seguiría existiendo y ejerciendo su influencia. Ha estado allí desde el comienzo, y no hay ni un judío, ni uno solo, que no lo personifique.

Entonces, ¿los judíos no son una raza ni una religión, sino una agrupación de almas? Los cabalistas llegan todavía más lejos. Ellos enseñan que el pueblo judío es un “alma colectiva”. De hecho, tiene muchos componentes individuales, tal como un cuerpo está compuesto de millones de células. Pero si te lastimas la punta del dedo meñique, todo el cuerpo lo siente. Por eso cuando hay un ataque terrorista en Israel o en París, los judíos de todo el mundo lloran, y cuando los judíos de Colleyville, Texas, fueron amenazados, los judíos de todo el mundo se sintieron ultrajados.

El mayor peligro para el alma colectiva del pueblo judío es cuando las células que la constituyen se atacan entre ellas. En términos médicos, esto se llama cáncer. Es una amenaza existencial para el organismo.

Esta es también la razón por la cual el mayor peligro para el alma colectiva del pueblo judío no es el antisemitismo de la izquierda ni de la derecha. El mayor peligro para el alma colectiva del pueblo judío es cuando las células que la constituyen se atacan entre ellas. En términos médicos, esto se llama cáncer. Es una amenaza existencial para el organismo.

Mi mayor preocupación no es la ignorancia de Whoopi Goldberg respecto al Holocausto. Eso lo puede remediar la educación sobre el Holocausto, algo que ella, y gran parte del mundo, necesita con desesperación. A mí me preocupa mucho más la falta de unión entre los judíos. Por supuesto, a medida que el antisemitismo crece, nos preocupa tener a los enemigos en la puerta. Pero las batallas que se luchan dentro del pueblo judío son aún más peligrosas.